Los libros

Pessoa esotérico

Lo invisible, de Rui Lage.

Lo invisible

Rui Lage

La Umbría y la Solana

Madrid

2020

Descontextualizado de su ámbito urbano, de ese entorno lisboeta indisociable de su obra y su vida, el Fernando Pessoa que protagoniza la novela Lo invisible de Rui Lage (Porto, 1975) es parte de un inteligente relato de esos espacios intuidos en su existencia pero que todavía se muestran como arenas movedizas frente a la firmeza de las afamadas obras de sus heterónimos. Tanto su interés por el mundo del esoterismo como sus primeros años en la singularidad sudafricana de Durban, hacen de esta convocatoria ficcional un espacio límite para el propio Pessoa, mito de la literatura portuguesa y al que ahora se invoca como un espíritu para alumbrar esos escenarios recónditos de su siempre sugerente vida.

La editorial La Umbría y la Solana ha hecho de Portugal un granero para muchas de sus cuidadas publicaciones. Un plausible objetivo que pone en circulación textos de autores portugueses de ayer y de hoy para difuminar esa frontera demasiado marcada en ocasiones, y que iniciativas como esta poco a poco eliminan, borrando también tiempos pretéritos de olvidos y desprecios mutuos entre esos “hermanos gemelos unidos por la espalda”, como definió José Saramago a Portugal y España. Se detiene ahora la editorial en la figura de Rui Lage, y en la que es su primera novela, tras diversas publicaciones poéticas premiadas en diferentes convocatorias y su labor como traductor al portugués de autores como Paul Auster o Samuel Beckett. Un debut en prosa que le permitió lograr el Premio Revelación Agustina Bessa-Luís y el Premio de la Sociedad Portuguesa de Autores en la categoría de Mejor Libro de Ficción Narrativa de 2019.

Un debut para el que no le ha temblado el pulso a la hora de arrimarse a esa alargadísima sombra pessoana. Esa estilizada figura que todavía parece recorrer las noches lisboetas, convocada por una ciudad que se sirve de ella para reclamo de turistas pervirtiendo muchos de sus valores. Rui Lage nos ofrece un Pessoa poco conocido, el de su interés por el esoterismo y que aquí le permite adentrarse en una suerte de andanza policíaca y de misterio que el autor del libro lleva lejos de ese urbanismo de la desembocadura del Tajo, situándola en un espacio rural, un ámbito primario y lleno de componentes panteístas que le posibilitan conectar con ese otro universo de fuerte componente natural que pudo ser el que el niño Pessoa conoció en Sudáfrica, en los exteriores del Durban que acogió a su familia tras el segundo matrimonio de su madre con el cónsul de Portugal en la ciudad africana.

Un reloj sin manecillas

Un reloj sin manecillas

Ritos, sustancias alucinatorias y toda una suerte de componentes mágicas asociadas a lo más primitivo del ser humano permiten al autor situar a Pessoa en un punto límite, en esa frontera entre lo visible y lo invisible, entre lo físico de la vida y lo etéreo del inframundo. Un intersticio en donde Pessoa cobra una nueva identidad, arrastrándonos con él al interior de esta aventura esotérica llena de interés y de curiosidades que atrapa al lector para hacer del autor de Memorial del convento un puente entre dos universos que aquí se mueven y se alumbran en paralelo como esferas de unas realidades a las que Pessoa prestó idéntica atención. Tanto lo real como lo irreal formaban parte de una visión singular del mundo, ejemplificado en lo real, en la relación del individuo con la urbe lisboeta, y en lo irreal, desde su interés por todo lo que tenía que ver con lo esotérico, como en ese juego de heterónimos que se unieron en una personalidad múltiple para generar un ser tan complejo como brillante en lo literario y hacia el que Rui Lage vuelve su mirada sabedor de sus infinitas posibilidades como inspiración para nuevos relatos, para nuevas aproximaciones a una figura que, lejos de agotarse, cada vez más parece aumentar su dimensión, ya sea esta física o metafísica.

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Ramón Rozas es crítico literario.

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