ASAMBLEA DE PODEMOS
Podemos se relanza para encabezar la izquierda frente a los "dóciles" y el "régimen de guerra"

"Y no estaba muerto, no, no. Y no estaba muerto, no, no..." A ritmo de Peret y Marina de Ojos de Brujo cerraba Podemos su quinta asamblea tras el discurso de Irene Montero. Los altavoces lanzaban la señal del cónclave: el partido morado se ve con fuerzas para encabezar el espacio a la izquierda del PSOE bajo el mensaje principal del "no a la guerra".
Podemos sale de su asamblea con Ione Belarra repitiendo como líder, con el apoyo del 90% de los votos, pero con una bajada de casi el 50% en la participación de las votaciones (emitieron su papeleta 27.172 personas frente a las 51.589 que lo hicieron en la asamblea de 2021).
Los morados institucionalizaron en esta cita, de cara al próximo ciclo electoral, el tándem de Belarra como líder orgánica y de Irene Montero como candidata para las próximas elecciones. La dirección es de carácter continuista con nombres como Pablo Fernández, Isa Serra, María Teresa Pérez, Javier Sánchez, Mar Cambrollé y Serigne Mbayé. Cero sobresaltos.
"El robo del rearme"
Pero esta asamblea no iba de nombres (Belarra era la única aspirante con los avales requeridos para hacerse con la Secretaría General), sino de hoja de ruta y de planteamiento estratégico en el agosto de una legislatura muy incierta. Y Podemos se presenta como el único partido capaz de encabezar una izquierda "valiente" frente a la "gran coalición" de la guerra pactada, en su opinión, por el PSOE y el PP y las opciones "dóciles".
Tanto Belarra como Montero en sus intervenciones finales pusieron sobre la mesa la fuerza social del "no a la guerra", que debe canalizarse ahora fuerza institucional. "Hay que hacer crecer las fuerzas de la paz", remarcó la exministra de Igualdad en el discurso final de la convención morada, donde se aplaudieron con fuerza todas las palabras frente al aumento del gasto en defensa por parte del Ejecutivo central.
Podemos se presenta como la formación que denuncia el "robo" que supone el "rearme" en defensa planeado por la Unión Europea, con la consecuencia que tendrá, a su juicio, en recortes en medidas en sanidad, educación, servicios sociales y pensiones.
Esta es la principal palanca de la nueva etapa de Podemos, en la que también hay un discurso fuerte en temas como la vivienda (tanto Belarra como Montero llamaron a actuar contra los fondos buitres), el feminismo y el antirracismo. Una hoja de ruta en la que el partido camina de manera absolutamente separada de Sumar, sobre el que apenas hubo menciones explícitas pero sí en la manera de actuar. Los cargos morados siempre insisten en que no se trata de algo personal con el espacio de Yolanda Díaz, sino que existe un abismo en los planteamientos políticos e ideológicos.
"Lo mejor está por venir"
"Podemos sigue en pie", remarcó Belarra, quien lanzó ante el fervor de los suyos: "Lo mejor está por venir". El partido sale del cónclave con la idea de que puede reorganizar la izquierda frente a un Sumar que debería integrarse directamente en la plancha electoral de Pedro Sánchez. El partido subraya en cada intervención que es el que con más fuerza denuncia el genocidio israelí o exige la salida de España de la OTAN, además de que no se permita el uso de bases militares como las de Rota (Cádiz) o Morón (Sevilla).
Este impulso que quiere tomar Podemos para liderar la izquierda otra vez pasó por la metáfora que hizo Montero al final de la asamblea: "Hoy somos arroyo, mañana tenemos que ser río crecido". La exministra de Igualdad se ha convertido en el gran rostro electoral de Podemos, después del resultado de las pasadas elecciones europeas y con la vista puesta en las generales. Su relevancia se vio incluso en la propia organización del cónclave (ella cerró la jornada del sábado, momento que en los partidos suele estar reservado para los líderes).
"Hay momentos absolutamente críticos para el futuro del país. Hay décadas en las que no pasa nada y semanas en las que pasa de todo (...) No queremos dejarle esa mierda de mundo a nuestros hijos", confesó Montero ante el contexto de la guerra comercial y la guerra en Gaza. "Te necesitamos, Irene", le dijo momentos antes Belarra a la exministra.
Podemos ha querido durante estos días de asamblea en el Pabellón de Convenciones de la madrileña Casa de Campo mostrar su "orgullo" después de unos años en los que muchos les daban por finiquitados. "La operación Sumar ha fracasado", lanzó el portavoz del partido, Pablo Fernández. Haciendo a la vez, como materializó en sus palabras la activista trans Mar Cambrollé, una denuncia del "malmenorismo": "Hay partido que le dicen a la gente 'virgencita déjame como estoy'. Pero queremos dar pasos adelante para seguir avanzando". Y con la eterna tarea sin resolver de la implantación territorial, como recordó Cañamero: "La iglesia tiene una capilla en cada pueblo". Los morados dejan atrás a Vistalegre y esperan volver al suelo fértil desde la Casa de Campo.