INCENDIOS FORESTALES
Valdeorras alerta del “caos” por el arrastre de cenizas de los incendios: “Será peor que el fuego”
El arrastre de las cenizas procedentes de los montes quemados durante el verano ya está causando estragos en Valdeorras. En la comarca donde ardieron más de 30.000 hectáreas en unas pocas semanas de agosto, las primeras —y aún escasas— lluvias de otoño dejaron sin agua potable a varios ayuntamientos en los últimos días. Pero lo peor está por venir.
Vilamartín, O Barco, A Rúa o Petín sufrieron restricciones de agua por las escorrentías, que, monte abajo, arrastraron cenizas y barro, colapsando zonas de captación e imposibilitando la potabilización del suministro. Hubo que distribuir garrafas a la vecindad o instalar fuentes portátiles por una problemática que, advierten los ayuntamientos afectados, va a ser mucho peor. No fue nada comparado con lo que llegará, según advierten alcaldes y alcaldesas.
“Hasta la semana pasada no había llovido nada, pero con media hora de lluvia fuerte en la madrugada de miércoles a jueves ya tuvimos consecuencias importantes, colapsando dos captaciones y una ETAP (Estación de Tratamiento de Agua Potable)”, recuerda a Praza.gal María G. Albert, alcaldesa de A Rúa, que responde mientras comprueba las previsiones de precipitaciones para los próximos días y alerta de un problema que va a empeorar, y mucho, este otoño e invierno. La primera amenaza, este próximo viernes.
“Dan 20 litros por metro cuadrado, lo que va a suponer el colapso de la red de abastecimiento”, augura con seguridad. Pero no será lo peor, insiste. “El problema va a ser recurrente durante todo el otoño y el invierno; las previsiones hablan de diez días seguidos de lluvia próximamente, así que llegará el caos porque tendremos que restringir el agua a la vecindad”, advierte. “Va a ser peor que el fuego porque va a ser durante mucho tiempo”, insiste.
Ella y los alcaldes de O Barco y Vilamartín mostraron este pasado lunes en rueda de prensa su malestar con la Xunta por lo que consideran “inacción” y dejadez ante un problema del que llevan advirtiendo meses, desde que el fuego y las llamas dieron paso al suelo quemado, a las cenizas y ahora al barro.
Que la conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, reclamase a la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil y a los ayuntamientos que “actuasen” ante los arrastres acabó por colmar el vaso de la paciencia de los regidores, que recuerdan que el problema fundamental no está en el cauce de los ríos sino en lo que traen arrastrado por las lluvias desde los montes, donde aseguran que la Consellería do Medio Rural no hizo casi nada para detener las escorrentías durante los últimos meses.
“La Xunta ya dejó claro en la reunión a la que nos convocó en la Cidade da Cultura que no iba a actuar en los montes de la provincia y lo está aplicando; nos dejaron solos en los incendios y nos dejan solos ahora”, insiste Albert, que advierte de que lo ocurrido estos días solo ha sido un “pequeño aviso” de lo que va a venir.
“En A Rúa ardieron en verano 3.000 hectáreas en un ayuntamiento que tiene 3.500 de superficie. Somos conscientes de que, con las próximas lluvias, las escorrentías van a arrasar con todo, pero no sería lo mismo si se hubiesen hecho trabajos de consolidación”, dice Albert sobre unos labores que sí realizaron voluntarios de la mano de Adega. También la Confederación Hidrográfica intensificó los trabajos en las últimas semanas instalando barreras vegetales en diferentes zonas de la comarca. No es suficiente.
“Desde el día siguiente a los incendios les comunicamos a las administraciones competentes cuál iba a ser la situación de nuestros montes, de nuestros ríos y en nuestras captaciones en cuanto empezasen las lluvias (...). Desde el Ayuntamiento no tenemos capacidad para resolver lo que se nos viene encima”, aseguró el alcalde de Vilamartín, Enrique Álvarez, que reclamó soluciones conjuntas y ejemplificó la falta de competencias y de medios de los municipios recordando que en el suyo hubo que contratar a personal privado para hacer frente a las incidencias.
Las críticas a la Xunta son comunes y contundentes. Álvarez recordó que desde el Ayuntamiento tuvieron que dirigir a las y los voluntarios del plan para evitar arrastres de la Consellería de Medio Ambiente —que dispuso más de 400 por distintas zonas de Galicia— porque nadie lo hacía; y se preguntó si, como en los incendios, tendría que ser la vecindad la que se organizase para arreglar el problema.
Desde A Rúa, María G. Albert acusó a la Xunta de “renunciar a ejercer su labor y sus competencias” en Valdeorras y recuerda que los ayuntamientos de la zona llevan “dos meses avisando de lo que iba a suceder con los arrastres en el monte”. “Es un abandono de funciones que supera la negligencia; no le quito responsabilidad a la confederación hidrográfica, pero ni ella ni los ayuntamientos tenemos competencias sobre el territorio y la gestión del monte”, explica ahora a Praza.gal, recordando que tras otra oleada de incendios, como la de 2022, Medio Rural hizo trabajos de consolidación del terreno por todas las zonas afectadas. “Este año no lo hacen y desde el Gobierno gallego usan los incendios y sus consecuencias para hacer campaña contra el Gobierno central”, añade.
“No tenemos competencias ni medios. Aunque quisiéramos asumir labores que no nos corresponden, como ya hicimos, nos es inviable; claro que afrontamos cosas, pero no damos para más”, explica la regidora, que asegura que en A Rúa “no vino ni una máquina de la Xunta, ni paja para consolidar el terreno, ni personal... Nada”. “No hubo ni comunicación, ni vino nadie a interesarse; es un escándalo”, añade.
“Nosotros en O Barco tampoco recibimos ninguna llamada ni hubo colaboración de nadie interesándose por alguna necesidad, hay que dejarlo muy claro”, dijo el pasado lunes el alcalde de la localidad, Aurentino Alonso, que pidió a la Xunta que “reconsidere su postura”.
“Los ayuntamientos no somos responsables de los incendios ni de que ahora surja otro problema con los arrastres y las contaminaciones que pueden llegar a las captaciones; alguien tendría que haberse preocupado de este problema del que llevamos alertando tiempo y que será peor cuando llueva torrencialmente”, advirtió también.
Los alcaldes, además, coincidieron en señalar que no tenían noticias del convenio que se anunció en la Xunta para firmar con cada ayuntamiento para sufragar los gastos derivados de los incendios y para el que realizaron un informe detallado. Nada supieron hasta ese mismo lunes, cuando Alfonso Rueda anunció la futura firma de los convenios con 46 municipios. El martes, según relata la alcaldesa de A Rúa, María G. Albert, recibieron una llamada de la Xunta para anunciar que pronto se firmaría. Dos meses después.