política judicial

Perelló y un progresista díscolo entregan el control del Consejo del Poder Judicial a los conservadores

La presidenta del CGPJ, Isabel Perelló.

Lo que se venía fraguando desde hace meses, al final se ha consumado. La presidenta del Consejo General del Poder Judicial, Isabel Perelló, y el vocal a propuesta de Sumar Carlos Hugo Preciado –considerado por los integrantes del sector progresista un "tránsfuga"– han votado esta mañana junto a los 10 vocales a propuesta del PP para entregar el control del órgano de gobierno de los jueces a la derecha. El acuerdo, alcanzado por 12 votos a nueve, deja en franca minoría, con solo dos representantes, a los vocales a propuesta del PSOE en la comisión clave de la institución, la permanente, y rompe todos los consensos alcanzados entre ambos sectores tras la renovación para renovar la composición y las presidencias de los órganos internos.

Progresistas y conservadores pactaron en septiembre de 2024 que los cambios en la composición de las diferentes comisiones del órgano constitucional se harían mediante rotaciones de mayorías y presidencias. El objetivo era que aquellas que durante el primer año hubieran tenido una presidencia progresista, esta pasara a una conservadora y viceversa, aplicándose la misma regla al cambio en las mayorías. Pero en el tenso Pleno que se ha retomado este jueves, Perelló y Preciado, junto con los 10 vocales a propuesta del PP, han hecho saltar ese consenso básico con el que el Consejo echó a andar hace más de un año. La presidenta (perteneciente a la progresista Juezas y Jueces para la Democracia, pero propuesta para el cargo por los conservadores) y el vocal a propuesta de la formación de Yolanda Díaz han votado la propuesta defendida por el sector conservador sin dar margen a ningún tipo de negociación.

La comisión permanente, el órgano más trascendente del Consejo tras el Pleno, que actúa en delegación de este último y decide todas las cuestiones laborales y profesionales de la carrera, además de acordar la apertura de investigaciones disciplinarias, seguirá presidida, como establece la Ley Orgánica del Poder Judicial, por la presidenta. Pero la mayoría de vocales conservadores con la que contaba hasta ahora –cuatro miembros, frente a tres progresistas– no se ha revertido, sino que se mantiene. De ella, además de Perelló, seguirá formando parte, como hasta ahora, Carlos Hugo Preciado, al que los progresistas no consideran parte de su grupo y cuyo voto va siempre unido al de la máxima responsable del Consejo. La presencia del sector progresista queda así reducida únicamente a dos consejeros.

Además de Perelló y Preciado, en ella repiten tres de los cuatro vocales conservadores que la integraban hasta ahora: Eduardo Martínez Mediavilla, Isabel Revuelta y Alejandro Abascal. Pilar Jiménez, también propuesta por el PP, cede su puesto a su compañero de grupo Carlos Orga. Los dos consejeros a propuesta del PSOE serán Argelia Queralt y Bernardo Fernández. Los progresistas querían incluir también a José María Fernández Seijo, pero los conservadores, la presidenta y Preciado lo han vetado. Perelló, Preciado y los cuatro conservadores contarán, también este año, con una amplia mayoría.

El pacto para la renovación alcanzado por los partidos que sustentan al Gobierno (PSOE y Sumar) y el PP en junio de 2024 establecía un empate a 10 entre conservadores y progresistas. Pero, mientras que los vocales a propuesta del partido de Alberto Núñez Feijóo actúan en cada votación como una sola persona desde el inicio del mandato, Preciado ha optado por formar una suerte de tándem con Perelló del que se valen sistemáticamente los conservadores para romper la igualdad de votos. Con el desmarque de la presidenta y Preciado, los conservadores pueden hacer valer una mayoría de 12 votos frente a los nueve de los progresistas para sacar adelante decisiones tan importantes como la de este jueves.

En esas condiciones, la propuesta conservadora para la renovación de las comisiones sobrerrepresentaba a Preciado. Frente a la propuesta progresista, que pretendía que ningún vocal perteneciera a más de tres comisiones ni a menos de dos, la propuesta del sector afín al PP –apoyada por Perelló y el vocal de Sumar– coloca a este último en cuatro comisiones. Además de en la permanente, Preciado estará en la de Escuela Judicial, en la de Carrera Judicial y en la Comisión Mixta entre el Consejo y el Ministerio de Presidencia y Justicia. Esta última, que mantiene su composición actual con la presencia de solo un miembro del sector progresista (Esther Erice). Sus funciones, según fuentes del Consejo, son fundamentales para sacar adelante y poner en marcha las grandes reformas judiciales que ha puesto en marcha el Gobierno.

La propuesta ha salido en un Pleno bronco y tenso que anticipa la ruptura del consenso con el que el Consejo había funcionado hasta ahora, y que le ha permitido cubrir en la inmensa mayoría de los casos por unanimidad las más de 120 vacantes que había provocado el bloqueo de su renovación forzado por el PP. "Se han roto las reglas de representatividad, territorialidad y paridad", aseguran desde el sector progresista. "La presidenta, Preciado y los conservadores nos han colocado a cada uno donde ellos han querido sin intentar ni siquiera alcanzar un acuerdo", concluyen.

Desde su nombramiento en septiembre de 2024 como presidenta del CGPJ y del Supremo, Perelló ha sido muy cuestionada por su constante alineamiento con la derecha judicial. La máxima responsable del órgano de gobierno de los jueces ha aprovechado sus escasísimas intervenciones públicas para cuestionar las reformas puestas en marchas por el Ejecutivo. También ha apoyado a los vocales a propuesta del PP en la designación de los presidentes de dos salas clave el Tribunal Supremo, la de lo Penal y la de lo Contencioso-Administrativo, que finalmente fueron a parar a dos candidatos propuestos por los conservadores, Andrés Martínez Arrieta y Pablo Lucas. La presidenta ha reclamado al Gobierno respeto a los jueces en varias ocasiones ante las críticas a determinados procesos judiciales, pero ni una palabra frente al creciente activismo judicial que ha llevado a muchos miembros de la magistratura a cargar contra el Gobierno, la Fiscalía o el Tribunal Constitucional.

Carlos Hugo Preciado fue, junto al vocal conservador José Antonio Montero, uno de los principales valedores de Perelló para alcanzar la presidencia del CGPJ. Desde entonces, la trayectoria de ambos ha ido de la mano. El vocal no ha dudado en descalificar a sus compañeros progresistas, a los que ha llamado "negociadores promovidos por el PSOE" y a los que ha acusado de ser víctimas "de presiones externas" y de alcanzar "magros resultados". La presidenta y el progresista díscolo ya votaron con los conservadores varios nombramientos el pasado mayo. El resto de miembros del sector progresista, hace meses que lo acusa de actuar con deslealtad y al margen de sus compañeros.

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