CONTAMINACIÓN

La Agencia de la Energía considera ahora que el consumo de petróleo y gas seguirá subiendo hasta 2050

Pájaros posados en un poste de luz mientras los vehículos circulan por una autopista en medio de una densa niebla tóxica en Karachi, capital de la provincia de Sindh, Pakistán, 8 de noviembre de 2025.

La Agencia Internacional de la Energía, el principal referente global de previsiones energéticas, ha publicado este miércoles su esperado informe anual, en el que calcula que la economía global se encamina a un peligroso incremento de la contaminación durante las próximas tres décadas, agravando el calentamiento global y los desastres naturales. El escenario más pesimista de análisis –que solo da por válidas las políticas ambientales que están en marcha– anticipa que el consumo de petróleo y gas en el mundo seguirá creciendo hasta 2050, pese a que el consenso anterior prometía tocar el techo de los combustibles fósiles en 2030.

Si la economía global continúa funcionando en la dirección actual, el consumo de gas y petróleo "continuará creciendo hasta 2050, mientras que el carbón comenzará a menguar antes de finales de esta década", según los analistas de la agencia. La razón es que el consumo de energía en el planeta crecerá con fuerza en los próximos años –un 15% de aquí a 2035, en este escenario– y el gas se abaratará por el incremento de la producción, mientras que el incremento en la instalación de las energías renovables se estancará, aunque seguirán siendo las tecnologías más instaladas.

Un segundo escenario más optimista plantea, sin embargo, que la demanda de petróleo se aplanará alrededor del año 2030 –en lugar de seguir creciendo más allá–, aunque el consumo de gas natural seguirá aumentando al menos hasta 2040. Incluso este escenario más ilusionante también augura un planeta mucho más caliente que en la actualidad, ya que el uso de combustibles fósiles debería caer en picado desde este mismo año para cumplir con el objetivo del Acuerdo de París y limitar el calentamiento global a 1,5 °C respecto a la etapa preindustrial.

Maria Pastukhova, directora del programa de transición energética del think tank europeo E3G, subraya que los cálculos de la agencia son dramáticos para la población global. "El escenario de políticas actuales apunta a una dependencia continuada de los combustibles fósiles, una volatilidad persistente del mercado y unos precios de la energía estructuralmente elevados", señala Pastukhova.

La previsión más pesimista de las dos supone un cambio de rumbo respecto a los informes de los últimos cinco años de la agencia, formada por las grandes economías de la OCDE y que recibe asesoramiento de las mayores empresas del mundo. Este año, el Global Energy Outlook, como se conoce su informe anual, incluye de nuevo el cálculo de su escenario de previsiones más pesimista, el Escenario de Políticas Actuales (CPS, en inglés), el que augura un futuro dorado para el petróleo y el gas.

El CPS anticipa cómo será el consumo de energía en el planeta teniendo en cuenta "las políticas y normativas que ya están en vigor, y ofrece una perspectiva cautelosa sobre la velocidad a la que se despliegan e integran las nuevas tecnologías energéticas en el sistema energético". Por ejemplo, ese escenario estima que los coches eléctricos no terminarán de despegar y en 2035 –y más adelante– solo representarán el 40% de los coches vendidos cada año en el mundo, de manera que el consumo de petróleo se situaría en 113 millones de barriles diarios en 2050, un 13% más que en la actualidad.

El escenario intermedio, llamado Escenario de Políticas Declaradas (STEPS, en inglés), considera por su parte que las ventas de coches eléctricos alcanzarán el 50% a mediados de la próxima década, dejando el consumo de petróleo congelado en 102 millones de barriles diarios en 2050, prácticamente el mismo que ahora. El escenario STEPS se diferencia del más pesimista en que también da por válidas políticas "que se han presentado formalmente, pero aún no se han adoptado, así como otros documentos estratégicos oficiales que indican la dirección a seguir". STEPS también considera que las barreras regulatorias son más laxas que en el escenario CPS, aunque no considera que todos los objetivos más ambiciosos se vayan a cumplir. 

En todo caso, en ambos escenarios, presentan un escenario fatal para la vida terrestre durante las próximas décadas. Si se cumple el CPS, las emisiones de CO₂ en 2050 serán las mismas que en 2024, cuando se expulsaron 38.000 millones de toneladas equivalentes de este gas de efecto invernadero. Mientras que en la previsión STEPS, la cifra caería hasta los 30.0000 millones de toneladas a mediados de siglo.

La realidad es que ninguna de las dos previsiones es esperanzadora porque la primera llevaría el calentamiento global a los 3ºC y la segunda a los 2,5 ºC. Hasta ahora, el planeta se ha calentado 1,2 ºC, cifra suficiente para generar mega incendios, lluvias catastróficas y temperaturas máximas y mínimas récord.

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La Agencia Internacional de la Energía también publica en su estudio una tercera vía, su conocido escenario Net Zero, que propone cómo alcanzar las cero emisiones de CO₂ en 2050, un objetivo que cada año parece más ilusorio en estos análisis. Pero incluso aunque se cumpliesen estas condiciones imposibles, el calentamiento global superaría los 1,5 ºC temporalmente. "Con los riesgos climáticos al alza, el estudio muestra que el mundo superará el calentamiento de 1,5 °C en cualquier escenario, incluido el que implica una reducción muy rápida de las emisiones", alerta el organismo en su informe.

A la hora de calcular la evolución de las emisiones de CO₂, se pueden valorar escenarios más optimistas o pesimistas, con consecuencias radicalmente diferentes, y en 2020, con el auge de la ambición climática, el escenario CPS fue retirado del estudio anual y se introdujo el STEPS, pero este año ha regresado. El cambio coincide con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y su ataque a las energías renovables. Dentro de su país, ha forzado a agencias federales a frenar programas de energía verde y ha retirado financiación relacionada con el estudio del cambio climático.

También se han hecho públicas presiones de la Administración Trump a oficiales de la Agencia Internacional de la Energía para que deje de difundir el mensaje en sus informes anuales del "pico del petróleo", una expresión que indica el año en que el crudo alcanzará su máximo de consumo para después descender. Los escenarios publicados en los últimos años por la agencia prometían que este hito llegaría alrededor de 2030, pero ahora se abre la puerta a que no suceda en al menos dos décadas.

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