Entrevista | Strawberrry, líder de Def Con Dos

“Tenemos un Gobierno que alienta la represión gracias a lo que le chiva el ángel Marcelo”

Entrevista con César Strawberry, líder de Def con Dos

Año 2004. César Strawberry y Peón Kurtz, los dos cantantes de Def Con Dos, se disponen a arrestar a un internauta que está escribiendo desde el ordenador de su casa. Tras una leve persecución, lo atrapan y llevan a una pequeña sala de interrogatorio. Allí se descubre su delito: llevaba en su mochila Recargando, el disco que por aquel entonces presentaba la mítica banda de rap metal.

Se trata del videoclip de Mundo ChungoMundo Chungo, single de Def Con Dos, que denunciaba, con su sátira habitual, las medidas de seguridad impuestas a nivel mundial tras los atentados yihadistas de Nueva York y Madrid. La letra, un alegato contra el excesivo control estatal de la vida de los ciudadanos y la criminalización de ciertos colectivos sociales, parece ser más actual que nunca.

Tras el polémico caso de los titiriteros –en libertad con cargos–, este miércoles saltaba la noticia de que la Fiscalía pide para César Augusto Montaña Lehmann –nombre real del líder de Def Con Dos– 20 meses de prisión, ocho años de inhabilitación y dos de libertad vigilada por un delito de enaltecimiento del terrorismo.

¿El origen? Haber publicado en Twitter seis comentarios –y retuiteado uno– en los que, según la Fiscalía, se humilla a las víctimas. Uno de estos tuits decía: "A Ortega Lara habría que secuestrarle ahora", en referencia a su participación en Vox, apunta Strawberry. 

"Franco, Serrano Súñer, Arias Navarro, Fraga, Blas Piñar... Si no les das lo que a Carrero Blanco, la longevidad se pone siempre de su lado", se puede leer en otro de sus tuits, en el que la Fiscalía denuncia "loas al asesinato". El Ministerio Público también denuncia un comentario en el que dice: "El fascismo sin complejos de Aguirre me hace añorar hasta a los GRAPO".

Pese a que el caso fue archivado por el juez José De la Mata, el fiscal Carlos Bautista ha emitido un escrito de acusación, admitido por la Audiencia Nacional, que revocaba así el auto de archivo inicial. En otras palabras: se ha dictado la apertura de juicio oral para César Strawberry. Hace unas semanas el cantante y escritor recolectó un total de 10.000 euros a través de una campaña de crowdfunding que lanzó para financiar su defensa.PREGUNTA: Los titiriteros denunciaban la criminalización de la protesta y acabaron encarcelados y con cargos. Es decir, padecieron una situación que justamente estaban parodiando. Escuchando tus letras no es difícil ver similitudes entre ese caso y el tuyo.

RESPUESTA: Todo lo que he vivido desde mi detención está recogido en una canción publicada en 2005, Mundo Chungo, aunque también muchas otras. La criminalización de la opinión divergente con el poder es algo a lo que hemos aludido en muchas ocasiones, en canciones como Que no te cojan, en el año 96. Soy perfectamente consciente, porque hay que ser muy lerdo para no darse cuenta, de que han estado vigilándome y espiándome durante mucho tiempo, esperando a ver por dónde podían meterme mano, porque no les gusta lo que digo y lo que hago con mi música, con mis letras o mis libros. 

Simplemente, es una persecución política orquestada por un Ministerio del Interior que está dirigido por un ministro que es un numerario del Opus Dei reconocido, que le pone medallas a las vírgenes, a imágenes inanimadas, con mucha devoción. Además, ha llegado a comentar que algunas de sus decisiones, desde las más trascendentes hasta las más cotidianas, se las dicta un ángel llamado Marcelo. Todo esto conforma un paisaje que, si no fuera porque tiene mucho de dramático porque te mandan a la cárcel, sería cómico, tragicómico. Es vergonzoso, lamentable, que semejantes personas estén usando el poder para perseguir la libertad de expresión y la libertad de creación. Es algo kafkiano.

Cuando uno lee a Orwell piensa: '¡Qué cosas se le ocurrían a este tio!', pero no, ahora ves que es completamente cierto. Empezaron con el cine, que era una cosa muy mala porque había mucho rojo, y ahora se está extendiendo a todo. Con toda esta política represiva lo que se está haciendo es alinear a España con los países más rancios de la Unión Europa: Polonia, Hungría y República Checa, que son países que cuestionan la esencia misma de las libertades en la UE. Son países de un ultraconservadurismo muy, muy peligroso, que recuerda a los gobiernos fascistas de los años 30.

P.: Has denunciado espionaje por parte de la Guardia Civil hacia tu persona. Es una acusación bastante grave. ¿Asegurarías que ha sido así?

R.: He ido hilando datos con posterioridad a mi detención. Uno de ellos, muy curioso, es que hace tres años en el estudio donde yo trabajo había una persona por las noches. Yo tengo unos horarios muy dispares, muy rockeros, a veces me quedo allí a dormir. Frente al estudio siempre había un tipo que, cuando abría la puerta de la calle, salía de un callejón y miraba. Entonces yo le miraba desafiante, por si era alguien que estaba mirando los pisos para ver si podía entrar a robar a alguno. Pero no se inmutaba.

Me sorprendía esa reacción. Alguna vez venía a buscarme mi novia de noche, que venía de trabajar a las 2 de la mañana. Me llamaba por teléfono y me decía: 'Oye, hay un hombre delante de la puerta estudio'. Pensé en llamar a la Policía, pero al final no lo hice. Este señor estuvo así bastante tiempo, intermitentemente. Luego recapitulando llevaba una riñonera como las que lleva la policía secreta, en las que guardan la pistola. Era un guardia civil que llevaba vigilándome durante los últimos tres años. 

Llevan mucho tiempo detrás de mí, a ver qué hago. Es algo anticonstitucional, que en la jerga jurídica se llama la pesca: vigilar a tus ciudadanos para ver qué hacen y si cometen algún delito. Eso es ilegal. Cuando se comete un delito hay que perseguirlo, pero no se puede vigilar a la gente para ver si cometen algún delito. Eso es lo que han hecho conmigo, pero como no tengo nada que ocultar, no han encontrado nada. Soy un tío que se dedica a la música. Han tenido que rebuscar entre los 8.000 tuits que tenía entonces, a ver si encontraban alguno que les sonara un poco delictivo. Es algo completamente maquiavélico, rebuscado, retorcido y planificado para criminalizarme. 

Me recuerda a la actuación de la Stasi en la República Federal Alemana, que está muy bien reflejado en esa maravillosa película que es La vida de los otros. Es algo que están haciendo conmigo, pero también con otra mucha gente, y pone en peligro la esencia de la democracia. Desgraciadamente, tenemos un partido en el poder que alienta este tipo de represión gracias a lo que le va chivando el ángel Marcelo. Es propio de un país estalinista. 

P.: Esa vigilancia que denuncias, ¿habría continuado desde tu detención? 

Supongo. No lo he detectado claramente, pero tampoco me preocupa porque ya sé que ocurre. Cuando me detuvieron, me incautaron ilegalmente el móvil, que es algo que también atenta contra mis derechos como ciudadano. Me exigieron que les diera el teléfono, rodeado por cinco policías, y accedieron a todos mis contactos, mis fotos, los comentarios que voy apuntando con ideas para canciones… Hoy en día el móvil es tu máxima intimidad, y lo vieron todo. 

En este país van creando unos listados de gente non-grata, considerada por ellos nociva para lo que es esa España franquista que quieren que permanezca en el tiempo.

P.: ¿Esperabas que la Fiscalía actuara de esta forma, una vez que el juez te había absuelto?

R.: El fiscal Carlos Bautista es una persona que parece que actúa animado por ciertas necesidades de hacer que la propia Audiencia Nacional se olvide lo que él hizo con su cuenta anónima en Twitter, con la que insultaba a sus propios compañeros. Creo que está haciendo méritos para limpiar su propia culpa. Es una persona que de Twitter sabe más que yo, porque ha estado riéndose de la gente con una cuenta anónima, y ahora trata de encabezar esta persecución surrealista y absolutamente en contra de derecho.

No tiene argumentos por los cuales culpabilizarme de nada, así que lo que hace es inventarse cosas, como acusarme por un retuit, que es algo que va contra la esencia misma de las normas de Twitter. Cuando uno da un retuit, no significa necesariamente que se esté de acuerdo, sino que se hace para exponer lo que se dice y someterlo a juicio de tus seguidores. Por ejemplo, he retuiteado infinitas veces a Enrique de Diego, que es un ultraderechista reconocido, para que la gente polemice con él. Es grotesco porque a la persona que escribió el tuit de Miguel Ángel Blanco no le han dicho nada, pero me encausan a mí porque lo retuiteé. Encima está escrito por una persona que no pretendía humillar a las víctimas, y así va a quedar demostrado en el juicio, como va a quedar demostrado que están dando vueltas a ver de qué pueden acusarme. 

Es algo muy malintencionado políticamente, hecho para mantener en vilo la represión constante y meter miedo a la gente, para ejemplarizar en mí una persecución que, de algún modo, insinúan, puede reproducirse con cualquier persona que exprese su opinión en Twitter con lo cual están intentando coaccionar la libre expresión. El juez De la Mata dijo que de mis tuits se deducía no solo que yo no apoyaba el terrorismo, sino todo lo contrario. Eso está recogido en su auto. El fiscal Bautista ha llegado incluso a mofarse del magistrado De la Mata, insinuando que era una persona poco apta para el cargo. Cuando el juez archivó el caso, sabía que no acababa ahí.

Una Justicia como la española, donde el Consejo General del Poder Judicial lo eligen los partidos, está politizada. De la Mata incluso valoró positivamente mi trayectoria como artista. Desgraciadamente, la Justicia reprime y persigue a las personas con una ideología más proclive a la izquierda y exoneran de toda responsabilidad a la gente de derecha, como es el caso de Jiménez Losantos. Supone un agravio comparativo que a mí se me pidan 20 meses de cárcel por unos comentarios irónicos y opiniones políticas, mientras que Losantos dice que si tuviera una escopeta a mano dispararía a dirigentes Podemos, y pasa desapercibido. Estamos ante un Ministerio Fiscal que está absolutamente ideologizado.

P.: ¿Te arrepientes de haber escrito esos tuits?

R.: No. Por supuesto que no. No puedo arrepentirme de ejercer mi derecho a la libertad de expresión. Como expliqué al juez y así lo estimó él, no son tuits de contenido político, son opiniones dichas de forma irónica. Yo siempre me he movido dentro del mundo de la sátira y la ironía en mi obra. Lo que hace la Fiscalía es atribuir una intencionalidad que se han inventado ellos. Yo no he tenido intención de vejar a ninguna víctima, ni mucho menos.

En el caso de la alusión a Ortega Lara, estoy hablando de un político en activo, es un comentario sobre una persona que decide presentarse en una candidatura con un partido de ultraderecha como es Vox. En ningún momento hay un comentario mío que vaya aluda a una víctima, solo a políticos. En este caso, no creo que una persona por ser víctima del terrorismo tenga que saltar a la arena política escudándose en eso. Uno puede hacer un comentario o una ironía con él como con cualquier político. 

Como no encuentran ningún argumento, me atribuyen una intencionalidad lesiva contra las víctimas en un retuit, que ni siquiera se está culpando a la persona que lo ha hecho, que tampoco lo ha hecho con intención de vejar a la víctima. Es todo, insisto, kafkiano, dramáticamente grotesco y muy malintencionado políticamente, con un sesgo derechista y represivo por parte de la Fiscalía. 

P.:Desde la detención el pasado mes de mayo, ¿has tenido algún tipo de contacto con alguna de las personas mencionadas en esos tuits?

R.: No. Bueno, ha habido un tuit en el que mencionaba a Eduardo Madina y Ortega Lara. Como le expliqué a De la Mata, en él trataba de reflejar las diferencias políticas entre dos personas víctimas de ETA: gente que se escuda en su condición de víctima como única razón y gente como Madina que en ningún momento ha hecho eso para desarrollar su labor política. Esa era la intencionalidad del tuit.

Sin embargo, la Fiscalía le atribuye vejación y humillación. Hace poco le preguntaron públicamente a Madina por este tuit y dijo que se esperaba más, que le parecía un chiste de mierda, pero que no se sentía ofendido. Es como Irene Villa, que dio un ejemplo a todo el mundo, evitando que se sacaran las cosas de quicio. 

P.: También has denunciado que tu caso tiene tintes electoralistas. Tras esta nueva decisión de la Fiscalía, ¿sigues pensando así?

R.: Mi detención se produjo cinco días antes de unas elecciones municipales que se aventuraban poco favorables al partido en el poder. Y, luego, se reabre mi caso a diez días de unas elecciones generales. Se me utiliza para crear una sensación de miedo en el electorado. Eso se llama prevaricar, es muy grave y es lo que está pasando. Hay algo muy curioso, y es que nunca se ha hablado tanto de ETA como cuando ETA no existe. A determinados poderes fácticos les interesa infundir esa sensación de enemigo invisible para infundir miedo en la gente, y el miedo es coactivo: una persona con miedo no ejerce sus derechos como debería.

Todo esto lo que busca es generar una caza de brujas, dar palos de ciego a ver a quién le das. Como estamos en un momento políticamente incierto, no cabe duda de que todo esto está hecho –también lo de los titiriteros- con intencionalidad de influir en las negociaciones que están teniendo lugar.

P.: ¿Consideras que existe alguna relación entre tu carrera profesional como músico y esta denuncia?

R.: Evidentemente. Yo he detectado vigilancia desde hace mucho, desde los años 90, pero este caso concreto demuestra hasta qué punto quieren criminalizar mi obra, convertirme a mí en un criminalizar y también criminalizar a toda la gente que me escucha. 

También se da el caso de que políticos de nuevo cuño, como es el caso de Pablo Iglesias, han hecho referencia públicamente a que les gusta mi grupo, y que lo ha escuchado desde muy joven. En muchos debates ha hecho referencias a mis canciones. Por ahí viene la cosa, quieren dañar a los nuevos políticos como sea y apartarlos, aunque lo tienen difícil, afortunadamente.

Lo que intentan es acosarlos mediáticamente y crear esa sensación de que todo el que no sea del PP y del Opus Dei es de ETA. Es algo tan ridículo pretender crear esa dicotomía en la opinión pública española que yo creo que nos convierte en algo que mucho más allá de Españistán, es algo que no tiene cabida en la Unión Europa, excepto en países como Polonia, Hungría o República Checa, que nos recuerdan a lo peor de Europa en los años 30.

P.: ¿Ha afectado de algún modo a tu carrera musical o la de Def Con Dos?

R.: Estar expuesto al linchamiento mediático que de determinados medios han iniciado contra mí es algo que tiene consecuencias, porque la gente se cree lo que dice la tele, por eso dicen tantas mentiras. Es el famoso dicho 'calumnia, calumnia, que algo queda'. Aparte de que te puedan enviar a la cárcel o no, es que tu imagen quede públicamente destrozada. Eso está perfectamente calculado. ¿Cómo se filtra el auto de acusación de la Fiscalía? A través de un medio afín como es Voz Pópuli, que lo que hace es defender la interpretación de la Fiscalía de los tuits. Es decir, pone lo que creen que quiero decir, en lugar de preguntarme a mí, que sería lo normal. 

Lo que genera es que vaya a tocar a un pueblo y una asociación de ultraderecha presione al ayuntamiento o a quien sea para que no toque. Es algo que no tiene nada que ver: una persona puede estar inculpada por unos tuits independientemente de su grupo. En principio no tiene nada que ver una actividad con la otra. Ya hemos tenido varios casos de que nos han tirado abajo actuaciones por motivos políticos.

Esto atenta claramente con nuestro derecho al trabajo, y es algo muy peligroso. Durante muchos años se ha hecho con Soziedad Alkoholika, que estuvieron encausados y al final fueron absueltos, y les suspendieron muchos conciertos. Además, esto no se hace de forma explícita, se hace de una forma mafiosa, a través de influencias.

P.: ¿Crees que casos como este puede hacer que otros artistas se autocensuren?

R.: Es lo que buscan: generar miedo para que no hables, para que te calles. Quieren que lo primero que pienses es que el próximo vas a ser tú. En muchos casos, estas acusaciones se producen contra chavales muy jóvenes, que ha dicho cosas fuera de lugar en Twitter y se han considerado delictivas. En esa situación, te destroza la vida porque aunque finalmente se suspenda la condena y no ingresas en la cárcel, lo que te hacen también es inhabilitar para cargo público, como piden para mí.

En mi caso, que soy músico y no aspiro a ser funcionario del Estado, me puede ocasionar menos dolo, pero un chaval como a los que se está condenando les causa no solo el linchamiento mediático, también un trastorno psicológico y social. 

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Por ejemplo, yo antes iba mucho a comer un bar y un día no me querían servir. Luego me enteré de que el dueño del bar era un señor anciano, que debía ser de ultraderecha, me vio en la tele y pensó: 'Este tio es un chungo, pues no le pongo la comida'.

P.: ¿Habría pasado esto en otro país?

R.: No. Los países en los que se producen este tipo de persecuciones son países como Turquía, Egipto, Tailandia o Arabia Saudí. O los que he citado antes en Europa, como Polonia o Hungría. Son países con gobiernos de ultraderecha y estarían en sintonía con este tipo de actuaciones.

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