El salario mínimo cada vez es el de más gente: el número de perceptores pasa del 3,5% en 2018 al 7,4% en 2023

Varias personas durante una concentración para exigir mejoras laborales (Barcelona).

Cada vez más trabajadores españoles ven cómo el salario mínimo legal (SMI) se acerca más a su sueldo. El informe económico de la comisión de expertos de Trabajo, publicado este viernes, dice que el número de perceptores aumenta desde un 3,5% en 2018 a un 7,4% en 2023. Se basa en un informe de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) que ha detectado cómo el salario mínimo va alcanzando más nóminas, de forma que cada vez más trabajadores se agrupan en la parte baja de la tabla salarial. “No es una mala noticia, porque significa que los sueldos están subiendo”, apunta Josep Ginesta, pero también cabe destacar que estar en esta posición no es, ni mucho menos, un privilegio.

“Antes de que empezasen estas subidas, el salario mínimo había quedado muy, muy desfasado con respecto a los salarios medios”, explica Antonio González, vicepresidente de Economistas Frente a la Crisis. Esto se debe, explica, a que los sueldos “son generalmente bajos en España” y una gran cantidad de trabajadores se va quedando, como vemos en el gráfico, agrupada donde menos se cobra. “Entre 2,5 y 3 millones de trabajadores se van a beneficiar de la subida”, anunciaba el año pasado Pepe Álvarez, secretario general de UGT, durante la anterior negociación.

En los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, publicados este año y relativos a la Encuesta de Estructura Salarial de 2023, se puede ver cómo los mayores porcentajes de trabajadores se agrupan entre los 12.000 euros anuales y los 21.000 euros. Para hacerse un mapa de situación, basta decir que el SMI actual está ya en los 16.576 euros, y la nueva subida alcanzará a muchos más trabajadores.

Aquí se muestra el porcentaje de trabajadores en cada categoría salarial y el pico de la curva se sitúa claramente en la franja más baja. “En la distribución de los salarios de la Encuesta de Estructura Salarial, lo que se ve es que el sueldo medio está muy por encima de la mayoría de la gente”, apunta el economista. De hecho, el salario medio de ese año se situó en los 28.000 euros. Pero además de esta tendencia de nóminas bajas, González explica que también se puede estar dando un “estancamiento” en la revalorización del resto de sueldos.

Otro dato que avala este comportamiento y que ofrece el documento de los expertos de Trabajo, es que en 2018, un 11,7% de quienes habían tenido algún episodio de empleo a lo largo del año lo hizo cobrando el SMI, pero para 2023 esa cifra había crecido hasta un 20,4%.

El análisis de los expertos también defiende que el aumento de las prestaciones mínimas no está afectando al empleo de manera significativa. Para González, esto tiene que ver con que “la productividad de las empresas estaba por encima de los salarios, de modo que no hubo una corrección al aplicarse los incrementos” y no ve grandes consecuencias para las empresas.

Sin embargo, Josep Ginesta, profesor de economía en OBS Business School y secretario general de PIMEC, patronal de la pequeña y mediana empresa catalana, coincide en que el impacto ha sido leve, pero es menos optimista en las predicciones. “Los análisis señalan que el impacto en el empleo es pequeño, pero la fuerte evolución del SMI en los últimos años, vista en conjunto, es de casi un 70% y puede terminar teniendo consecuencias”, advierte. “Paul Krugman (premio Nobel de economía) dice que subir el SMI no tiene efecto en el empleo hasta cierto punto. Y no lo ha tenido mientras estas subidas se daban en un ciclo económico expansivo, pero si llega una fase de contracción económica, quizá ese punto llegue a darse”, concluye.

Jóvenes, mujeres y extranjeros, el perfil habitual

Dentro del magma de datos y porcentajes, el documento advierte que cobrar este mínimo de subsistencia es más habitual en jóvenes, mujeres y personas extranjeras. Ellas y ellos son quienes más se benefician de las subidas, pero son también los más expuestos a la precariedad.

Por sectores, son el campo, la hostelería y la limpieza los ámbitos profesionales donde más incidencia tienen estas subidas, ya que son también los que suelen tener salarios más bajos. Así, cuantas más personas se agrupen en torno a las remuneraciones mínimas en un sector, más se incrementa el impacto cuando se produce una subida por ley. “Son sectores donde la negociación colectiva es débil y que, además, concentran un gran volumen de empleo”, apunta González. A la menor capacidad de negociación sindical se une también, apunta, el hecho de que muchas sean empresas pequeñas, con menor margen de inversión. Todo junto acaba generando ese tapón de trabajadores por debajo.

Ginesta apunta que, de hecho, el ritmo de crecimiento de las remuneraciones mínimas hará que gran cantidad de convenios se queden obsoletos, de forma que en el año próximo muchos de ellos tendrán que renegociarse.

¿Cómo ha crecido el SMI?

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En los últimos siete años el SMI ha subido un 60,8%, desde los 735,9 euros en 2018, hasta los 1.184 euros mensuales en 2025. La subida más acentuada de la serie tuvo lugar entre 2018 y 2019, cuando este importe aumentó un 22,3%, desde los 735,90 euros, hasta los 900 euros. 

En España ha habido sucesivas reformas para ajustar esta retribución. De hecho, en la última década pueden contarse hasta doce, acometidas tanto por Gobiernos del Partido Popular como socialistas. Aunque en la legislatura anterior, a cargo de Mariano Rajoy, las retribuciones mínimas se habían quedado en un incremento de solo el 14,6%.

Si se mira la evolución de los precios en España entre 2018 y 2024, el INE apunta que han crecido en un 19,7%. En ese mismo periodo, los salarios mínimos han aumentado un 54% sin contar la última subida. Pero no hay que olvidar que esta es una prestación de mínimos, por lo que cobrarla supone estar cerca de ser un trabajador pobre. Ese es el mayor riesgo de quedarse en el borde bajo de la tabla.

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