LAS CUENTAS DE 2022

El peso de la sanidad en los Presupuestos autonómicos se reduce en 2022

El personal sanitario del madrileño hospital Gregorio Marañón agradece los aplausos.

Las comunidades han comenzado a sacar ya del horno sus presupuestos para 2022. Son, por así decirlo, las primeras cuentas para una nueva época tras el zarpazo del coronavirus. Si las de 2021 se prepararon con la segunda ola azotando con fuerza, las de ahora se levantan en un escenario bien diferente. La incidencia acumulada se sitúa en un centenar de casos por cada 100.000 habitantes. Y el 90% de la población ya está vacunada. A pesar de ello, la inmensa mayoría de las regiones han apostado por seguir reforzando su sistema de salud. Sin embargo, el aumento del gasto en esta materia no es lo suficientemente grande como para mantener intacto el músculo que tenía en las cuentas públicas. En prácticamente todas las comunidades, el peso que representa el gasto sanitario sobre el total del presupuesto retrocede.

Los diferentes Ejecutivos regionales –todos menos Murcia y Asturias– han ido dando luz verde en las últimas semanas a sus anteproyectos presupuestarios para una etapa que se espera de recuperación. Son unas cuentas expansivas. En todos los territorios, el gasto se incrementa considerablemente respecto al ejercicio anterior. Principalmente, gracias al enorme empuje de los fondos que llegan de Europa para la reactivación económica. En Cataluña, por ejemplo, el presupuesto engorda 5.618 millones de euros, mientras que se añaden 3.600 millones en Andalucía y 2.000 millones en Madrid y Comunitat Valenciana.

El aumento del dinero puesto sobre la mesa por los distintos gobiernos repercute positivamente sobre la inversión sanitaria en casi todas las regiones. En territorio catalán, el gasto vinculado a su sistema de salud escalará en 2022 nada menos que un 15% respecto a las últimas cuentas aprobadas. En suelo andaluz y madrileño, esa subida será del 9,58% y 8,57%, respectivamente. Solo se registran recortes en esta partida en dos territorios: Aragón y Castilla-La Mancha, ambos socialistas.

Pero, a pesar de las subidas, el peso que representa la sanidad sobre el volumen total de inversión retrocede en prácticamente todas las autonomías. En algunas de ellas, lo hace ligeramente: dos décimas en Galicia, cuatro en Euskadi, cinco en Extremadura, seis en Cataluña, ocho en Castilla-La Mancha y nueve en Castilla y León y Canarias. En el resto, el pedazo de pastel presupuestario que se destina a gasto sanitario es entre uno y dos puntos más pequeño que en las anteriores cuentas públicas.

Destacan los casos de Madrid y de La Rioja, donde se contrae un 2,2% y un 2,1%, respectivamente. En la región que preside Isabel Díaz Ayuso, se ha pasado de destinar cuatro de cada diez euros públicos a este concepto a dedicar el próximo año 3,8 euros por cada diez de gasto. En la que dirige la socialista Concha Andreu, la inversión en sanidad se quedará el próximo ejercicio con el 27,9% del presupuesto total, frente al 30% que se recogía en las últimas cuentas públicas.

Dos puntos porcentuales retrocede el peso de la salud en los presupuestos de la Comunitat Valenciana, según los datos analizados por infoLibre. Y más de uno en Navarra, Cantabria, Baleares y Aragón.

Solo uno de los quince territorios incrementa, aunque mínimamente, la proporción de la partida sanitaria sobre el gasto global. Es Andalucía, la segunda región –solo por detrás de Cataluña– que mayor impulso ha dado a la inversión en salud. El Ejecutivo que preside Juanma Moreno tiene previsto dedicar a esta política 12.900 millones, 1.128 millones más que en el ejercicio anterior, lo que hace que la partida sanitaria represente el 29,4% del presupuesto total –frente al 29,3% de 2021–. Unas cuentas que, sin embargo, no han tenido demasiado recorrido. Este miércoles, el Parlamento regional aprobó las enmiendas a la totalidad de PSOE, Unidas Podemos y Vox. Y el proyecto presupuestario regresó de nuevo a manos del Ejecutivo de Juan Manuel Moreno Bonilla.

Aumentos por debajo de la media

La reducción del pedazo de pastel es fruto de un aumento de la inversión en sanidad por debajo del incremento medio global de las cuentas públicas. En Madrid, por ejemplo, si el presupuesto crece un 14,8%, la partida destinada a la salud aumenta un 8,6%, frente al 42,7% de Políticas de Empleo, el 41% de Cultura o el 28,8% de Economía, tres áreas que, junto con la educativa, se quedan con una parte nada desdeñable de los fondos que llegan desde Bruselas.

En concreto, de cada diez euros de incremento presupuestario en la región, la sanidad madrileña se queda con 2,3 euros. En total, 8.783,8 millones para el próximo ejercicio. Una cifra que, aunque superior a la presupuestada en las anteriores cuentas, es inferior a lo que realmente se gasta luego en la región. Así, por ejemplo, el gasto consolidado en esta materia en 2019, justo el ejercicio prepandemia, fue de 8.962 millones de euros, 200 millones más que lo que el Gobierno de Ayuso pone ahora sobre la mesa en sus primeras cuentas.

En cada comunidad, los movimientos son diferentes. Es decir, no se puede concluir que el peso sanitario se reduzca siempre en beneficio de las mismas partidas económicas. En La Rioja, por ejemplo, mientras que la inversión en salud apenas se incrementa en 0,54 millones, la partida destinada a la deuda pública aumenta en 70,83 millones y la de Economía en 10,6 millones. En Comunitat Valenciana, mientras la partida sanitaria representa dos puntos menos del gasto total de las cuentas –pasa del 30% al 28%–, el peso de las de Política Territorial, Vivienda y Economía aumenta entre cuatro décimas –la primera– y medio punto como consecuencia de un incremento de la inversión que va de los 149 a los 190 millones de euros, frente a los 141 millones de subida en sanidad. Y en Navarra, mientras el gasto en salud apenas sube un 0,57%, en Vivienda, Desarrollo Económico y Universidades repunta por encima del 15%.

Madrid sigue a la cola en gasto per cápita

Solo dos de los quince anteproyectos presupuestarios presentados hasta la fecha contemplan un tijeretazo en materia sanitaria. El más importante es el aragonés. El Ejecutivo del socialista Javier Lambán recoge en sus cuentas para el próximo ejercicio una inversión en sanidad de 2.242,9 millones de euros, 85,8 millones menos que en 2021.

Una disminución del 3,68% que la consejera de Sanidad del Gobierno regional, Sira Repollés, achacó en sede parlamentaria a la mejora de la situación sanitaria. Sin embargo, los sindicatos están que trinan. "Este recorte va a redundar en una disminución de la calidad que se presta a la ciudadanía, ya de por sí deficiente", avisaron desde CCOO, al tiempo que recordaron la mala situación con las listas de espera quirúrgicas en el territorio.

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La demora para ser atendido en un quirófano también es un problema de primer orden en Castilla-La Mancha, la otra comunidad autónoma que ha recortado su presupuesto sanitario. En esta región, el Gobierno de Emiliano García-Page ha previsto destinar para su sistema de salud en 2022 algo más de 3.665 millones de euros, una cifra que supone una disminución de 45,2 millones de euros respecto a la partida de los últimos presupuestos generales.

A pesar de la bajada, ninguna de las dos comunidades se sitúa en el vagón de cola de inversión sanitaria. Ese puesto lo seguirá ocupando Madrid. Para 2022, la media de gasto por habitante en esta materia de las quince regiones que ya han presentado sus cuentas públicas se sitúa en los 1.690 euros. En la comunidad presidida por Isabel Díaz Ayuso, ese indicador se sitúa en los 1.300,77 euros.

Aunque es cierto que esta cifra supone una mejora respecto a la de 2019 –1.199 euros–, la comunidad sigue sin alcanzar a las que le preceden. En Cataluña, por ejemplo, se sitúa en los 1.456 euros. Y en Andalucía, la tercera por la cola, en los 1.517 euros. Una clasificación que seguirá, salvo sorpresas, liderando el próximo año Euskadi y Navarra, con un gasto sanitario per cápita de 1.991 y 1.916 euros, respectivamente.

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