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El futuro del PSOE

Cambios de bando en el PSM ante la cercanía de las listas electorales

Tomás Gómez, durante su rueda de prensa en la Asamblea de Madrid, este 13 de febrero de 2015.

El duelo en el Partido Socialista de Madrid (PSM) por la decapitación de Tomás Gómez ha durado un día. Lo que duró el shock y el estupor por una noticia que no se esperaba en ese momento, aunque sonase recurrentemente entre los cuadros y la militancia del partido. Pero este jueves se pasó de la conmoción –y, para algunos, la "indignación" y el "enojo"– a otro nuevo escenario, el de la distensión. Varios motivos explican el camino hacia la normalización. Uno, crucial, es que queda apenas un mes para la aprobación de las listas electorales para las municipales y las autonómicas del 24 de mayo y quien tiene el poder ahora ya no es Gómez, sino la comisión gestora que pilotará el PSM al menos en los próximos seis meses y que preside Rafael Simancas. También que, pasado el momento del mazazo –la disolución de los órganos regionales a cien días de los comicios–, se impone la realidad: que no queda mucho margen de maniobra para la rebelión. Y el PSOE es, a la postre, un partido jerárquico, donde la orden que llega de arriba se digiere y acata, con más o menos entusiasmo. 

Simancas se encargó de dejar bien claro que la gestora goza de toda la legitimidad para tomar decisiones, pues la ejecutiva de Pedro Sánchez le confirió ese poder. "La dirección del PSM es esta, es la que tienen ante ustedes, sólo hay una dirección y está aquí presente", subrayó ante los periodistas, en su primera comparecencia pública, en Ferraz, y no en Callao, la sede regional. La ejecutiva provisional fue desplegando gestos de autoridad de manera automática: anunciando relevos en la dirección del grupo en la Asamblea de Madrid, preparando la elección del nuevo candidato autonómico –se "interpretará" la voluntad de la militancia y se elevará una propuesta a la Comisión Federal de Listas en un plazo máximo de 15 días–, se relanzará la elaboración del programa y se concertarán encuentros con sindicatos y organizaciones madrileños. Otros gestos, aunque simbólicos, denotaron ese intento de marcar territorio: Ferraz cambió la cerradura de la sede del PSM y comunicó por burofax el despido a 11 trabajadores de Callao vinculados a la cúpula de Gómez. 

Tampoco hubo un cuestionamiento público de los barones a la decisión de Sánchez, madurada en los últimos días. Lo que se percibió, de hecho, fue el respaldo al secretario general o el silencio. El más clamoroso fue el de la presidenta de la Junta, Susana Díaz, que en estos dos días ha evitado pronunciarse de forma directa, pese a la insistencia de la prensa. Sólo ha lanzado la advertencia de que la "unidad" del partido es capital. Andalucía quiere aislarse de cualquier contienda nacional (también las que se libran en el espacio de su partido) para concentrarse en su campaña. 

"El lío, la tragedia, ya la vivimos el miércoles"

"Empieza un tiempo nuevo", resalta gráficamente un secretario general de una importante agrupación de la capital. Y era el espíritu que se percibía en otras ejecutivas de distrito y de importantes ciudades de la Comunidad. Incluso entre aquellas más próximas a Gómez. "No nos queda otra que plegarnos a lo que diga la gestora, como no puede ser de otra manera. Y la inmensa mayoría de los secretarios generales nos pondremos a trabajar, a disposición de la gestora", indica otro líder local que hasta ahora sintonizaba por completo con el ex secretario general. "A 100 días de las elecciones lo que toca es seguir. Después, ya veremos", abunda un secretario local que acompañó a Gómez en su rueda de prensa de despedida de Callao, en la que prometió continuar peleando y clamó contra el "atropello" de Sánchez, motivado por la "debilidad" en su liderazgo. Otro precisa: "El poder, más que la gestora, lo tiene Rafa [Simancas]. Es él quien tiene todo el poder". 

Un candidato de primer nivel lo verbalizaba con realismo. "El lío, la tragedia, ya la vivimos ayer [por el miércoles]. Pero las cosas ahora son distintas. Yo estoy de campaña". "Todo mi respeto para mi partido, por supuesto que sí, y mi única lucha y mi única pelea es Madrid, que como dicen las encuestas se va a ganar y va a haber un alcalde de Madrid progresista después de 25 años", señaló ante los medios el cabeza de lista por Madrid, Antonio Miguel Carmona. 

En síntesis, los jefes de las agrupaciones del PSM se están "adaptando", haciéndose a la idea de que hay un nuevo escenario y de que el líder ya no se llama Tomás Gómez. "Mucha gente pudo arropar a Tomás en su despedida, en Callao. Pero eso terminó. Las personas no están por encima de la organización", rubrica un dirigente que conoce bien las tripas de la federación. Además, el periodo de interinidad no será corto. Puede que se prolongue hasta pasadas las generales. 

Gómez no se acantona

A que la balanza se incline a favor de la gestora de Simancas contribuye también, según las fuentes consultadas, la actitud de Gómez y su núcleo duro. Presentó un recurso ante la Comisión Federal de Garantías del PSOE para defenderse e intentar revertir la decisión de Sánchez, pero no se acantonó. No acudió al pleno de la Asamblea –pese a que oficialmente es portavoz del grupo en funciones–, ni pretendió ocupar de nuevo su despacho. Además, dejará su escaño en cuanto se resuelva su impugnación. Maru Menéndez, su secretaria de Organización, entregó ayer su acta, y en los próximos días lo hará otra de las colaboradoras de Gómez, Rosa Alcalá. En resumidas cuentas, la dirección saliente dio un paso atrás. 

Sánchez decidió apartar al líder del PSM casi en el tiempo de descuento. 102 días antes de los comicios. Pero justo antes de que comenzase la elaboración de las listas. Ahora mismo, las agrupaciones locales tenían de plazo hasta el 20 de febrero para convocar a sus militantes para que propusiesen nombres. La ejecutiva de Gómez no se había puesto a componer el puzle. Ahora, esa tarea recaerá en la gestora, que a su vez designará en los próximos días un Comité Electoral. 

Varios secretarios generales consultados reconocían abiertamente que el giro obedece, en parte, a esa lógica, la de la confección de las listas. Aquellos más de la confianza de Gómez que contaban con figurar en ellas ven flaquear su posición, al tiempo que se abren oportunidades para los que albergaban pocas esperanzas. De modo que lo que ahora conviene a todos es "el menor ruido posible", según el análisis compartido. "Es lo normal, todo el mundo huele dónde está el poder. Si las listas hubieran estado hechas, otro gallo cantaría", sentencia un jefe de distrito. 

Los 'tomasistas' pretenden seguir "muy activos"

Los miembros de la gestora también perciben esa "mayor tranquilidad", esa "normalización" o reacomodo del PSM después de la "marejada" del miércoles. Y reconocen que el movimiento responde al nerviosismo que siempre provoca la elaboración de las candidaturas. "Vamos a hacer lo posible para que las cosas mejoren y las resistencias se vayan venciendo, pero la gente está girando. Es la dinámica normal. Además, Tomás estaba muy abrasado ya. Y era más temido que querido", indica un secretario general miembro de este órgano. Un juicio este último que expresan asimismo otros líderes locales, que asumen que existía un cierto "deterioro orgánico", una de las razones por las que Ferraz decidió actuar. 

Los colaboradores de Gómez ven las cosas desde otro prisma diametralmente opuesto. Un miembro de su confianza insiste en que el exalcalde de Parla sigue gozando de "la mayoría del partido", y precisa que si predomina el silencio en público o si hay un cierto realineamiento es porque "existe un miedo generalizado a la gestora, porque tendrá poder para todo", ya que está disuelto el Comité Regional –el máximo órgano entre congresos–, el único que podría equilibrar. "Hemos visto cómo se las gastan los de la gestora. Y el que no comulgue con ellos, fuera. Habrá una caza de brujas. Hay una clara intención de controlar todas las listas para eliminar a todo afín a Tomás. Así quieren intentar controlar la federación de cara a las primarias a la Moncloa de julio. Eso es lo que está en juego", asevera este dirigente. Por eso sentó mal el despido de trabajadores de Callao.

Los tomasistas no quieren descubrir por ahora todas sus cartas. Prometen seguir "muy activos". Por ahora, agotarán la vía orgánica –el recurso ante la Comisión Federal de Garantías– y siguen "sopesando muy seriamente" acudir a los tribunales. No tienen intención de presionar a sus bases para que propongan a Gómez como candidato, en un claro desafío a la cúpula federal, porque entienden que este ya "fue avalado" en las primarias (sin urnas) del pasado otoño y porque rehúsan entrar "en el despropósito" en el que, a su juicio, entró Sánchez. Garantizan que se volcarán en la campaña andaluza y en las autonómicas y municipales del 24-M –"No estamos en el cuanto peor, mejor"–, pero sí pasarán la factura a Ferraz en caso de que la operación no tenga éxito. Es decir, que si en mayo el PSM tiene un mal resultado, pedirán cuentas a Sánchez. De eso tampoco hay dudas en el resto del partido. 

Díaz: el "secreto" está en la "unidad"

Secretarios locales que no están ni en la gestora ni en el círculo íntimo de Gómez ofrecen una visión más ponderada: el exlíder del PSM disponía de un gran control de la federación, pero sus apoyos habían ido menguando tras las sucesivas batallas internas, de modo que vivía en una cierta "realidad paralela"

En los próximos días se comenzará a consolidar el nombre del nuevo cabeza de lista autonómico. Todo apunta a que será el exministro Ángel Gabilondo. Confirmación oficial no hay. Lo previsible es que la gestora induzca a las agrupaciones a que lo postulen, para que se haga ver que sale de abajo. Los secretarios locales cuentan ya con esa previsión, y algunos apuntan que "no está mal visto" por la militancia. Lo que no habrá será ninguna ratificación ni referéndum posterior, como ya adelantó Simancas

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De cualquier modo, si el incendio se va apagando, Sánchez se anotará temporalmente el tanto. Tampoco se ha generado demasiado ruido fuera de Madrid, más allá de la preocupación y malestar compartidos por los métodos y los tiempos empleados por el secretario general. En público, la tónica dominante fue la de respaldo a Sánchez o cuanto menos, respeto a su decisión. El más expresivo, el extremeño Guillermo Fernández Vara (una decisión "valiente", está "obligado a intervenir y tomar decisiones" si la situación en una comunidad "compromete seriamente el resultado electoral").

Pero también llegó apoyo expreso de Murcia (Rafael González Tovar), Aragón (Javier Lambán) y Baleares (Pilar Costa, portavoz). Más tibieza mostraron, por ejemplo, Cantabria (Rosa Eva Díaz Tezanos), Euskadi (Idoia Mendia) o Castilla y León (Luis Tudanca). Miquel Iceta (PSC) mostró su respeto pero instó a las partes al diálogo, petición que también formuló Valencia (Ximo Puig). Este, muy próximo a la presidenta andaluza, apostó por "hablar, razonar y poner por encima de todo" el interés de los ciudadanos en una situación "complicada" que le produce "desazón y desasosiego". Y Emiliano García-Page (Castilla-La Mancha) calificó de "dolorosa, seria" la decisión de Sánchez, aunque "en momentos de cirugía", siempre apoyará al "cirujano". 

Pero Susana Díaz no quiso decir nada. Todo lo más, subrayar que el "secreto" del PSOE andaluz para ganar durante tantos años en la comunidad es la "unidad" y que siempre antepone los intereses de los ciudadanos a los del partido. Lo dijo durante la reunión del Comité Director que aprobó las listas a las autonómicas. Sólo dio esa frase, de la que cabía colegir que presumía de tener a todo el PSOE-A como una piña detrás de ella, mientras que el resto del PSOE no goza de esa misma unidad al estar partido en banderías. Pero hasta ahora no ha habido referencias directas a lo acontecido. Ese silencio es más que elocuente. 

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