LA NUEVA LEGISLATURA

Sánchez protege su relación con el rey en plena operación de la derecha para apropiárselo

Sánchez y el rey en La Alhambra durante la cumbre de la comunidad política europea

El próximo jueves el rey y Pedro Sánchez volverán a estar juntos por tercera vez en diez días. En un periodo en el que España está a la espera de que se forme Gobierno. Y son las dos figuras clave en el proceso de investidura en virtud del artículo 99 de la Constitución. Dos hombres que ascendieron al máximo poder en el mismo año, 2014, cuando Felipe VI se hizo con la corona tras la abdicación de su padre y el socialista ganó sus primeras primarias por la marcha de Alfredo Pérez Rubalcaba. Con apenas 34 días de diferencia.

Estalló una nueva generación de líderes, al calor de los resultados de las elecciones europeas de 2014 que supusieron el fin del bipartidismo dominante desde la Transición. Ahora sus destinos vuelven a cruzarse en estos procelosos días para que se arme una mayoría en el Congreso de los Diputados. Y, además, es un tiempo en el que se produce una circunstancia inédita en España: críticas públicas al monarca por parte de sectores influyentes de la derecha por el desempeño de su labor. El lamento de parte de la derecha más dura en los medios y en las redes es que haya designado a Sánchez aspirante a La Moncloa tras la investidura fallida de Alberto Núñez Feijóo.

El rey y Sánchez mantuvieron un despacho el pasado martes, del que salió la designación en virtud de la ronda de consultas. Y el jueves se reencontraron en la cumbre de Granada, ejerciendo como anfitriones ante los líderes de la UE. Siete días después compartirán plano en la celebración de la Fiesta Nacional del 12 de octubre en desfile militar en el centro de Madrid y en la posterior recepción en el Palacio Real. Asimismo, este mismo martes el protagonismo en el Consejo de Ministros se dedicaba al acuerdo, a propuesta del propio presidente, para la celebración el próximo día 31 del juramento de la Constitución por parte de la princesa Leonor. 

“Felipe VI, cómplice del golpe de Estado. A las urnas, a la democracia y a la voluntad de los españoles”. Así rezaba una de las pancartas más visibles el pasado domingo en la manifestación de Barcelona organizada por Societat Civil Catalana para protestar contra una posible ley de amnistía, a la que acudió la plana mayor de la derecha con Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal a la cabeza.

El PSOE advierte de la utilización de la figura del rey

En La Moncloa hay máxima preocupación por el clima de crispación que, a su juicio, anhela trasladar el PP a la sociedad para hacer oposición a Pedro Sánchez. Analizan en el entorno del presidente y en la calle de Ferraz que la derecha quiere utilizar la figura del monarca también para presionar y que no haya investidura. Con el gran objetivo de que haya repetición electoral el próximo 14 de enero.

Por eso, el propio Sánchez pidió expresamente a Alberto Núñez Feijóo en su reunión del lunes en el Congreso que no se utilice la figura de Felipe VI. Para Ferraz, el PP ha alentado dos manifestaciones (en Madrid el 24 de septiembre y en Barcelona el pasado domingo) en las que “se ha faltado al respeto al Jefe del Estado”. “Ahora está intentando hacer una instrumentalización partidista de la Fiesta Nacional del 12 de octubre”, lamentan los socialistas. Por eso, le trasladó al popular “respeto al proceso de investidura encargado” por Felipe VI.

Los socialistas vislumbran un 12 de octubre con muchas protestas y gritos contra el presidente del Gobierno en el centro de Madrid, donde habitualmente partidarios de la derecha aprovechan el desfile militar con motivo de la Fiesta Nacional para insultar y silbar al jefe del Ejecutivo. Una práctica, como denuncian en el PSOE, que ya tuvo que soportar José Luis Rodríguez Zapatero cuando estaba en La Moncloa.

“Se ha dado la circunstancia de que cada vez que en este país no gobierna el Partido Popular la Fiesta Nacional deja de ser la fiesta de todos para ser la fiesta del insulto", resumió la portavoz del Gobierno en funciones, Isabel Rodríguez. Para el PSOE la derecha trata de dibujar un panorama de los socialistas como traidores y arrogarse España y sus símbolos como propios. 

El simbolismo del juramento de la princesa Leonor

El presidente del Gobierno en funciones hizo otro guiño al rey en el mitin del sábado en Granada del PSOE, algo que no es habitual en este tipo de actos. El discurso fue muy simbólico, empezando por sus constantes referencias a Andalucía en un momento en el que la comunidad y el PSOE-A son claves para un apoyo a la ley de amnistía (además, sin perder de vista que es la región que más diputados reparte y la repetición electoral no es una opción descartable). Pero también quiso ante los cargos y militantes reunidos hacer una confesión: su móvil estaba lleno de mensajes de líderes europeos sorprendidos por la hospitalidad y la cercanía de Felipe VI y Letizia Ortiz durante la cumbre de la UE y la cena de gala). De esta manera reconoció la labor desempeñada en la cumbre por los monarcas y su papel en la política internacional (el rey tuvo un encuentro privado con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski).

En mitad de este proceso de investidura se celebra este 31 de octubre el acto de juramento de la Constitución de la princesa Leonor. No hay fecha para la votación de Sánchez, pero todo apunta a que será más tarde de esa simbólica jornada (el tope está en el 27 de enero). La Moncloa ha tratado con especial mimo esa celebración, en coordinación con la Casa Real y con el Congreso de los Diputados.

El PSOE y el PNV allanan el camino de Sánchez a La Moncloa pero no cierran todavía el acuerdo

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El acuerdo para la convocatoria de ese acto se aprobó este martes en el Consejo de Ministros y fue presentado por el titular de Presidencia en funciones, Félix Bolaños, como un acto de “enorme carga simbólica” que servirá para demostrar la “fortaleza de nuestra democracia”: “Garantiza la continuidad de la corona, que es una institución absolutamente central en nuestro sistema político”.

Para el Gobierno, el acto también servirá para reafirmar los valores fundamentales de la Constitución: “igualdad, libertad y pluralismo”. Este juramento, estipulado en el artículo 61 de la Carta Magna, tendrá varias partes. La fundamental será en el Congreso, donde sólo hablará su presidenta, Francina Armengol. Está previsto un desfile militar y posteriormente un acto en el Palacio Real, con palabras del jefe del Ejecutivo en funciones, Pedro Sánchez, y de la propia heredera. Todo concluirá con una celebración privada en El Pardo, a la que tiene previsto asistir Juan Carlos I. Para el Gobierno, todo esto servirá para demostrar “la capacidad que tiene la monarquía de ir adaptándose a los tiempos”.

Y en estas semanas durante el proceso de investidura los monarcas tienen también una cita importante con el viaje de Estado a Dinamarca que se desarrollará los días 6, 7 y 8 de noviembre, en respuesta a la invitación de la reina Margarita. Así lo confirmó esta misma semana el Ministerio de Asuntos Exteriores, cuyo titular en funciones, José Manuel Albares, los acompañará. Esto pone en pista que el Ejecutivo no contempla previsiblemente durante esos tres días la celebración de la investidura.

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