El juez Peinado acepta de nuevo a Manos Limpias en la causa contra Begoña Gómez
El juez Juan Carlos Peinado, que investiga a Begoña Gómez, la mujer del presidente del Gobierno, ha aceptado que Manos Limpias vuelva a ser parte en el procedimiento con un nuevo letrado, una vez que ha pagado la fianza correspondiente y a falta de que presente un poder en favor de la procuradora.
En una providencia a la que ha tenido acceso EFE este viernes, el magistrado une a la causa el escrito en el que Manos Limpias designa para su representación a una procuradora y al letrado Antonio Lechuga Carreira y precisa que el autodenominado sindicato ha pagado el importe requerido para ser parte.
No obstante, condiciona su personación a que presente una escritura de poder para pleitos o el correspondiente apoderamiento en favor de la procuradora.
Detalla, asimismo, que Manos Limpias actuará junto al resto de acusaciones populares, unificadas bajo la dirección letrada de Hazte Oír.
El juez Peinado expulsó a Manos Limpias esta semana de la causa en la que investiga a Begoña Gómez, tras comprobar que no había entregado el justificante del pago de la fianza que el instructor impuso para ser acusación popular a las partes que así figuran.
La renuncia de su anterior abogado
El juez tomó esta decisión el pasado día 24, el mismo día en que el abogado Carlos Perales comunicó vía burofax su renuncia a seguir representando al autodenominado sindicato al apreciar que las decisiones de esa asociación responden a "fines de naturaleza política" y que "ya no se inspiran prioritariamente en la lógica procesal ni en la solidez de los argumentos jurídicos".
En su escrito, el letrado expuso que el planteamiento de Manos Limpias es "incompatible" con los principios del despacho, dado que "ha ido transformándose de manera paulatina en un asunto cuya exposición y tratamiento exceden del marco jurídico para situarse en el terreno de la controversia política y mediática".
Perales también recordó que el Código Deontológico de la Abogacía Española impone al letrado el deber de actuar con plena independencia, preservando la función social de la Abogacía frente a presiones o intereses ajenos al proceso.
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"La utilización del procedimiento judicial como instrumento para la obtención de fines de naturaleza política, ajenos a la estricta resolución de la controversia planteada, sitúa al abogado en una posición que compromete dicha independencia y, en última instancia, erosiona la confianza en la función técnica que debe desempeñar", argumenta.
En base a esto, el letrado destacó que "la abogacía no puede ser confundida con el activismo político ni con la estrategia de comunicación pública" y que "el abogado debe ejercer como operador jurídico, no como agente político o portavoz mediático". Por tanto, seguir en el caso cuando "los mensajes se diseñan más en clave de repercusión pública que de eficacia procesal", implicaría "diluir la frontera esencial entre la defensa técnica del Derecho y la instrumentalización política del proceso".
Manos Limpias fue la parte que dio origen al procedimiento contra Begoña Gómez al presentar una denuncia de siete páginas basada en recortes de prensa -algunos con información falsa- y remitida al Decanato de los Juzgados de Instrucción de Madrid. El titular del Juzgado de Instrucción nº41 de Madrid, Juan Carlos Peinado, aceptó el escrito, y así surgió el caso Begoña.