CULTURA

Cuatro años sin Almudena Grandes (y con el corazón helado)

Almudena Grandes presenta 'El corazón helado'

Tan buena escritora, tan decente y humana, tan amiga y tan roja. Hace cuatro años ya que nos dejaba Almudena Grandes aquel 27 de noviembre de 2021 tan frío, tan aciago y triste, tan fatal y tan negro. Un día impostergable, marcado desde entonces con rotulador colorado gordo en el calendario de todos sus lectores y lectoras, a los que tanto agradeció en vida y tanto todavía (y por siempre) la añoran. 

Ese cariño es el que la mantiene entre nosotros en múltiples formas. "Leer los artículos de Almudena es escucharla a ella otra vez, con la pasión, la calidez, la ternura o la fiereza con la que contaba en cada artículo la historia a través de la vida cotidiana", nos contaba el pasado febrero Pepa Bueno con motivo de la edición de Escalera interior (Tusquets, 2025), un volumen que recopila sus columnas en prensa.

La periodista, convertida en portavoz de esa familia elegida que amplía y enriquece la sanguínea. Sus hermanos, Manuel, Gonzalo y Mónica Grandes, compartieron con infoLibre un emotivo, pero en realidad divertido texto con lo que para ellos representa ir al Metropolitano a ver al Atlético de Madrid sin Almudena. Tan presente, de nuevo, en su grada.

La alegría, eso que tanto defendió ella en vida, como forma de resistencia para los que se quedan. Porque no, no se permitía la tristeza y eso la convierte en eterna. "Sigue estando muy presente porque era muy querida por todo el mundo. Íbamos por la calle y era como una estrella del rock, la paraban para hacerse fotos con ella", rememoraba en mayo con este diario la cineasta Azucena Rodríguez, directora de la película documental titulada, simple y llanamente porque ahí está todo, Almudena.

Mucho hemos escrito en estos cuatro años sobre la escritora y periodista en infoLibre. "La dimensión de su éxito la conoció Almudena en vida, pues sus libros fueron acogidos por una muchedumbre de lectores, pero su muerte evidenció otra dimensión de ese éxito: lo mucho que sus libros significaron no solo como ficciones novelescas, sino también como reparación y consuelo para las víctimas directas o colaterales de un tramo de la Historia de España", rememoraba Felipe Benítez Reyes con la pertinente distancia de un año después de su marcha.

Claro que, quien más la echa de menos es Luis García Montero, que pudo de alguna manera ir recuperando la sonrisa en la multitud de homenajes que se han sucedido desde entonces, y que plasmó negro sobre blanco, confrontando la oscuridad con la luz, con esa honestidad brutal tan suya, todo lo que llevaba dentro y necesitaba sacar. Hablamos de Un año y tres meses (Tusquets, 2022), título que reúne los poemas escritos por el poeta a raíz de la enfermedad y pérdida de su mujer, con reflexiones sobre el amor, el dolor, la vida, los cuidados, la muerte. "Se corre el riesgo de nacer y morirte sin haber estado enamorado", sentenciaba en esta charla, a su modo esperanzada.

Un año y tres meses

Como las narraciones de la lluvia

o los cuadernos de bitácora,

tuvo la enfermedad sus argumentos.

No me quejo de nada. Hoy sostengo

el optimismo amargo con el que respondimos,

septiembre, 2020,

cuando las citas médicas y el mar de los análisis

se mezclaron de un día para otro

con las arenas de la vida.

[…]

Comprendí que los viajes y los libros

con sus dedicatorias

siempre han sido maneras de cuidarnos.

Comprendí las raíces de nuestra militancia,

comprendí la factura de querer

de un modo tan completamente viernes.

Comprendí el argumento de esta historia

en la noche estrellada,

una historia de amor,

este año y tres meses,

estos días finales que ya son,

Por Almudena

Por Almudena

ahora, recordados,

los más felices de mi vida.

Un hueco especial en nuestro corazón ocupa también el número especial que dedicamos en nuestra revista TintaLibre a Almudena en el primer aniversario de su marcha. Un esfuerzo colectivo (y ciertamente definitivo) de reivindicación de una de las figuras más importantes de nuestra cultura contemporánea, que incluye incluso un poema inédito de la autora titulado sencillamente A Luis. Junto a su propia memoria íntima, contribuciones de amigos como Eduardo Mendicutti, Benjamín Prado, Chus Visor, Ángeles Aguilera, Rosana Torres, Miguel Ríos, Eva Orúe o Aroa Moreno Durán. Una forma de sanación a la que Joaquín Sabina puso el calor culminante en un texto titulado El corazón helado de Almudena.

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