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Riccardo Gati, jefe de misión del buque secuestrado en Libia: "Existe una campaña contra las ONG que rescatamos inmigrantes"

Riccardo Gati, jefe de misión del buque secuestrado en Libia: "Existe una campaña contra las ONG que rescatamos inmigrantes"

La ONG Proactiva Open Arms, una de las más presentes en las labores de rescate de inmigrantes en el Mediterráneo, denunció este martes haber sufrido el secuestro de su barco Golfo Azzurro en aguas internacionales por parte de guardacostas libios. "Secuestro #GolfoAzzurro Aguas Internacionales por guardacostas libios. Amenazan con disparar si no seguimos órdenes", escribió la organización en su cuenta oficial de Twitter, donde daba las primeras noticias de lo ocurrido y anunciaba que los tripulantes habían sido amenazados.

El fundador de Proactiva, Óscar Camps, no dudó en calificar lo ocurrido de "secuestro en toda regla" desde el primer momento, a la vez que anunciaba que el barco estaba siendo dirigido, bajo amenazas, hacia aguas libias.  

 

"Eran las cinco de la tarde. Nos encontrábamos a 27 millas de la costa libia haciendo operaciones de entreno. En ese momento, vimos cómo un barco de la Guardia Costera se acercaba hacia nosotros", así relata Riccardo Gati, jefe de misión a bordo de los buques de Proactiva Open Arms, el momento en el que se produjo el secuestro del barco Golfo Azzurro.

Gati cuenta a infoLibre que, además, los tripulantes a bordo del barco ya llevaban toda la mañana siendo acosados por el C-Star, un barco tripulado por el grupo ultraderechista Generación Identitaria, cuya misión consiste precisamente en "hundir las embarcaciones de migrantes" y "vigilar" las de las ONG encargadas de recogerlos del mar frente a la costa de Libia. "Intentaban sabotear todo lo que hacíamos", afirma. 

"Al acercarse a nosotros, los guardacostas nos pidieron por radio que les diéramos la autorización del Gobierno libio para encontrarnos allí, la cual ni siquiera hacía falta", cuenta Gati, que añade que no sería necesaria hasta que la embarcación no estuviera a menos de 12 millas de la costa (la zona de aguas territoriales de cada país). "Querían la autorización, así que nos obligaron a poner rumbo a Trípoli y nos pidieron subir a bordo de nuestro barco, a lo que nos negamos".

Es en ese momento, tal y como relataba la propia ONG a través de las redes sociales, fue cuando los tripulantes del barco comenzaron a recibir amenazas a través de la radio. "En los mensajes que nos mandaban había amenazas de disparos. Nos decían que, si no hacíamos lo que nos decían, íbamos a ser su blanco", relata Gati. 

 

"Que, a mano armada, hagan variar tu rumbo y te quieran llevar a Trípoli fue angustioso durante un rato", lamentó Camps en declaraciones a la Cadena COPE, donde insistió además en que "no es de recibo" recibir un trato tan agresivo y hostil cuando la ONG se encuentra en el Mediterráneo "salvando vidas". "Fue un acto de piratería", sentenció. 

Poco más de una hora y media después de haber cambiado la trayectoria en dirección a la capital libia, los guardas costeros dejaron marchar al Golfo Azzurro, aunque sin cesar en sus amenazas. "Ahí nos dijeron, claramente, que nos diéramos la vuelta porque si no nos iban a matar", recuerda Gati. En aquel momento, una vez alejado el barco de las autoridades, los tripulantes del buque de Proactiva fueron perseguidos durante un tiempo por el C-Star, que intentó sin éxito ponerse en contacto con ellos por radio.

"Campaña en contra" de las ONG

Este mes de agosto, organizaciones como Médicos Sin Fronteras (MSF) denunciaban la propuesta del Gobierno italiano de aprobar un código de conducta para regular las labores de las ONG en aguas del Mediterráneo. En concreto, MSF criticaba algunas de las medidas allí recogidas por entender que provocarían un aumento de los "ahogamientos masivos".

Sin embargo, Gati no critica el código de conducta italiano, sino que lo entiende como un intento por parte de Italia de mejorar la coordinación de todas las organizaciones que trabajan en el Mediterráneo central. Por ello, Proactiva Open Arms, al contrario que MSF o Amnistía Internacional, sí lo aceptó. A pesar de ello, la organización dirigida por Camps dejó claro que la medida era "innecesaria" y, en cierto modo, "ambigüa", pues deja una cierta libertad de interpretación que podría dificultar las tareas conjuntas de las ONG.

No obstante, Gati sí afirma que "existe una campaña en contra" de las ONG que se dedican a la búsqueda y rescate de inmigrantes en el Mediterráneo. "Nos están poniendo trabas. Hay una campaña en contra de nosotros porque afirman que fomentamos la inmigración clandestina", explica, a la vez que lamenta que, de esta manera, se llega a situaciones "extremas" como la que vivieron este martes. "Así es muy complicado trabajar", concluye. 

El papel de las autoridades españolas 

España, por su parte, se mostró a favor del código de conducta propuesto por el Gobierno italiano. De esta manera, según informó Europa Press, el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, rechazó implícitamente la petición de Italia para que España abra sus puertos a los inmigrantes rescatados por barcos de las ONG para descargarle de la presión migratoria actual que sufre, al alegar que España está sufriendo en la actualidad una "presión importante" en sus propios puertos por un aumento del 140% en los flujos a través de Marruecos, y pidió "concienciar" a las ONG para que no favorezcan la inmigración irregular.

"Hay que concienciar a las ONG de que se está para ayudar y no se está para favorecer o potenciar la inmigración irregular cuando esa inmigración irregular a lo que está dando lugar es a que corran peligro en el Mediterráneo, como está sucediendo con demasiada frecuencia", afirmó.

A pesar de estas palabras, duramente criticadas por partidos políticos y organizaciones que realizan labores de rescate en el mar, Gati confiesa que nunca han tenido ningún problema por parte de las autoridades españolas, que siempre "tienen constancia" de la posición de sus buques. "En esta ocasión viajábamos con una diputada a bordo", Lola Galovart (PSOE), "aunque el trato siempre es el mismo". No obstante, sí afirma que no tienen constancia de ninguna reacción del Ministerio de Exteriores respecto a lo ocurrido este martes. 

En este sentido, la senadora del Grupo Parlamentario Podemos-En Comú Podem-En Marea Sara Vilà solicitó este miércoles al ministro de Exteriores, Alfonso Dastis, que comparezca en la Comisión de Cooperación Internacional para el Desarrollo del Senado para explicar la postura del Gobierno respecto al "acoso, amenazas y retenciones ilegales" que padecen las ONG que realizan labores de salvamento en el Mediterráneo por parte de los guardacostas libios, según informó Europa Press.

La senadora morada manifestó esta posición después de que Save The Children y Sea Eye anunciaran la decisión –tomada también previamente por MSF– de abandonar las labores que venían realizando en el Mediterráneo después de que un portavoz de la Marina Libia comunicara la intención del Gobierno de Trípoli de ampliar su zona de control marítima más allá de las 12 millas de sus aguas territoriales, impidiendo las labores de rescate humanitario. 

Más de 2.000 fallecidos en lo que va de año

Diversas ONG han relatado en numerosas ocasiones la situación de emergencia humanitaria que se vive en el Mediterráneo, donde en 2016 fallecieron 5.000 personas al intentar cruzar hasta Europa. En lo que llevamos de este año 2017, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha contabilizado un total de 117.795 llegadas de inmigrantes a suelo europeo. Sin embargo, 2.408 personas murieron en el intento, 2.242 de las cuales perecieron en la ruta mediterránea central, es decir, en la que parte desde Italia y en la cual realizan labores de búsqueda y rescate organizaciones no gubernamentales como Proactiva Open Arms.

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"Ahora los inmigrantes lo tienen más complicado porque hay muchos menos barcos", explica Gati, quien afirma que, además de ser pocos, les obligan a estar "mucho más lejos de la costa" para evitar situaciones como la de este martes. "De esta manera, es mucho más difícil que lleguemos a tiempo a un rescate", añade. 

Las actuaciones de la Guardia Costera libia son, para él, una violación de derechos humanos, ya que se trata de un cierre de fronteras que provoca esta situación "tan triste". "Las políticas europeas lo que buscan es que estas personas sean devueltas a Libia, un Estado fallido en el que no se respetan los derechos humanos" y donde se impide que llegue la ayuda de las ONG. 

"Las personas a las que ayudamos solo quieren escapar de Libia por las atrocidades que allí sufren, pero la Unión Europea, junto a Italia, están estableciendo acuerdos para que estas personas nunca lleguen a Europa", sentencia. 

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