Investigación

Así planearon cuatro capos del narcotráfico una fuga a sangre y fuego de una cárcel de Perú

Distrito de San Juan de Lurigancho, a las afueras de Lima, donde se encuentra el penal Miguel Castro Castro. Desde allí, Jorge Javier Medina Gavilán ayudaba a sus tres socios a huir de Ancón 1.

Stevan Dojčinović (OCCRP/KRIK), Pavla Holcová (OCCRP/Investigace.cz) y Eduardo Goulart (OCCRP)

Las autoridades peruanas no corren ningún riesgo con el capo serbio de la droga Zoran Jakšić. Hoy se encuentra en una prisión de máxima seguridad conocida como "Némesis" y diseñada para albergar a algunos de los convictos más notorios del país. Sin embargo, Jakšić no acabó en el centro de máxima seguridad de Perú por el procedimiento habitual de traslado de presos de alto perfil. Fue enviado a Némesis como castigo por planear una fuga violenta de su anterior centro, que estuvo a punto de conseguir. Un informe policial de alto secreto obtenido por el OCCRP, Investigace.cz y KRIK muestra que el audaz plan incluía armas pesadas para atacar a los guardias y provocar un motín en la prisión, así como un helicóptero para huir de la caótica escena.

Y Jakšić no estaba solo en el complot.

El informe de la policía peruana revela cómo Jakšić planeó la fuga de la prisión junto con líderes de otros tres importantes grupos de narcotraficantes. Todos ellos estaban detenidos, pero se las arreglaron para mantenerse en contacto entre sí y con aliados fuera de los muros de su prisión.

El plan fracasó cuando, el Día de los Inocentes de 2021, un recluso que actuaba como confidente de la policía informó a sus superiores de que algo grande estaba a punto de ocurrir en Ancón 1, la prisión en la que se encontraban tres de los conspiradores. "El enfrentamiento con los miembros de la seguridad de la prisión será violento y criminal", dice el informe policial.

Para entonces, los criminales ya lo habían organizado casi todo. Sólo les faltaban las balas, que habían sido compradas por grupos del crimen organizado y que iban a ser entregadas a Ancón 1 unos días después.

Se invirtió al menos un millón de dólares en el alquiler de helicópteros, así como en la compra de lanzagranadas RPG-07 y fusiles de asalto M-16 y AR-15. Tres de los narcotraficantes –serbio, brasileño y mexicano– incluso dejaron temporalmente de coordinarse en el tráfico de drogas para centrarse en la fuga, según el informe.

Cuando la policía informó a las autoridades penitenciarias del plan, el grupo fue desmantelado y Jakšić trasladado a Némesis. Pero los documentos facilitados a los periodistas muestran lo cerca que estuvo el plan de hacerse realidad y cómo lo pusieron en marcha los cuatro hombres, todos ellos miembros destacados de grupos de delincuencia organizada.

No está claro si los cuatro se conocían antes de ingresar en prisión, aunque sus grupos habían cooperado en el narcotráfico. La forma en que Jakšić y dos de sus cómplices acabaron en la misma prisión al mismo tiempo –y confabulados– es una historia de astucia y serendipia criminal.

infoLibre, colaborador de la red OCCRP, publica en exclusiva esta investigación en España.

Aprovechando el auge de la cocaína en Perú

En 2016 Jakšić fue detenido en Perú tras pasar años moviéndose entre países con hasta cuarenta identidades falsas. Hasta entonces, había logrado adelantarse a las fuerzas de seguridad internacionales que perseguían al Grupo América, que tenía conexiones con la inteligencia serbia y estaba vinculado a varios asesinatos en ese país, entre ellos el de un general de la policía.

Cuando fue capturado, Jakšić se había convertido en uno de los principales proveedores de cocaína a Europa y era buscado por las autoridades de Grecia, Argentina y Alemania. Pero cuando la OCCRP lo visitó, detenido en Perú en 2017, negó la mayoría de las acusaciones, admitiendo únicamente la posesión de un kilogramo de cocaína. "Soy inocente. No tienen nada contra mí", dijo Jakšić durante una entrevista en una celda privada con baño propio y dos teléfonos móviles.

Jakšić fue condenado posteriormente a 25 años de prisión por tráfico de drogas con Gavilán.

Gavilán cumplía entonces una condena de 16 años, pero su grupo había estado aprovechando el auge de la cocaína en Perú. Aunque la mayoría de las muestras de cocaína incautadas en la Unión Europea siguen procediendo de Colombia, Perú le sigue de cerca, según un informe del año pasado del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías. Según el informe, más de un tercio de las muestras de cocaína incautadas en la UE procedían de Perú.

La organización de Gavilán tenía su base en el centro de Perú, en un fértil valle donde confluyen tres ríos. La zona es el centro de la producción de cocaína del país. Desde allí cargaban pasta de cocaína en pequeñas avionetas, conocidas como "golondrinas", que volaban hasta pistas de aterrizaje en la selva de Brasil. Una vez llegado el cargamento, los distribuidores lo trasladaban por todo el mundo.

Desde la cárcel, Gavilán podía coordinar los tratos con Jakšić mediante llamadas telefónicas a su banda en el exterior. La policía escuchaba esas llamadas, y eso fue lo que llevó a la detención de Jakšić.

Jakšić fue enviado primero a la prisión Miguel Castro Castro, cerca de Lima, donde también estaba recluido Gavilán. Allí se encontraron y mantuvieron el contacto incluso cuando Jakšić fue trasladado a Ancón 1 tras planear una fuga a través de un túnel de 300 metros. El socio de Jakšić en el plan del túnel era Ayala, el miembro del cártel de Sinaloa que, según los medios de comunicación, fue encarcelado en 2005 cuando intentó enviar 875 kilogramos de cocaína desde Perú a través de México hasta Estados Unidos. Los dos reclusos planeaban conectar el centro del centro de máxima seguridad Miguel Castro Castro con una casa en construcción situada a 300 metros. Contrataron a trabajadores que consiguieron excavar 180 metros antes de que se frustrara el complot. Después, ambos fueron trasladados a Ancón 1, a una hora en coche del centro de Lima.

En Ancón 1, Jakšić se reunió con otro contacto, el miembro brasileño del Comando Vermelho Fonseca da Silva, también conocido como "Zé Luis".

Zé Luis había sido detenido en diciembre de 2018 acusado de tráfico de drogas, asociación con el narcotráfico y participación en una organización criminal. En julio siguiente, tras una vista judicial, se zafó de dos policías que lo escoltaban y escapó. Las autoridades de Perú lo detuvieron en noviembre de 2019 con documentos de identidad falsos de ese país, que según la policía había comprado por 10.000 dólares.

Tras la fallida fuga de la prisión de Ancón 1, Zé Luis fue dejado en libertad o se fugó, y más tarde fue asesinado en un "enfrentamiento" con las fuerzas del orden brasileñas en 2022.

La fuga frustrada de Jakšić

El plan para escapar de Ancón 1, según el expediente policial, consistía en disparar y matar a los guardias de la prisión, provocando un motín. Luego, en medio de la confusión, Jakšić, Zé Luis y Ayala huirían en helicóptero. Les habían proporcionado armas: el grupo sólo esperaba las balas.

Desde la prisión Miguel Castro Castro, Gavilán ayudaba a sus socios a planear su huida de Ancón 1. Se encargaba de utilizar su red para organizar el helicóptero y las rutas que utilizarían sus socios criminales para salir de Perú.

El objetivo era volar en helicóptero hasta la región montañosa de Vizcatán, a más de 500 kilómetros de Lima, donde se había asegurado un helipuerto clandestino para aterrizar. Desde allí, los hombres viajarían en avión a Bolivia, según el informe policial.

Al final, toda esta planificación fue deshecha por un informante con nombre en clave 0321CA, que alertó a la policía de la trama el 1 de abril de 2021. Jakšić fue trasladado entonces a "Némesis", en referencia a la diosa griega de la venganza.

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Ubicada en la Base Naval del Callao, cerca de Lima, entre los reclusos de la prisión se encuentra Vladimiro Montesinos, ex jefe de la agencia de inteligencia de Perú que ordenó la construcción de la prisión y posteriormente fue condenado por cargos que incluyen malversación de fondos, homicidio y abuso de poder.

El abogado de Jakšić, Huanca, dijo que ha presentado una denuncia contra los funcionarios que aprobaron el traslado de su cliente a la prisión de alta seguridad basándose en lo que calificó de información falsa. "No es miembro de una organización criminal, tampoco es líder de una organización criminal", afirma Huanca.

Aquí puedes leer la información original en inglés.

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