El debate de investidura

Podemos prevé votar 'no' a la investidura de Sánchez si insiste en rechazar un Gobierno de coalición “sin vetos”

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, el 11 de octubre de 2018, cuando firmaron en La Moncloa el acuerdo presupuestario entre el Gobierno y Unidas Podemos.

Los 42 diputados de Unidas Podemos votarán ‘no’ a la investidura de Pedro Sánchez si el candidato del PSOE no acepta formar un Gobierno de coalición “sin vetos”, lo que significa que los nombres de los representantes de UP en el Consejo de Ministros deben ser decididos por su dirección. Lo harán en la votación del martes, la que obliga a Pedro Sánchez a conseguir mayoría absoluta para ser reelegido presidente, y en la del jueves, cuando sólo le haría falta tener más votos a favor que en contra.

Esta decisión, adelantada a infoLibre por fuentes de la dirección de Unidas Podemos, será consecuencia del aval que con toda probabilidad darán las bases de la formación morada a Pablo Iglesias en la consulta cuyo resultado será hecho público este jueves.

El voto en contra de Unidas Podemos, sumado al de la derecha (PP, Ciudadanos y Vox) impedirá la reelección de Sánchez, hagan lo que hagan los demás partidos, incluidos los independentistas.

Si se cumplen los pronósticos, los militantes de UP respaldarán a su líder y optarán mayoritariamente condicionar el respaldo a Sánchez a “llegar a un acuerdo integral de Gobierno de coalición (programático y equipos), sin vetos, donde las fuerzas de la coalición tengan una representación razonablemente proporcional a sus votos”.

El porcentaje de participación de los 190.000 inscritos de Podemos con derecho a voto en la consulta será clave para valorar el aval a la estrategia de Iglesias. Sobre todo después de que la líder de Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez, miembro del sector anticapitalista de Podemos, anunciase su decisión de no participar en una consulta que calificó de “abiertamente tendenciosa. Olvida otras opciones posibles y es, lamentablemente, un verdadero insulto a la inteligencia que denota falta de confianza en los argumentos que se tienen para defender un pacto a toda costa”.

Los términos de la consulta y su previsible resultado son considerados por los socialistas como un “trágala” que impide cualquier negociación. Por eso están en el origen de la ruptura del diálogo entre el PSOE y UP.

El enfado de Sánchez

El presidente en funciones no ha cambiado la posición que expresó el lunes en una entrevista en la Cadena SER, aseguran fuentes de la Moncloa. Al malestar por la forma en que Iglesias reaccionó a su última propuesta, calificándola de “idiotez” y convocando la consulta que cierra la puerta a cualquier solución que no sea la que el secretario general de Podemos lleva defendiendo desde antes de las elecciones, se sumó esta semana el enfado por la insistencia con la que los dirigentes de Unidas Podemos le están acusando de ceder a las presiones de las cloacas del Estado, los grandes bancos y los poderes económicos del país.

La última oferta del candidato socialista antes de que el viernes los términos de la consulta de Podemos hiciesen saltar por los aires las negociaciones era dar entrada en el Consejo de Ministros a militantes de UP sugeridos por el líder de Podemos pero elegidos por su perfiles profesionales y no por su peso orgánico, lo que en la práctica supondría dejar fuera del Ejecutivo al propio Iglesias. Aunque Sánchez dio por decaída este lunes esa propuesta y todas las anteriores.

Desde entonces, ni Sánchez ni Iglesias se han movido de sus respectivas posiciones ni tienen intención de hacerlo, según fuentes de la Moncloa y de Unidas Podemos consultadas por infoLibre. El presidente aún no ha llamado por teléfono al líder del UP, tal y como dijo el lunes que haría para pedirle que apoye su investidura. Este jueves reunirá a la Ejecutiva del PSOE para avanzar en la oferta política que trasladará a los grupos en el Congreso y poco después será entrevistado en directo en el programa de La Sexta Al Rojo Vivo.

Entretanto Sánchez trabaja ya en la preparación del discurso de investidura con el que el próximo lunes intentará convencer a los demás grupos del Congreso para que, con votos a favor o con abstenciones, faciliten su reelección y pueda formar Gobierno tres meses después de las elecciones generales del 28 de abril. Una petición que apoyará sobre argumentos ya conocidos: encabeza la lista más votada, duplica en escaños a la segunda fuerza y su candidatura es la única viable. Si él no es elegido, destacará desde la tribuna, será inevitable repetir las elecciones generales el próximo 10 de noviembre. Y en tal caso, en un contexto político y económico delicado, el bloqueo institucional se habrá prolongado casi un año y sin garantías de que unas nuevas elecciones vayan a dar lugar a una mayoría viable.

El presidente en funciones ofrecerá a la Cámara, según la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, un proyecto “abierto, progresista, de futuro y europeísta”. “Todas las fuerzas del Congreso han de ser sensibles a ese proyecto y respaldarlo”. En su opinión, “el proyecto del candidato será de suficiente fuerza para recibir el respaldo” que necesita.

A falta de un inesperado giro de guión en el que nadie confía en estos momentos, al menos en la Moncloa, en el equipo del presidente se impone la idea de que la sesión de investidura se celebrará sin que PSOE y UP hayan cerrado acuerdo alguno. El “clima es de pesimismo absoluto”, según una de las fuentes con las que ha hablado infoLibre. Quedan varios días y nadie descarta cambios “in extremis” de última hora, pero se empieza a imponer la idea de que no habrá investidura ni la semana que viene ni el próximo mes de septiembre.

En Unidas Podemos esperan la llamada del presidente para volver a negociar. Pero no tomarán la iniciativa. Aseguran que le corresponde a Sánchez, como candidato a la Presidencia, desbloquear la situación. E insisten en los mensajes de estos últimos días: si no hay acuerdo ahora lo habrá en septiembre. Su portavoz, Noelia Vera, y su secretario de Sociedad Civil, Rafael Mayoral, instaron a Sánchez a reabrir las negociaciones y evitar las descalificaciones a través de los medios de comunicación.

 

El secretario de Sociedad Civil de Podemos, Rafael Mayora, atiende a los periodistas.

El PSOE se concentró este miércoles en avanzar en los acuerdos que negocia con otras fuerzas minoritarias. Su secretario de Organización, José Luis Ábalos, progresó en la negociación con el único diputado de Compromís, que se sumará al que ya tiene asegurado del también único parlamentario del PRC cántabro. El Gobierno trabaja también para cerrar un pacto con el PNV que le aportaría otros seis votos a favor. Su portavoz parlamentario, Aitor Esteban, unió su voz a la de su homólogo en Esquerra, Gabriel Rufián, y pidió sacar adelante la investidura la semana que viene porque en septiembre el escenario será mucho más complicado. Los votos de los nacionalistas vascos ampliarían el cómputo a favor de la investidura a 131 (123 del PSOE, seis del PNV, uno de Compromís y otro del PRC).

 

El secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, saluda al diputado de Compromís, Joan Baldoví.

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ERC es quien más votos puede aportar (14), pero Rufián apagó este miércoles las expectativas de quienes en las últimas horas han comenzado a especular con un hipotético voto a favor. Los republicanos decidirán el viernes y todo indica que, al menos en estos momentos, se inclinan por la abstención. El voto de Esquerra condicionará con toda probabilidad el de EH Bildu (4 escaños) —ambos partidos tienen un acuerdo para coordinar sus posiciones en el Congreso— aunque sus dirigentes han anunciado que esperarán al lunes para escuchar el discurso de Sánchez.

JuntsxCat tampoco ha dicho qué hará. Pero la posición del president Quim Torra y las declaraciones de sus portavoces anticipan un voto en contra de sus cuatro diputados (tres de ellos están en prisión y no pueden votar, igual que uno de los 15 de ERC).

De ese lado del tablero, el del ‘no’, ya están el PP (66), Ciudadanos (57), Vox (24), Navarra Suma (2) y Coalicion Canaria (2), que contabilizan 151 diputados. Con los 42 de UP (en total 193 votos), la candidatura de Sánchez no tiene ninguna posibilidad de salir adelante.

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