El escudo antiaéreo europeo, un proyecto en pausa que se reactiva tras los drones rusos contra Polonia
El flanco oriental de la OTAN está en alerta máxima tras la irrupción de un enjambre de drones rusos en el espacio aéreo polaco este pasado miércoles, un acto calificado por Varsovia como “provocación” y condenado con rotundidad dentro de la Unión Europea por “agresivo y temerario” y “parte de una escalada seria” de Moscú para desestabilizar el continente. Los despliegues militares internacionales en las repúblicas bálticas, Polonia o Rumanía serán reforzados en los próximos días
La UE y la Alianza Atlántica calibran su respuesta bajo la premisa de que Moscú ha puesto a prueba su defensa conjunta, ya que en el incidente tuvieron que participar cazas de combate de Países Bajos, responsables de parte de los derribos, sistemas alemanes de defensa Patriot o las unidades italianas de vigilancia aérea. Indirectamente, por primera vez, la OTAN se ha visto involucrada contra Rusia. Lo que refuerza el temor en gran parte de las cancillerías europeas sobre las futuras intenciones de Vladimir Putin.
Los próximos días serán claves en la Alianza Atlántica, que mantiene abiertas consultas entre sus 32 países siguiendo el artículo 4 de su Tratado, que permite su invocación como ha hecho Varsovia si la “integridad territorial, independencia política o seguridad de cualquiera de las partes está amenazada”. Tras tres años de conflicto bélico total en Ucrania, el derribo de más de una docena de aviones no tripulados rusos supuso también la primera vez, desde la Segunda Guerra Mundial, que el ejército polaco abría fuego contra un vehículo militar extranjero.
En Bruselas, los principales diplomáticos de los 27 discutieron en privado con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, la aceleración de los planes de seguridad colectiva aprobados en la pasada Cumbre de La Haya. La defensa contra drones se considera una “capacidad crítica”. Durante las próximas semanas, Polonia y Letonia van a mantener cerrados sus espacios aéreos en las fronteras con Rusia y Bielorrusia, justo cuando este viernes los ejércitos de estos dos países han iniciado unas maniobras militares similares a la operación conjunta realizada en 2021, poco antes de que Moscú lanzase su invasión sobre Ucrania.
Ni la UE ni la OTAN aceptan las excusas rusas de que la irrupción de casi veinte de sus drones en territorio polaco fuese un accidente o una casualidad. Dinamarca, que ostenta la presidencia rotatoria del Consejo de la UE, considera que supone “una clara ilustración” de la amenaza que pesa “sobre la seguridad de toda Europa en su conjunto”. También el canciller alemán, Friedrich Merz, quien calificó los argumentos de Moscú como “no creíbles”. Esta vez, hasta socios contemporizadores de Vladimir Putin como Hungría o Eslovaquia han respaldado el comunicado conjunto de los 27 donde se asegura que esos drones “amenazan la seguridad de los ciudadanos de la UE, la estabilidad regional y la paz internacional”.
Tampoco el presidente de Estados Unidos, Donald Trump se ha puesto del lado de Putin como en anteriores ocasiones, acusando a esos aviones no tripulados de fabricación iraní de violar territorio polaco y confirmando con un “allá vamos” el apoyo de Washington a Varsovia. El embajador estadounidense ante la OTAN ha comprometido la defensa de “cada pulgada” del territorio de la Alianza Atlántica.
Europa redobla sus planes militares
Tras el derribo de los drones rusos, el primer ministro polaco, Donald Tusk, mantuvo varias reuniones telemáticas con algunos de los principales socios europeos. Tusk explicó la situación vivida en la frontera este de su país al presidente francés, Emmanuel Macron, al canciller Merz, al primer ministro británico, Keir Starmer, a la de Italia, Giorgia Meloni, el de los Países Bajos, Dick Schoof, o al secretario general de la OTAN, Mark Rutte, y al presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky.
Personal militar y equipos de las fuerzas armadas de varios de estos países se vieron involucrados en la respuesta temprana dada contra la amenaza de los drones rusos, presentes en el territorio de ese Estado Miembro al participar en los despliegues que la Alianza Atlántica tiene en su frente oriental. Polonia, como Rumanía o las tres repúblicas bálticas, alberga estas misiones. Y Zelensky se ha ofrecido a aportar sistemas anti drones, personal y entrenamiento de sus fuerzas armadas.
Por el momento, el gobierno polaco no tiene previsto solicitar a Ucrania esa ayuda o colaboración militar ucrania, aunque Tusk sí reconoció que durante las conversaciones con sus homólogos europeos había recibido “no solo muestras de solidaridad con Polonia, sino sobre todo propuestas de apoyo concreto a la defensa aérea de nuestro país”.
El incidente de los drones rusos en Polonia puede acarrear una aceleración de los planes de rearme colectivos. Varios aliados europeos en la OTAN están respondiendo a lo que consideran una provocación rusa deliberada con el envío de más tropas, artillería y sistemas de defensa a su flanco oriental. Países Bajos tiene ya desplegados sus F-35, los cazabombarderos de última generación estadounidense que también utilizó Israel para atacar Irán. República Checa se va a sumar con helicópteros a este operativo y Lituania recibirá adicionalmente una brigada blindada alemana. París y Berlín han anunciado el envío de cazas de combate adicionales a Polonia para reforzar las misiones de policía aérea.
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Las llamadas a la creación de un escudo antiaéreo europeo también arrecían de nuevo, y llegan desde países con fuerza política suficiente para imponerse en el debate comunitario. Friedrich Merz ha asegurado que “las defensas aéreas europeas, de la OTAN, funcionaron” pero “no tan bien como deberían haberlo hecho para conseguir prevenir lo suficientemente pronto que un gran número de drones entrasen en el espacio aéreo polaco”. A juicio del canciller alemán, “esto debería activar las discusiones dentro de la OTAN y también dentro de la Unión Europea”.
La llamada a la acción de Berlín está en línea con las peticiones formuladas desde hace meses por la OTAN. Su secretario general, Mark Rutte, ha reiterado en numerosas ocasiones que una prioridad de la Alianza es contar con cinco veces más capacidades de defensa aérea y ante misiles. Capacidades que estarían entre las demandas confidenciales pactadas en la última cumbre de la OTAN donde se aprobó para cada país un gasto en defensa del 3,5% del PIB y otro complementario en seguridad, inteligencia o infraestructuras de doble uso civil y militar del 1,5%, llegando así al 5% exigido por la Administración Trump.
Deliberado o accidental, los drones rusos de fabricación iraní en territorio polaco refuerzan a los halcones europeos en su apuesta por el rearme militar y a las llamadas de la diplomacia comunitaria a Washington para que no imponga en Ucrania una paz favorable a Moscú. A juicio del ultraderechista primer ministro belga, Bart De Wever, “está claro que Putin no está interesado en la paz ni en un alto el fuego. Nos está provocando, se está riendo de nosotros y la única reacción debe ser que apoyemos aún más a Ucrania e intentemos perjudicar lo máximo posible la economía rusa”.