La dana arrastra al Mar Menor 560 toneladas de residuos agrícolas que vuelven a amenazar la laguna

Vista aérea del Mar Menor este sábado en Santiago de la Ribera, tras las intensas lluvias caídas en la comunidad murciana por la dana 'Alice'.

Las lluvias torrenciales que cayeron la semana pasada sobre Murcia volvieron a evidenciar la grave crisis ambiental que sufre esta comunidad autónoma en torno al Mar Menor. Esta laguna es un enclave único en Europa que sigue maltratado por la agroindustria y la construcción a pie de playa, y la situación se agrava cada vez que una riada arrastra cantidades ingentes de residuos a un delicado ecosistema que ya ha sufrido sucesivos episodios de mortalidad masiva de animales. En esta ocasión, los científicos calculan que han entrado más de 560 toneladas de fertilizantes y materia orgánica tras la dana Alice.

La llegada de estos nutrientes agrícolas aumenta la aparición de algas y fitoplancton en el Mar Menor y este incremento de la vegetación puede suponer a medio plazo una caída del oxígeno del agua y poner en riesgo la vida de peces y crustáceos. Está más que demostrado que estos fertilizantes y residuos proceden de las megagranjas y cultivos industriales que operan en toda la cuenca. Incluso las explotaciones que están a kilómetros de distancia, en el interior, desaguan en este humedal, a pesar de que cuenta con diez reconocimientos diferentes de protección ambiental.

Un análisis preliminar publicado este martes por el Instituto Español de Oceanografía (IEO), con cálculos del CEBAS-CSIC y de Tragsa, estima que por las ramblas han entrado estos días entre 6,9 y 7,2 hm³ de líquido, equivalentes al 1% del agua total almacenada en el Mar Menor. Aunque los técnicos no han podido evaluar todavía qué arrastraban esos aportes, han extrapolado esas cantidades a estudios de riadas anteriores y estiman que han llegado al menos 25.000 toneladas de sólidos en suspensión (lodos) y 562 toneladas de nutrientes.

Juan Manuel Ruiz, investigador del Centro Oceanográfico de Murcia y director del proyecto que ha hecho la evaluación, explica que por ahora los parámetros de turbidez y de oxígeno han vuelto a la normalidad, pero que preocupa la tendencia ascendente de la clorofila del agua, la variable que determina el nivel de fitoplancton. "Hay un riesgo elevado de que en los próximos días la situación evolucione y se forme una sopa verde. Pero es cierto que por ahora no ha ocurrido y que estamos en niveles de clorofila por debajo de la crisis de 2016 –la que acabó con el 80% de la vida en la laguna– o de la dana de 2021", afirma el experto. 

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Cada una de las dos instituciones ha elaborado sus propias estimaciones de descargas de sólidos, pero ambas son muy parecidas. El CSIC cree que han entrado 24.127 toneladas de sólidos y 562 de nutrientes, frente a las 25.211 y 587, respectivamente, que calcula Tragsa. En todo caso, las dos valoraciones son "conservadoras" porque otro cómputo, basado en los cambios de salinidad, señala que en realidad podrían haberse introducido entre 10 y 15 hm³ de agua, el doble de la cantidad sobre la que han trabajado.

En concreto, el estudio del CSIC calcula que la laguna murciana se ha tragado estos días 375 toneladas de carbono orgánico, 155 de nitratos y nitrógeno, y 31 de fósforo y fosfatos. Aunque los científicos no señalan de dónde provienen estas cargas, el nitrato y el fósforo son fundamentalmente abonos agrícolas. El carbono orgánico es igualmente peligroso para el estado del Mar Menor, porque cuando lo descomponen los microorganismos dentro del agua, atrapa el oxígeno y se acelera el proceso de hipoxia.

Para poner estas cifras en contexto, en toda la campaña 2022-2023 entraron en la albufera salada 2.732 toneladas de residuos orgánicos y fertilizantes, de manera que en solo un fin de semana se ha arrastrado hasta allí una cuarta parte –contando con que es una aproximación conservadora– de los aportes de esa temporada. De hecho, las 560 toneladas equivalen a tirar por tierra más de un año de trabajo de prevención de la contaminación. Las actuaciones que ha realizado hasta ahora el Gobierno central en la zona para mejorar la situación evitaron el año pasado la entrada de 400 toneladas de nitratos y materia orgánica.

Ángel Pérez Ruzafa, presidente del Comité Científico del Mar Menor, opina que el estudio "muestra una rápida recuperación tras el impacto directo inicial", y que jugará a favor el hecho de que "la producción primaria [agrícola] se ralentiza en esta época", por lo que caerá el volumen de residuos que entra por las ramblas. Sobre las toneladas de nutrientes que han llegado estos días, "en principio están dentro de los rangos en este tipo de eventos. Ahora hay que ver cómo los digiere el ecosistema", subraya Ruzafa.

El nivel del Mar Menor ha subido 10 centímetros

El aguacero que cayó sobre el Mar Menor, sumado a los aportes que llegaron de toda la cuenca, llegó a elevar el nivel del humedal hasta 20 centímetros al inicio de la dana, aunque luego se estabilizó en los 10 centímetros de subida por el rápido desagüe hacia el Mediterráneo.

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En los peores momentos de las riadas también se llegó a disparar la turbidez por el impacto de los lodos y se desplomó la salinidad del agua, aunque estos dos valores ya han regresado a la normalidad. El episodio ayudó, no obstante, a reducir la temperatura de la laguna en 2,5ºC –hasta los 22,5ºC–, una buena noticia tras un verano de aguas tórridas. En cuanto a los niveles de oxígeno, la variable más importante del enclave, cayó hasta niveles de hipoxia en el sur de la albufera, rozando los 2mg/l, mientras que un rango saludable serían 5-7mg/l.

El PP saca pecho de los tanques antitormentas

Grupos de vecinos que viven junto al Mar Menor –y que llevan años en guerra para recuperar su ecosistema– han cargado estos días contra el Gobierno murciano por permitir durante años la degradación de la laguna, protegiendo a los grandes terratenientes del Campo de Cartagena. Estas fincas son las que utilizan los fertilizantes y generan los residuos ganaderos que alimentan la eutrofización del mar. 

La Ley de Recuperación y Protección del Mar Menor, aprobada por el Gobierno murciano en julio de 2020, daba tres años para redactar un nuevo plan de ordenación del territorio para reestructurar las tierras de cultivo, pero el PP ha incumplido su propio mandato. Sin embargo, tras las riadas el Gobierno de Fernando López Miras sacó pecho del buen funcionamiento de su gran apuesta de infraestructuras, 14 tanques antitormentas que retuvieron 200.000 m3 de agua, el 0,03% de lo que el CSIC calcula que entró por las ramblas. Solo la construcción en 2023 del tanque de Torre Pacheco, en el que caben 60.000 metros cúbicos, costó 4,2 millones de euros.

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