39º Congreso Federal del PSOE

El nuevo Partido Socialista resta poder a los órganos y barones en favor de las bases

El secretario general del PSOE, este sábado, saluda a los delegados del Congreso Federal.

Ibon Uría

Menos contrapesos orgánicos al liderazgo del secretario general y más decisiones en manos de las bases. Es el resumen del modelo de partido que sale del 39º Congreso Federal del PSOE, donde los socialistas entregaron el poder a Pedro Sánchez y éste consiguió sacar adelante sus propuestas para modificar las normas internas de la organización.

Los cambios afectan, entre otros, al Comité Federal: a cómo se elige a sus miembros y también a qué decisiones puede adoptar por sí mismo. Hasta ahora una parte de los integrantes se elegían en el Congreso Federal, y el resto salían escogidos en los congresos de las federaciones. Ahora habrá una parte que votará directamente la militancia.

Será, en concreto, un tercio de los miembros del comité. Otro tercio lo elegirán los territorios y el último, el congreso. En su última composición había unos 260 delegados, de los que 110 habían sido elegidos por cónclave federal y el resto por los territorios. Con el nuevo reparto, se reduce la influencia de las federaciones y, por tanto, de los barones.

En la tarde del sábado, Sánchez inició contactos con dirigentes autonómicos para negociar la lista de integrantes del Comité Federal que se escogen este fin de semana en el congreso del partido. Las conversaciones seguían entrada la noche y pueden alargarse horas, pues el plazo para presentar los nombres acaba a las seis de la mañana del domingo.

Más consultas a las bases

El órgano también pierde competencias, como las relativas a las pactos postelectorales. Sánchez prometió consultárselos a la militancia, y este domingo sumó una enmienda para preguntar también el voto del PSOE en la investidura de un candidato de otro partido si eso implica dejarle gobernar. Ese fue el escenario de la investidura de Rajoy.

Tras quedarse en minoría en el comité y perder una votación sobre el calendario del congreso, Sánchez presentó su dimisión el 1 de octubre de 2016. Durante aquella reunión, un sector del partido llegó a comenzar una recogida de firmas para promover una moción de censura contra el líder. Con las nuevas normas, cesarlo ya no será tan sencillo.

El motivo es el siguiente: hasta ahora bastaba con reunir la mitad más uno de los votos del comité para finiquitar el mandato de un secretario general. Tras este congreso, sin embargo, y tras ganar la votación en el comité, el cese del líder sería sometido a una consulta a las bases, y sólo perdería su poder si la militancia así lo aprueba.

Menos gestoras, más primarias

El equipo de Sánchez ha regulado igualmente ese escenario infrecuente: el de la ausencia de un líder, bien por dimisión bien por cese. La figura de la comisión gestora a nivel federal no estaba regulada en los estatutos vigentes, lo que provocó enfrentamientos internos por el papel de la dirección interina. Ahora se clarifica el guión a seguir.

En el "nuevo PSOE" las direcciones interinas tendrán su mandato limitado a 90 días. Además, tendrán competencia únicamente para organizar el siguiente congreso del partido, en el que se elegiría a la nueva dirección. Es una diferencia notable con la gestora de Javier Fernández, a la que el Comité Federal otorgó el mando de la dirección ejecutiva.

Cambia también el proceso para elegir al secretario general. Se mantienen las primarias, pero con novedades. En la fase de avales habrá un máximo y un mínimo de firmas a presentar. En las de 2014 y 2017 no había límite, y distintos sectores del PSOE consideraron que se presionaba a los militantes y se tensionaba innecesariamente la organización.

Entre las innovaciones aprobadas por Sánchez también figura la creación de la iniciativa política del militante —un cauce para que los afiliados propongan temas de debate en los órganos del partido si reúnen el 20% de firmas de las bases— y la extensión de las primarias, con las que se elegiría a los candidatos autonómicos y en locales —estos, en municipios de más de 50.000 habitantes—.

Debate de medianoche

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Tras el debate en las tres comisiones —política, económica y orgánica— durante toda la jornada del sábado, la única enmienda que llegó al plenario tuvo que ver precisamente con el modelo de partido. Las modificaciones a la ponencia que se aprueban en comisión no son ratificadas por el conjunto de los delegados, pero aquellas que no salen adelante en los grupos de trabajo, pueden ir al pleno si tienen a su favor más del 20% de los votos.

La enmienda que se votó en el pleno pasada la medianoche pedía que la Comisión Federal de Listas no puediera alterar la composición de las planchas electorales decidida por los órganos provinciales y autonómicos. Fue rechazada con 430 votos en contra, 103 a favor y 19 abstenciones. Los delegados de la federación andaluza no estuvieron presentes en la votación. De hecho, en total se registraron sólo 552 votos, poco más de la mitad de los 1.004 delegados con derecho a voto.

A punto de llegar al plenario estuvo también una enmienda de Juventudes Socialistas que proponía "un referéndum donde el pueblo español pueda decidir su forma de Estado" y abogaba por "avanzar hacia la tercera República". "Los socialistas trabajaremos políticamente para alcanzar la tercera República española como proyecto plural, democrático, social y ciudadano", decía literalmente. El equipo de Sánchez evitó la votación pactando con la organización juvenil una redacción alterantiva donde se habla de "fortalecer valores republicanos" y "promover un modelo federal".

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