Crisis del coronavirus

La semana negra de Casado: irrelevante en el Congreso y con Ayuso en medio de su peor crisis

La semana negra de Casado: irrelevante en el Congreso y con Ayuso en medio de su peor crisis

"Hemos despistado a nuestros votantes y a la gente en general con nuestra forma de proceder esta semana. Es la verdad. No se puede negar". Quien así habla, en conversación con infoLibre, es una dirigente del Partido Popular que jamás se ha ubicado junto a quienes son críticos con Pablo Casado. Ni los más fieles al jefe de los conservadores se atreven a decir que la que acaba ha sido una buena semana para él. Porque los hechos son bastante contundentes.

El presidente del principal partido de la oposición arrancó la semana en una entrevista radiofónica en la que lanzó el órdago de dejar a Pedro Sánchez solo en la votación de la prórroga de estado de alarma. Y la termina sin haber podido demostrar si quiera si iba de farol. Porque cuando Casado pisó el miércoles el hemiciclo para intervenir en el debate, los socialistas ya no necesitaban los votos del PP. En una votación tan relevante como la de la prórroga de una serie de circunstancias excepcionales para contener la pandemia, los conservadores fueron irrelevantes. Su abstención no sirvió para nada. Ni para fortalecer a Sánchez, ni para debilitarle. Tampoco, pues, para que Casado se reivindicase como alternativa en un debate que parecía planteado como una moción de censura.

De forma paralela, Casado ha sido testigo de cómo Isabel Díaz Ayuso, su apuesta personal para presidir la Comunidad de Madrid, ha vivido también de sus peores días al frente del Gobierno regional. En una cuestión tan delicada como el proceso de desescalada y, obviando el criterio de la Consejería de Sanidad, Ayuso dio la orden de solicitar al Ministerio el paso de Madrid de la fase 0 a la fase 1. El "no" del departamento de Salvador Illa ha sido sonoro. Y desde la dirección nacional, la respuesta ha sido el silencio. 

"La gestión de Ayuso en Madrid no nos ayuda en absoluto. Nos ha hecho polvo. En esta crisis del covid-19, Madrid se ha comportado como frente político contra algunas de las decisiones del Gobierno central. Episodios como del del cambio de fase, con dimisiones de por medio, no es que te den mucha autoridad para confrontar políticamente con el otro ¿no?", se pregunta un diputado nacional. 

¿Qué dicen de la estrategia del PP el episodio de la moción y lo sucedido en Madrid?

"Hay semanas que podríamos decir que parece que no tenemos ninguna estrategia. Parece que no hemos sabido jugar la baza que se nos planteaba en el Congreso y, al final, ha sido Ciudadanos —10 escaños— quien se lleva el mérito de la desvinculación de los ERTE del estado de alarma y de otras medidas económicas", relata un senador.

Hasta la misma mañana de la votación, Casado no precisó —lo hizo en su discurso— que el Partido Popular iba a abstenerse. Hasta ese momento, desde su entorno aseguraban que el escenario estaba abierto, que se movían entre el "no" y la "abstención".

Fuentes conocedoras del proceso señalan que en los últimos días el líder del principal partido de la oposición había recibido opiniones, algunas de su entorno más próximo, que le animaban a romper del todo. A votar no. No lo tenía del todo claro, pero, como se puso de manifiesto en la entrevista que concedió a Onda Cero el lunes, votar en contra era una de las opciones. Que, además, se reforzó tras una conversación telefónica nada productiva con el presidente de Gobierno. 

Los vaivenes de los barones

Sólo un día antes, los barones del PP habían acudido a la ya tradicional conferencia de presidentes de los domingos con Sánchez y habían salido de ella con tonos muy duros en contra de la prórroga de la moción de censura. Así lo hizo Alberto Núñez Feijóo, urgido quizá por poner fecha a unas autonómicas que iban a haberse celebrado el 5 de abril. Pero también Isabel Díaz Ayuso, a la que se supone cercanía al líder.

"Cuando el lunes Casado pone sobre la mesa la posibilidad de que su partido pueda votar no, lo hace también pensando en las comunidades autónomas del PP en las que gobiernan, pensando en quienes están pidiendo a Sánchez que frene ya las prórrogas", interpreta un parlamentario autonómico. "Sin perder de vista también que íbamos detectando en las calles, en nuestros entornos, entre nuestros votantes... un clamor para que acaben los estados de alarma", precisa. No pasa inadvertido que la extrema derecha de Santiago Abascal llevaba ya dos plenos dando negativas a Sánchez y afeando al PP que fuese de la mano de los socialistas.socialistas

Pero el martes, algunos barones sorprenden a Génova. Sobre todo, el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo. Quien 48 horas antes había defendido el fin del estado de alarma, tras una conversación con la vicepresidenta Carmen Calvo había llegado a comprender que el Gobierno necesitase tiempo para organizarse y buscar alternativas al estado de alarma. Ayuso también parecía ver con buenos ojos esperar, igual que el andaluz Juanma Moreno. En la dirección nacional del PP siguieron sin aclarar el voto. 

"En 24 horas, los mismos que pedían el 'no', se movían hacia la abstención y con el riesgo añadido de que cualquier movimiento podía interpretarse como una guerra entre Casado y sus barones", mantiene una de las dirigentes consultadas.

No habrá más abstenciones

La margarita se deshojó el miércoles a primera hora en el Congreso cuando Casado anunció a Sánchez su abstención. Pero la sensanción de confusión que se vivió y el hecho de que Ciudadanos pudiese arrogarse algunas de las medidas que el PP consideran sus banderas dejó mal sabor de boca en las filas conservadoras

A media tarde, antes de la votación y después de que Casado ya hubiese anunciado el sentido de su voto, el Grupo Parlamentario Popular celebró una reunión telemática —había sido convocada a primera hora de la mañana—. El presidente del PP comentó a los suyos que de ese Pleno iban a salir aprobadas iniciativas que ellos defendían —aunque fuese gracias a Inés Arrimadas— y que, de plantearse otra prórroga, el voto iba a ser negativo.

A la espera de comprobar si el viraje de Arrimadas es definitivo o si sigue contando con ellos como "socios preferentes", en el PP dicen tener claro ahora que no ellos no pueden asumir los costes, sobre todo económicos, que va a tener esta intención de Sánchez de "seguir prorrogando los estados de alarma". Y que la decisión, ahora sí, está tomada.

PP y Cs: alta tensión en Madrid

Si la posición de Arrimadas en el Congreso ha escocido, más preocupa en el PP la situación que atraviesa el Gobierno de la Comunidad de Madrid, donde conservadores y liberales gobiernan en coalición. Que Ayuso y Aguado se entienden regular no es ningún secreto en la política madrileña, ni en la española, porque sus diferencias han traspasado fronteras. Pero el choque ha llegado a su peor momento esta semana, cuando las comunidades autónomas tenían que redactar las peticiones al Ministerio de Sanidad para saltar de fase. Para pasara de la 0 inicial a la 1, esa que permite mayor movilidad, encuentros en domicilios sin superar las 10 personas de aforo o sentarse en las terrazas de los establecimientos hosteleros siempre que no se supere el 50% de su capacidad.

El miércoles, el día que Sanidad tenía que recibir las peticiones de las autonomías, Ayuso y Aguado discreparon sobre los avances que Madrid debía hacer. El dirigente de Cs abogaba por pedir el salto de fase y la presidenta se mostró prudente, preocupada por la ocupación de las UCI, uno de los criterios que el ministerio pide evaluar.

En la base de la oposición de Ayuso estaba también el hecho de que su consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, no creía que fuese el momento. Pero de nada sirvió la posición de la Consejería de Sanidad. Porque Ayuso acabó poniéndose del lado de Aguado y definitivamente el Consejo de Gobierno —hicieron falta dos reuniones— dio luz verde a pedir la fase 1 para la Comunidad. Este movimiento se llevó por delante a la directora general de Salud Pública, Yolanda Fuentes, que se negó a avalar con su firma la documentación que había que trasladar al departamento de Salvador Illa

Silencio sobre Ayuso

Ni la dirección nacional del PP ni los barones regionales del partido salieron este viernes en defensa de Ayuso, que hace de sus discursos e intervenciones diarias una enmienda a la totalidad a la gestión de Sánchez. La sensación general que cunde en su partido es que en este caso no la ha hecho nada bien.

Para intentar explicar por qué ahora sí era partidaria del paso a la fase 1, la presidenta madrileña recurrió a argumentos económicos. Unas razones que no acaban de convencer a dirigentes del PP de Madrid. "En una situación como la actual, si en principio has dudado de la capacidad de las UCI no puedes venir después con los indicadores económicos", defiende uno de esos dirigentes.

Casado subraya que el PP votará 'no' a la prórroga del estado de alarma y perfila una "alternativa" para "activar España"

Casado subraya que el PP votará 'no' a la prórroga del estado de alarma y perfila una "alternativa" para "activar España"

¿Hay otros motivos? Sectores del PP interpretan el gesto de Ayuso de plegarse a lo que defendía Aguado como una forma de tender puentes a Cs en un momento en el que la crisis del covid-19 ha erosionado demasiado las relaciones entre ambos socios de Gobierno. "Un intento de sellar la paz", dicen.

Por mucho que Arrimadas y Casado defiendan la solidez de los pactos autonómicos, el acercamiento de la líder de Cs al PSOE en el Congreso ha despertado algunos temores en los territorios. También, el hecho de que Pedro Sánchez haya dado luz verde a todos sus dirigentes territoriales a que busquen pactos en las comunidades para llegar a acuerdos por la reconstrucción "gobierne quien gobierne". Aguado ha aceptado la mano tendida de socialista Ángel Gabilondo para hablar de Presupuestos; Ayuso no quiere ni escuchar hablar de ello. Mientras, Vox, apoyo externo Ayuso y Aguado, aprovecha estas tensiones para erosionar más la relación acusando al líder de Cs en Madrid de ser el "infiltrado" de Sánchez en el Gobierno regional.

Este lunes, la presidenta de la Comunidad de Madrid participará en una sesión extraordinaria del Aula de Liderazgo del Instituto Atlántico de Gobierno, presidido por José María Aznar. Fue el 21 de enero cuando ella nombró como jefe de gabinete a Miguel Ángel Rodríguez, exsecretario de Estado de comunicación de Aznar. En círculos del PP de Madrid llevan tiempo lamentando el exceso de influencia de Rodríguez sobre la presidenta y ven tras él, dicen, la estrategia de confrontación permanente con Sánchez.

Más sobre este tema
stats