Desigualdad social

Hombres millonarios frente a mujeres cuidadoras, los dos extremos de la pirámide de la desigualdad económica

Imagen de archivo de una trabajadora doméstica.

En 2019, los 2.153 milmillonarios que había en el mundo poseían más riqueza que 4.600 millones de personas. Además, los 22 hombres más ricos del mundo acumulan más riqueza que todas las mujeres de África. Y además, el valor económico del trabajo de cuidados no remunerado es de, al menos, 10,8 billones de dólares anuales, una cifra que triplica el tamaño de la industria mundial de la tecnología. Estos datos los recoge Oxfam Intermón en su último informe, publicado este lunes, en vísperas de la cumbre económica anual de Davos. Y reflejan, a juicio de la organización, una realidad: "La desigualdad económica está fuera de control". Y para hablar de ella no se puede perder de vista la perspectiva de género: "Esta enorme brecha es consecuencia de un sistema económico fallido y sexista. Se trata de un modelo económico defectuoso que ha acumulado enormes cantidades de riqueza y poder en manos de una élite rica, cuyos beneficios se deben en parte a la explotación del trabajo de mujeres y niñas y a la vulneración sistemática de sus derechos". A un lado, por tanto, se encuentran quienes amasan billones; al otro, quienes trabajan sin cobrar o por un salario ínfimo. 

Lo que denuncia la organización en su informe no es nuevo, sino la constatación de una situación que parece enquistarse. Y de la que España no se libra. En un documento publicado hace un año, Oxfam advertía de que los hogares sin ningún ingreso se estaban multiplicando en nuestro país de forma paralela al incremento del número de ultramillonarios. Una dinámica que había comenzado con la crisis económica y que, lejos de paliarse, se está perpetuando con el paso de los años. Y quienes más lo sufren, tal y como ha denunciado la organización en distintas ocasiones, son las mujeres. Una realidad que, una vez más, Oxfam trata de poner de relieve.

"El trabajo de cuidados es fundamental, tanto para nuestras sociedades como para la economía", sostiene la organización. Bajo ese concepto se concentran las actividades de cuidado de niños y niñas, de personas mayores, de personas con enfermedades físicas y mentales y de personas discapacitadas, además de las tareas domésticas diarias. "Si nadie invirtiese tiempo, esfuerzo y recursos en este tipo de actividades, comunidades, centros de trabajo y economías enteras se colapsarían por completo", dice Oxfam. Pero la razón por la que no ocurre, critica, es porque una parte desproporcionada de ese trabajo es asumida por mujeres y niñas en situación de pobreza. Según el informe hecho público este lunes, se estima que hay 67 millones de trabajadores del hogar en todo el mundo, y el 80% son mujeres. Ellas son las que realizan más de tres cuartas partes del trabajo de cuidados no remunerado, y constituyen dos terceras partes de la mano de obra que se ocupa del trabajo no remunerado, recoge la organización.

Trabajo de cuidados dentro y fuera de casa… y sin protección

Lo hacen, además, dentro y fuera de su propia casa. En sus hogares, son ellas las que asumen casi toda la carga. "A nivel global, el 42% de las mujeres en edad de trabajar no forma parte de la mano de obra remunerada, frente al 6% de los hombres, debido al trabajo de cuidados no remunerado que deben asumir", sostiene Oxfam. Y ese es un empleo que nunca lleva aparejado un salario. Lo que ocurre es que el trabajo similar que las mujeres realizan fuera del hogar, muchas veces, tampoco.

"Este es uno de los colectivos laborales más explotados del mundo", lamenta la organización. "Tan solo el 10% de las trabajadoras del hogar están protegidas por la legislación laboral general en la misma medida que el resto de trabajadores, y tan solo cerca de la mitad goza de la misma protección en términos de salario mínimo", subraya. No sólo eso, sino que las legislaciones nacionales tampoco "estipulan un límite de horas para la jornada laboral de más de la mitad de las trabajadoras del hogar". Además, añade la organización, se calcula que el 90% de las trabajadoras del hogar no tiene acceso a las prestaciones de la seguridad social.

España no se libra. De las más de 600.000 empleadas del hogar, sólo están afiliadas a la Seguridad Social 396.626, según los últimos datos publicados por el Ministerio de Trabajo. Son 14.008 menos que hace un año, y eso que desde 2012 es obligatorio que estén dadas de alta. En cualquier caso, estarlo tampoco asegura tener unas condiciones laborales mucho mejores. Las afortunadas que sí cotizan lo hacen, en muchas ocasiones, por menos horas de las que en realidad trabajan. Oxfam y la Universidad Carlos III de Madrid llevaron a cabo un estudio en el que preguntaron a 205 trabajadoras, y sólo 18 respondieron cotizar todo el trabajo. Otras 89, el 43,4% restante, respondieron que no cotizaban ninguna hora. 

Pero ese no es el único problema que tienen estas empleadas. España todavía no forma parte de la lista de 25 países que ratificaron el Convenio 189, el nombre con el que fue bautizado el acuerdo impulsado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en el año 2011 y cuya entrada en vigor se produjo dos años después. Su principal finalidad consiste en equiparar los derechos de las trabajadoras del hogar al del resto de trabajadores

Las perspectivas, además, no son demasiado positivas. Tal y como asegura Oxfam en su informe, "el mundo se enfrenta a una inminente crisis de los cuidados, derivada de las consecuencias del envejecimiento demográfico, los recortes en los servicios públicos y los sistemas de protección social". La OIT ha estimado, añade la organización, que en 2050 habrá 100 millones más de personas mayores y 100 millones más de niñas y niños entre 6 y 14 años. Es decir, más población que requerirá cuidados. 

Y al otro lado... "los ricos no tienen más que sentarse y ver cómo crece su dinero"

Al otro lado, "en la cúspide de la pirámide económica", se encuentra "un reducidísimo grupo de personas, fundamentalmente hombres", que "acumulan billones de dólares", denuncia la organización. Lo hacen, además, "sin esfuerzo". "Se estima que una tercera parte de la riqueza de los milmillonarios proviene de herencias, lo cual ha dado lugar a una nueva aristocracia que debilita la democracia", critica. Porque, una vez garantizado, "el patrimonio de las grandes fortunas adquiere vida propia: los ricos no tienen más que sentarse y ver cómo crece su dinero". 

Funciona así porque el sistema lo permite. Segúx Oxfam, la "desproporcionada rentabilidad" de la que gozan estas personas se debe "a la enorme reducción de la tributación de las grandes fortunas y empresas, debido tanto a la reducción de los tipos impositivos como a la evasión y elusión fiscal deliberada". Y es que sólo el 4% de la recaudación fiscal mundial procede de impuestos a la riqueza. Las grandes fortunas, según algunos estudios, eluden hasta el 30% de sus obligaciones fiscales. 

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En España también ocurre, y por eso el pacto con el que PSOE y Unidas Podemos sellaron el acuerdo para el Gobierno de coalición recoge específicamente que el Ejecutivo "impulsará políticas sociales y nuevos derechos con arreglo a los acuerdos de responsabilidad fiscal de España con Europa gracias a un mejor uso de los recursos públicos, a una reforma fiscal justa y progresiva que nos acerque a Europa y en la que se eliminen privilegios fiscales". Lo harán, por ejemplo, aprobando la Ley de Medidas de Prevención y Lucha contra el Fraude Fiscal y aumentando la progresividad del sistema fiscal para que paguen más quienes más tienen. 

No obstante, tal y como destaca el informe, en este grupo también existen desigualdades. Y una vez más, las mujeres son las que salen peor paradas. Los hombres poseen un 50% más de riqueza que ellas, fundamentalmente porque son los que tienen una presencia mayoritaria en puestos de poder político y económico. "Tan solo el 18% de los ministros y el 24% de los parlamentarios de todo el mundo son mujeres; y, en aquellos países para los que hay datos, se estima que las mujeres ocupan tan solo el 34% de los puestos directivos", recalca el documento. 

¿Cómo solucionar el problema? Oxfam apuesta por la regla de las "4R": reconociendo el trabajo de cuidados no remunerado y mal remunerado, reduciendo el número total de horas dedicadas a estas labores, redistribuyéndolas y representando a las proveedoras más excluidas. 

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