José Miguel Contreras: “Hay empresarios de derechas que controlan medios para que finjan ser de izquierdas”

El periodista y catedrático de Comunicación José Miguel Contreras (Madrid, 1958) afirma haber tenido en este 2025 “el enorme privilegio de disfrutar uno de los años más tranquilos en mi vida profesional y personal”. A medio camino entre el retiro y algunos “trabajos divertidos fuera del mundo de la comunicación”, asegura que el panorama mediático español vive una “absoluta desproporción ideológica debido a la abundancia de medios con sesgo derechista”. Contreras, primer accionista de infoLibre, advierte también de lo que considera una nueva tendencia, la de que “grupos y empresarios que trabajan activamente desde posiciones conservadoras controlan televisiones, radios y periódicos que intentan aparentar ser de izquierdas”. ¿Cuáles?: “¡Exactamente esos en los que estás pensando!”.

El pasaje del terror

“Tengo la sensación de que la campaña permanente de la derecha contra el Gobierno de Pedro Sánchez acaba por convertirse en una trampa para ellos mismos. Me recuerda a cuando alguien entra en el pasaje del terror de un parque de atracciones en el que, una vez que estás dentro, sobre todo si eres asustadizo, como es mi caso, todo te parece tenebroso, todo te parece que no tiene fin, solo esperas sustos, tragedias, sangre y que aparezcan asesinos con sierra mecánica. Durante todo ese tiempo que estás dentro no existe el mundo exterior. Algo así me parece que ocurre en España a veces con la política y la sociedad. Vivimos metidos en una burbuja de tensión y luego, de repente, cuando sales fuera, llegas a entender que tampoco pasa tanto y que, a fin de cuentas, el año 2025 termina igual que empezaba: Pedro Sánchez, presidente del Gobierno. Y la situación política tampoco ha cambiado tanto. Sigue el mismo Gobierno y sigue España partida en dos mitades“.

 Caos en el mundo

“A nivel mundial, seguramente la palabra del año sería la de caos. Yo creo que mientras en los años anteriores hemos vivido un proceso de aumento del belicismo como elemento fundamental para entender las relaciones entre los países, entre los partidos, entre los diferentes componentes de la sociedad, este es el año en el que el caos ha acabado por imponerse. Hemos visto cómo muchos de los que encabezaban en la última década movimientos antisistema frente a la democracia tradicional, en este año 2025 están gobernando. El caos ha pasado de estar abajo, en la calle, frente a los Gobiernos, a ser los Gobiernos. Quienes más imponen la sensación de caos, de desastre, de terror, están siendo Gobiernos populistas que están cambiando las reglas de convivencia, tomando decisiones arbitrarias y autocráticas, en muchos casos llevando al mundo a una etapa de confusión generalizada que evidentemente algún día esperemos que termine”.

'Cacocracia' y plutocracia

“Otra de las palabras de este año es cacocracia, expresión que se puso de moda con la llegada al poder de Donald Trump y que significa el gobierno de los peores. Se están sucediendo ejemplos de personas que de ninguna manera hubiera sido posible imaginar dirigiendo los designios del mundo hace décadas, y ahora mismo ocurre. Pero, además, en la actualidad plantean un problema mayor. Y es que están empezando no solo a entenderse entre ellos, sino a trabajar conjuntamente. Estos Gobiernos populistas, autocráticos y aparentemente disparatados están empezando a trabajar como una sociedad conjunta. Además, siguen las órdenes y las indicaciones de los grupos económicos más poderosos del mundo. Realmente, hoy vivimos entre una cacocracia y una plutocracia. Los principales detentadores del poder económico son los que están tomando las grandes decisiones y lo estamos viendo particularmente en Estados Unidos”.

La lección de 2008

“Tengo la convicción de que, tras la debacle económica de 2008, los grandes poderes financieros del mundo, que sin duda fueron los principales culpables de lo que ocurrió, se dieron cuenta de que el sistema político no les había ayudado, se había limitado únicamente a dejarles actuar facilitando la liberalización del modelo económico. Sin embargo, no hicieron su papel de encubridores y en algunos casos pusieron el pecado de los más avariciosos al descubierto. Ahora han decidido algo más. Se plantean: "¿Para qué necesitamos a los políticos? Mejor tomemos el poder y asumamos las decisiones nosotros mismos absolutamente para todo". Y la industria armamentística, la industria tecnológica, la industria farmacéutica... todos los grandes poderes económicos hoy tienen más influencia política y de gobierno que nunca antes en la historia”.

Es lo que vota la gente

“Es evidente que los nuevos Gobiernos autocráticos también son democráticos en su base, ya que han sido elegidos por la gente. Hay, por tanto, que hacer una reflexión sobre cómo se conforman en la sociedad actual las ideologías. Es determinante el papel de los medios de comunicación y de las redes sociales en este proceso. Se ha producido una extensa popularización del acceso a las nuevas vías de intercomunicación. Se ha conseguido gracias a la extrema simplificación de los códigos de diálogo social. Para que todo el mundo acceda a este nuevo territorio de la comunicación, el debate público ha tenido que simplificarse y descender hasta unos límites extremos. Un concepto de moda es el de la neotenia, que se refiere a que todos los adultos conservamos algunos rasgos infantiles. Creo que estamos viviendo el auge de la neotenia. Realmente, estamos viendo cómo los grandes dirigentes, cómo los debates políticos, los debates sociales, tienen un nivel de lenguaje casi infantil, de conceptos de una simplicidad extrema que de alguna manera empobrecen el debate democrático”.

La derecha mediática en España

“La situación del panorama mediático español tiene una peculiaridad evidente respecto al resto del mundo y es la absoluta desproporción ideológica que existe entre la presencia de medios con sesgo derechista o conservador y de sesgo progresista. Lo curioso –y es una deriva interesante que se extiende en España– es la presencia de grupos y empresarios de derechas que han decidido empezar a participar o a controlar medios que aparentan ser de izquierdas. Esto es una novedad que no suele ocurrir en el mundo. La derecha ha llegado a ocupar todos los espacios posibles en el espectro mediático y parece que tiende a decir: "Bueno, si ya hacemos los medios de derecha, por qué no hacer también los medios de izquierda". Desde la izquierda a veces no somos justos enjuiciando a la derecha. Hay que reconocer que ellos tienen una disposición extraordinaria a hacerlo todo. Si por ellos fuera, estoy convencido que no solo harían todos los periódicos, las televisiones y las radios, sino incluso también los partidos de la izquierda. La derecha política y económica en España sólo quiere gobernar. Y no les dejamos. Desde la izquierda seguimos pesadísimos empeñados en aspirar democráticamente a gobernar. ¡Con razón se enfadan! No entendemos su voluntad de servicio a España”.

La dieta mediática

“No hay mejor manera de combatir la manipulación, la mentira y el dominio de los medios más infames que no consumirlos. Todos sabemos que existe la comida basura, que es muy barata, que llena y que, incluso, apetece en ocasiones. Pero también sabemos que no es bueno consumirla por los enormes males que produce al cuerpo humano. Pues lo mismo ocurre con la comunicación. Creo que tenemos que empezar a tener hábitos similares a los alimenticios en nuestra dieta mediática porque prácticamente lo mismo que ocurre en la alimentación, ocurre en los medios de comunicación. Mi consejo es que eludamos la comida basura, consumamos sólo lo que necesitamos, evitando el sobrepeso y comamos alimentos sanos. Alimentos sobre los que tengamos la garantía de que tienen las calidades nutritivas que necesitamos. Y no olvidemos algo muy importante. Al igual que con la comida, si queremos medios de comunicación sanos y de calidad, los tenemos que pagar. La comida ecológica es un poco más cara que la industrial, pero su consumo compensa”.

Elecciones en 2026

“Un año más arrancaremos con la pregunta de si va a haber elecciones generales: ¿Pedro Sánchez va a disolver el Parlamento? Bajo mi punto de vista, la respuesta es sencillísima. Habrá elecciones anticipadas en España cuando uno de los miembros de la de la coalición de investidura de Pedro Sánchez quiera. El PSOE no quiere elecciones porque su objetivo es gobernar tomando medidas progresistas que siempre tienen que ser basadas en la negociación y el acuerdo. Supongo que no es porque quieren, sino porque no pueden hacerlo de otra manera. Del resto de los partidos, Yolanda Díaz es la que menos quiere unas elecciones que significarían su cese como vicepresidenta y, seguramente, la dejarían fuera del encabezamiento de una lista electoral significativa. Podemos posiblemente querría elecciones, pero no las puede forzar votando con PP y Vox debido al demoledor impacto que tendría en su electorado. Junts necesita esperar a que el Tribunal Constitucional (TC) facilite la vuelta a España de Puigdemont y luego deberá reorganizar su proyecto político para encarar la competencia de la ultraderecha catalanista. Tampoco la ERC de Oriol Junqueras, inhabilitado a la espera de que el TC resuelva el recurso de la ley de amnistía, parece en disposición de romper el tablero actual. El PNV de ninguna manera va a votar con PP y Vox. Si hace esto, podría ser arrasado por Bildu. Finalmente, nadie apoyaría en Bildu votar junto a PP y Vox. Ahora mismo ningún socio de la investidura parece que tenga interés en cortar la legislatura y, desde luego, el propio Gobierno de Pedro Sánchez tampoco lo va a propiciar, puesto que está en la vida política para gobernar, para intentar desarrollar medidas progresistas. Eso sí, todas ellas tienen que estar basadas en el acuerdo y en el consenso, que, como ya sabemos, no es fácil de conseguir”.

Obediencia preventiva

"El Partido Popular y Vox son la oposición y legítimamente quieren que se acabe la legislatura. Cuentan, además, con muy importantes aliados de manera pública y notoria. Desde luego, tienen el apoyo explícito de la Conferencia Episcopal, de buena parte del empresariado español, de importantes grupos de la judicatura y con el respaldo inquebrantable y mayoritario de los medios de comunicación. Se unen cada día más analistas e intelectuales que están buscando recolocarse de cara al futuro. Hay un fenómeno que se extiende entre algunos opinadores, una ‘obediencia preventiva’, derivada de pensar que, ante lo que esté por llegar, por si acaso, "voy a empezar a situarme en posiciones críticas solicitando un adelanto electoral". Para ser justos, hay que reconocer que muchos de ellos muestran ya serios signos de agotamiento después de haber vaticinado en innumerables ocasiones escenarios políticos que nunca llegaron a hacerse realidad. Posiblemente, a finales del año próximo mantendrán su posición de que el adelanto electoral será inminente. Probablemente, en 2027 por fin acertarán”.

Distintas corrupciones

“Coincido con la extendida opinión de que para la izquierda no hay nada más perjudicial que la corrupción. La corrupción es un torpedo en la línea de flotación de la izquierda. De alguna manera parece considerarse que en la derecha es tradicional que puedan existir este tipo de casos, pero en la izquierda es absolutamente inaceptable y el efecto es demoledor entre los ciudadanos que vemos cómo aquellos que deben velar por encima de todo por la moralidad lo incumplen. Lo curioso es cómo el tratamiento, tanto informativo como judicial con respecto a la corrupción, es completamente diferente. Vemos cada día cómo los procesos que se siguen en paralelo entre los casos de corrupción de la izquierda y los que afectan a la derecha toman caminos diferentes. Sobre aquellos que afectan a la izquierda, todo el mundo estamos de acuerdo en que hay que perseguirlos, hay que enjuiciarlos y hay que sentenciarlos. En el caso de la derecha vemos cómo no siempre se persiguen, no siempre se enjuician o si se enjuician resulta que los procesos se ralentizan o incluso se eternizan hasta conseguir que prescriban y, desde luego, lo que no se quiere de ninguna manera es que se castiguen. La corrupción es un problema de todos, pero es evidente que no se trata de la misma manera si proviene de la izquierda o de la derecha”.

Jueces que no hacen de jueces

“Algunos jueces parece que tienen un sesgo político de corte conservador demasiado marcado y que están abandonando los principios básicos de su profesión de jueces para convertirse en activistas políticos en favor de una causa puramente partidista. Da la sensación de que, en algunos casos conocidos de todos, los jueces están renunciando a ejercer como jueces para convertirse en abogados o en fiscales, según quién sea el acusado. Un juez es alguien que tiene que analizar todas las pruebas y todos los argumentos para, después de haberlos estudiado, dictar una sentencia. Mientras un fiscal o un abogado tienen que hacer lo contrario. Parten de que tienen que defender o perseguir al procesado y, por tanto, buscar pruebas o inventar argumentos para sostener su posición predeterminada. Da la sensación de que algún juez ha abandonado su papel para convertirse en alguien que de antemano ha sentenciado al acusado y, luego, lo que busca son argumentos para justificar la decisión que tenía predeterminada”. 

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