El futuro del PSOE

Los principales barones se movilizan a favor de Susana Díaz y Madina insiste en un congreso abierto

El último Consejo Territorial del PSOE, celebrado en Granada el pasado 6 de julio.

El "pacto" que los socialistas andaluces entrevieron entre Alfredo Pérez Rubalcaba y Eduardo Madina ha desencadenado una rápida respuesta en poco más de 24 horas. Hasta nueve barones territoriales –entre ellos federaciones tan poderosas como Valencia, Madrid y Castilla-La Mancha– salieron en tromba durante la tarde del jueves a pedir a Susana Díaz que dé el paso y asuma la Secretaría General del PSOE, porque lo que necesita el partido, adujeron, con argumentos calcados, es "fortaleza", "unidad", "liderazgo" interno y externo, "estabilidad", atributos que todos ellos dijeron ver sólo en la presidenta de la Junta.

La operación coordinada tenía como objetivo, según analizaban desde los territorios implicados, dejar a Madina en una "posición de debilidad", para evidenciar un apabullante cierre de filas que le haga repensarse si quiere pujar por el trono del partido. El camino al que apuntaron todos es un congreso extraordinario "de unidad", con una Díaz investida con todos los poderes y del que el PSOE salga más "cohesionado" para hacer frente a las turbulencias actuales y el enorme declive electoral. El movimiento no gustó sin embargo a todos los barones y fue encajado con "tranquilidad" por Madina, según su entorno, que insistía en la necesidad de dar la voz a los militantes y no cerrar en falso la crisis interna. La posibilidad de que el diputado vasco compita, pues, no está descartada. 

La tensión en los últimos dos días se ha disparado a cuenta del voto directo de las bases, una reclamación histórica de la militancia y que el miércoles cobró brío después de que Madina hiciese suya esa petición y anunciara a los medios que sólo valoraría presentarse a la Secretaría General en caso de que se permitiera a los 200.000 afiliados del PSOE elegir a su nuevo líder. La dirección de Rubalcaba recogió el guante muy pronto a través de la portavoz parlamentaria, Soraya Rodríguez, varios barones se pronunciaron a favor y al cabo de pocas horas adelantó que el aún secretario general estaba negociando con ellos para ver si era posible introducir ese cambio de cara al congreso del 19 y 20 de julio, porque no lo contemplan los estatutos. Díaz y el PSOE-A, según su versión, no habían sido prevenidos ni consultados, e interpretaron el movimiento de fichas en Madrid como una "trampa" tendida a la presidenta andaluza, para intentar hacer ver que la federación más poderosa era contraria a abrir el nombramiento del secretario general a la militancia. 

La 'película' del jueves

Aún más. Lo vieron como un "amaño entre perdedores", una forma de "hacer la cama" a Díaz, de vengarse de ella, una "alianza" para intentar frenarla y restar su poder. Una "jugada contra el 25% del partido", el PSOE, protestaba una diputada andaluza. Como ya informó infoLibre, horas después, desde el equipo de la presidenta se deslizaba que ella estaba recibiendo "muchas llamadas" y presiones de fuera y de dentro de Andalucía para tomar las riendas del PSOE, y que por eso estaba pensándoselo, siempre y cuando se hallase la fórmula para preservar la Junta, su "prioridad", como ella misma ha dicho en infinidad de ocasiones. "Si hay que parar una operación de largo alcance, se para", resumía una parlamentaria.

Ayer jueves, la réplica de Andalucía fue desplegándose desde primera hora de la mañana. En la Ser, José Antonio Griñán, presidente del partido y mentor político de la presidenta, apostaba claramente por ella –"Para mí no hay líder en este partido como Susana Díaz"– y subrayó que era posible compatibilizar el cargo de secretaria general y jefa del Ejecutivo autonómico. Mientras, en el Congreso, varios diputados andaluces manifestaron su deseo de que su jefa de filas saltase a Madrid. Madina, mientras, insistió en que el voto directo no perjudicaba las aspiraciones de nadie. O sea, de la líder del PSOE-A.

Rubalcaba, también desde el Congreso, negó todo "acuerdo" con Madina, proclamó su "máximo respeto político y personal" hacia la baronesa andaluza y dijo simpatizar con el principio de un militante, un voto, siempre y cuando se cumpliesen dos condiciones: que se encontrase una "solución técnico-jurídica adecuada" y que cuajase la unanimidad entre los barones. Dos máximas que aún no se daban y que eran imprescindibles porque él, como secretario general "de salida", no podía imponer nada. Como tampoco había tenido "capacidad" para pilotar la nave del PSOE hasta las primarias abiertas desde el sillón de Ferraz. 

El papel de Valenciano

Todo eso ocurrió por la mañana. Ya por la tarde, manifestaron en cascada su apoyo a Díaz como secretaria general los dirigentes de nueve federaciones. Entre ellas, Valencia (Ximo Puig), Madrid (Tomás Gómez) y Castilla-La Mancha (su secretario de Organización, Jesús Fernández Vaquero), el segundo, tercer y cuarto territorio en número de militantes, tras Andalucía, y dejando aparte el PSC, que es otro partido distinto. A ellos se sumaron Aragón, Canarias, Cantabria, La Rioja, Navarra y Melilla. Todos expresaron razones semejantes: elogiaron la trayectoria y el trabajo de Díaz, su capacidad de "liderazgo", sus resultados electorales... Y la vieron como la única que podía garantizar un PSOE "unido" en torno a ella. 

Un secretario provincial andaluz, muy cercano a Díaz, reconocía que "casual" no era la operación. Que hubo llamadas durante todo el día de ayer, y que era "lógica" esa réplica de nueve barones "si en Madrid Madina había llegado a un pacto con Rubalcaba". Era, pues, una "reacción al movimiento de Edu y Elena [Valenciano] con lo de un militante, un voto". Aquí entra otro ingrediente, porque a quien los socialistas andaluces veían detrás de esta "alianza" era a la todavía vicesecretaria general y cabeza de lista del PSOE a las europeas del 25-M. Una implicación que ella misma negó, en declaraciones a infoLibre: "Es completamente falso. no tengo nada que ver. Estoy centrada en mi próxima tarea en Bruselas, como eurodiputada, y ni me he movido. Advertí el lunes en la ejecutiva que iba a pasar, que el debate se abriría porque la militancia quiere participar. Pero no tengo nada que ver, estoy hasta fuera de Madrid". 

Según las fuentes consultadas, Díaz trasladó a los barones que "ella estaría dispuesta a dar la batalla si le apoyaban los territorios" y pidió su complicidad. Salieron en su defensa nueve, pero otros no se pronunciaron. Asturias, una de las federaciones más próximas a Rubalcaba, prefirió no pronunciarse. "Lo importante es despejar la incógnita de si vamos a un congreso con voto de militantes o no. Luego ya se hablará de candidatos", aseguraban fuentes oficiales. En Extremadura, su secretario general, Guillermo Fernández Vara, se sentía molesto: "Este no es un partido de élites, sino de bases, y el PSOE ha sido grande cuando ha tenido una base muy fuerte". Vara no quiso pronunciarse a favor de uno u otro aspirante a la espera de que su ejecutiva, programada para este viernes, hable. Desde su equipo, aun sin prejuzgar a Díaz, tachaban de "disparate" el aluvión de declaraciones de los barones, sin que estos, alegaban, hubieran consultado a sus respectivas direcciones. "¿A quiénes representan estos barones? Van a asegurarse su futuro porque son perdedores. Los que hemos ganado en nuestros territorios no tenemos miedo al futuro. Ellos sí, quieren asegurarse sus habichuelas. Es un apaño. Ojo, o cambiamos nosotros o la gente cambia al PSOE". Asturias y Extremadura, junto con Andalucía, fueron las tres federaciones en las que el PSOE ganó al PP en las europeas

"No es igual 8 secretarios generales que 200.000 militantes"

En Galicia, una de las federaciones medias, se remitieron a las palabras de su jefe, José Ramón Gómez Besteiro, este jueves por la mañana, cuando animaba a los posibles aspirantes a postularse "de forma inmediata". En el PSC, su número dos, Antoni Balmón, señaló a este diario que su partido no se pronunciaría a favor de ningún candidato, y que se mantendrían "prudentes". 

Desde el entorno de Madina, respetaron "plenamente" la decantación de los barones, pero les pidieron que digan si están dispuestos a escuchar a las bases. Negaron, "por supuesto", que hubiera un "pacto con Rubalcaba. El diputado vasco, explicaban estas fuentes, "simplemente comunicó a Valenciano que iba a exigir el voto directo", aunque sí fue consciente, conforme pasaban las horas, de que los andaluces habían interpretado la sucesión de hechos como un "pacto" con Rubalcaba. El parlamentario también se dio cuenta de la hondura de la réplica: "Andalucía es la que está moviendo a los secretarios generales. Pero, si finalmente pueden expresarse todos los afiliados, a Susana le costará presentarse. Y no está cerrado que este vaya a ser el sistema. Si es abierto, Edu valorará seriamente concurrir". No obstante, desde el círculo del parlamentario insistieron en que él quería primarias abiertas primero, y que por tanto sigue considerando la opción de ir primero a un congreso extraordinario como un "error". Una diputada próxima a Madina recalcaba la "tranquilidad" con la que se había recibido una "iniciativa esperada", la de los capitanes territoriales, pero advertían: "Queremos saber la opinión de los militantes, y eso depende de 200.000 personas, no de nueve señores". 

Respecto al sistema de un afiliado, un voto, anoche no había aún fumata blanca en Ferraz. Según se aseguraba en la cúpula, no había habido avances después de la intervención de Rubalcaba.

Sin "riesgos" para la Junta

Un cargo próximo a Díaz oponía que lo importante no es "el método de elección, sino el liderazgo". "Besteiro fue elegido en primarias entre las bases, y Puig en primarias ciudadanas, y se han llevado una bofetada en las urnas. Y hoy nadie discute que Susana es una líder indiscutible. Tiene refrendo no sólo de la militancia, sino sobre todo de los ciudadanos en las urnas". Este dirigente indicaba por dónde puede ir la estrategia: "Lo ideal es un congreso de unidad, porque si vamos a la competición, llevamos al partido a la inanición. Así que si Edu quiere competir, que compita. Nosotros estamos dispuestos a sacrificarnos, a que Susana pueda ser la secretaria general, pero lo que no vamos a hacer es suicidarnos". Para el PSOE-A, "suicidarse" es que Díaz se exponga a una carrera por la sucesión, en la que dispute voto a voto con Madina, arriesgándose a perder y hacer peligrar el talismán más valioso, la Junta. "No vamos a poner en riesgo lo único grande que el PSOE gobierna, que es Andalucía". Entre los socialistas andaluces explican que si Díaz está virando respecto a la posición de principios de semana, cuando pocos se planteaban que ella pudiera postularse, es por la actitud de Rubalcaba, "que se ha dedicado a enredar". En la federación se lamentade que el secretario general no dimitiera y diera paso a una gestora. Que haya preferido, en definitiva, "morir matando". 

La otra presumible aspirante en liza, Carme Chacón, ayer se mantuvo en su reivindicación de las primarias abiertas: es razonable el principio de un militante, un voto, dijo, pero aún es mejor el de “un progresista, un voto”, el que puedan participar los ciudadanos que quieran acercarse al partido. Sin embargo, tras la salida en cascada de hasta nueve barones, distintas fuentes consultadas por este diario daban por hecho que la exministra “no estará en ningún caso del lado de Rubalcaba y sus protegidos”. De modo que previsiblemente apoyará a Díaz como nueva líder, y lo podría anunciar hoy mismo en Espejo público, en Antena 3. En el PSOE se viene reiterando en los últimos días que el escenario de un cónclave era el peor para ella, porque tendría más difícil la victoria. Ahora, si la presidenta andaluza concurriera, ella podría devolverle el respaldo que Díaz le prestó en el congreso de Sevilla de 2012, en el que fue derrotada por Rubalcaba. El último contrincante en emerger, Pedro Sánchez, esperará el gesto de Díaz para actuar. "Proponer el cambio sin contar con Andalucía es un error", criticaban sus colaboradores, apuntando a Madina. 

Barreda sobre Rubalcaba: “Peor, imposible. No se puede dimitir y no dimitir”

La posibilidad del pacto Díaz-Madina

Quien se retiró ayer definitivamente de la carrera por la sucesión de Rubalcaba fue Patxi López. Se ve más “para ayudar que para competir”. Un día antes, el exlehendakari había elogiado a Díaz como un “enorme referente” del partido que ha hecho lo que él cree que sería bueno para el PSOE. En la tarde de ayer, después del pronunciamiento de varios barones, fuentes del PSE insistieron en que si ella está “dispuesta a dar el paso, cuenta con su apoyo total”.

La salida, según especulan algunos dirigentes, es que al final Díaz y Madina acaben pactando. Él, vislumbran, podría convertirse en el portavoz en el Congreso, puesto que es diputado y ella no. Y se podía apalabrar una ejecutiva "potente", de integración, en la que se sentaran varios barones de federaciones grandes, y también Chacón y López, con la idea de que ninguno se queme en este proceso y sigan siendo válidos para las primarias. Ella podría no jugar la baza de la candidatura a la Moncloa. Aceptaría ser jefa del partido pero, de momento, nada más, con vistas a que los otros aspirantes mantengan abiertas sus opciones. Los colaboradores del diputado vizcaíno niegan la vía del acuerdo con Díaz: "No, no estamos en eso, en las mesas camillas, estamos en que las bases voten". El armisticio, si lo hay, será más adelante. De momento, la presidenta no ha hablado, así que su pulso con Madina está vivo. Y algún barón territorial incluso cree que "la batalla no ha hecho más que comenzar". 

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