Extremas derechas
El patriotismo según Abascal: aranceles contra el campo español, alianzas pro Putin y admiradores de Hezbolá

Hace seis años Santiago Abascal admitía no tener "demasiadas convicciones" en política internacional y abogaba por no "hipotecarse" con ningún aliado por las implicaciones que pudiera tener. Así se plasma en el libro que publicó el escritor Fernando Sánchez Dragó en abril de 2019 bajo el título de 'Santiago Abascal. España vertebrada', en el que el líder de Vox esbozaba algunas ideas generales tras irrumpir con fuerza en el Parlamento andaluz meses antes. "Ahí me pillas", le confesaba Abascal a Dragó. "Es un mundo en el que no tengo demasiadas convicciones, más allá de nuestro compromiso de actuar siempre en pro de los intereses de España".
En 2025 Abascal ha logrado convertir sus alianzas internacionales en su principal fortaleza tras años tratando de reforzar sus vínculos con el trumpismo y otras extremas derechas que ahora están en el poder, convencido de que, en el futuro, obtendrá sus mismos réditos. Sin embargo, parece que el líder ultraderechista sigue sin tener "demasiadas convicciones", ya que algunos de los planteamientos de sus socios entroncan con los "intereses de España" que Abascal dice defender y con los postulados que reivindica en Madrid, pero de los que se olvida en Bruselas.
Este sábado 8 de febrero Abascal ejercerá como anfitrión en Madrid de la cumbre de 'Patriotas', partido del que es presidente y que agrupa a formaciones de 11 países, en la que estarán presentes figuras como el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, y la líder del Reagrupamiento Nacional francés, Marine Le Pen, bajo el lema MEGA [Make Europa Great Again, Hagamos Europa Grande Otra vez]], parafraseando al MAGA [Make America Great Again] de Donald Trump. Lo cierto es que tanto la agenda del presidente de EEUU como la de algunos de sus principales socios europeos choca con las políticas 'patrióticas' de los ultras españoles que hacen bandera de la defensa de la soberanía nacional y del rechazo a la gobernanza global al tiempo que presumen de sus conexiones internacionales.
Abascal minimiza los aranceles de Trump y culpa al "Pacto Verde"
Una de ellas son los aranceles que el recién elegido presidente estadounidense ha prometido imponer a Europa de entre el 20% y el 10%. En el caso español, el sector que más sufriría es el del campo al encarecer las exportaciones de productos como el aceite de oliva, el vino y las aceitunas. En 2019, Trump ya lo hizo con España, Francia, Alemania y Reino Unido, entre otos países, como penalización por las ayudas de Estado a la aeronáutica europea Airbus. Un 25% para el aceite de oliva, el vino, el queso y las aceitunas.
Las nuevas medidas proteccionistas de la administración norteamericana no se han concretado aún a nivel europeo, pero el magnate mantiene su amenaza. Muchos sectores españoles contienen la respiración por si finalmente el presidente norteamericano se decantase por aplicar a Europa la misma política que a Canadá, China o México. A nivel nacional, las semimanufacturas —productos químicos, farmacéuticos o material de construcción—, bienes de equipo —maquinaria industrial y aparatos eléctricos— y alimentación, serían los productos más expuestos si se penaliza a Europa, según un estudio de BBVA Research publicado en enero.
Pese a las pérdidas económicas que ello supondría para, entre otros sectores, los agricultores españoles —uno de los principales ejes de la acción política de Vox—, Abascal trata de eximir a Trump de cualquier responsabilidad mientras pone el foco en la Unión Europea y al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez. "El verdadero daño a los agricultores es el Pacto Verde, es la dictadura del apocalipsis climático, y todo eso se lo va a cargar Trump", aseguraba en una entrevista en el portal ultra HerQles. "Europa va a tener que dejar de hacer tonterías y ser competitiva, va a tener que apoyar a su campo. El enemigo no es Trump, es Von der Leyen. El enemigo está aquí", argumentaba.
En esa entrevista Abascal llega a plantear que no está claro que Trump vaya imponer aranceles a nuestro país. "Ya veremos, ya hemos visto que basta con hacer las cosas bien", prosigue. A renglón seguido añade tajantemente que "en Italia no va a haberlos" —pese a que, por el momento, no hay ningún anuncio oficial al respecto desde la Casa Blanca— "porque Meloni le cae muy bien", asegura el líder de Vox. Si bien Trump aseguró hace unas semanas que la primera ministra italiana le "gustaba mucho", dejó en el aire la imposición de aranceles al país.
Las cercanas conexiones de Abascal con Putin
"Nunca he dicho que le tenga manía" "nunca me he metido con él", fueron las dos frases que Abascal le respondió a Sánchez Dragó sobre el presidente ruso Vladimir Putin y, de los principales nombres que acudirán el sábado a la cumbre de Madrid hay fuerzas que han defendido o al menos coqueteado con la Rusia de Putin, como Fidesz, el partido ultra del primer ministro húngaro, Viktor Orban, el Frente Nacional que dirige Marine Le Pen, La Lega del italiano Mateo Salvini y el Partido por la Libertad de Países Bajos liderado por Geert Wilders, entre otros.
Abascal ha cambiado de discurso. Atrás–y solo accesible a través de ciertos buscadores– queda por ejemplo el tuit con que en 2015 hizo suya una sentencia sobre el terrorismo acuñada por el presidente ruso: #Putin: "Os iremos a buscar al fin del mundo y, allí, os mataremos". Vox se plantea ahora borrar cualquier signo de equidistancia o incluso simpatía hacia el poder ruso, desmarcarse en ese capítulo de socios preferentes de Vox, y apelando al derecho de Ucrania a defenderse.
Abascal ha llegado a decir que "el que está ayudando a Putin es Sánchez" y se ha vanagloriado de haber forzado a sus aliados a "condenar" la guerra. El discurso tiene, no obstante, fisuras. Por ejemplo, en Aragón fue el grupo parlamentario de Vox el que puso en jaque la declaración institucional contra la invasión de Ucrania: impidió su aprobación en un primer momento porque las declaraciones institucionales requieren unanimidad. Y Vox pidió tiempo porque al tratarse de "un tema complejo". Finalmente, se sumó a los demás partidos y la declaración salió adelante.
Un antiguo cabecilla de la derecha antisemita al frente del 'sindicato' de Vox
En los últimos meses la formación presidida por Santiago Abascal ha exhibido un total alineamiento con el Gobierno de Benjamín Netanyahu y ha acusado al Gobierno de Sánchez tener "la admiración por el terrorismo de Hamás metida dentro del Consejo de Ministros". Pero las huellas de antisemitismo están bastante más cerca. El ejemplo más claro es el de Jordi de la Fuente, diputado de Vox en la provincia de Barcelona y concejal en la localidad de San Adrià de Besòs, que acumula un destacado historial de activismo extremista en el ámbito neonazi, incluyendo una etapa como cabecilla de un partido con notoria actividad antisemita.
La extrema derecha de Le Pen y Orban se reunirá por primera vez en Madrid, bajo la presidencia de Abascal
Ver más
De la Fuente se ha postulado recientemente para dirigir Solidaridad, el 'sindicato' de Vox, el brazo con el que la formación ultra busca abrirse espacio en el mundo laboral en guerra abierta con los llamados sindicatos de clase. Actualmente lo lidera Rodrigo Alonso, parlamentario andaluz de Vox, que ha defendido que la política debe olvidarse de "los ricos" porque "lo son por naturaleza", para el que De la Fuente tiene palabras de agradecimiento.
El rechazo a Israel quien hoy es un cargo orgánico e institucional y aspira a estar al frente del 'sindicato' de Vox alcanzaba tal punto que ha hecho defensa de –y mostrado admiración por– una organización enfrentada a muerte con Israel, al igual que Hamás. Se trata de Hezbolá, grupo libanés que ahora mantiene en vilo a toda la región –sobre todo a los kibutz próximos a la frontera– y que también ha mantenido un duro enfrentamiento con Netanyahu.
Su nombre saltó a la opinión pública en febrero de 2021, cuando La Marea publicó una noticia con el siguiente titular: "El asesor neonazi de Ignacio Garriga (Vox) y admirador de Hezbollah". En ella mostraban una fotografía de De la Fuente con una abogada de Hezbolá en la que se le ve con un emblema de dicho grupo, considerado "terrorista" por EEUU, Israel y buena parte de la comunidad internacional. Los hechos tuvieron lugar en 2013, cuando viajó a Beirut, capital de Líbano, "como parte de la estrategia del partido antisemita de unirse a quien mantuviera conflictos abiertos con Israel".