Gaza afronta otro invierno mortal sin la paz ni la ayuda que prometió Trump: "La situación es terrible"
"¡Pasará a la historia como uno de los mayores logros de Naciones Unidas, conducirá a una mayor paz en todo el mundo!". Así ha celebrado Donald Trump este lunes en sus redes sociales la aprobación del Consejo de Seguridad de la ONU sobre el plan para Gaza impulsado por el presidente de Estados Unidos y Benjamin Netanyahu. Solo Rusia, que había presentado una resolución alternativa, se abstuvo junto con China en una votación que terminó con 13 apoyos y ningún voto en contra.
La resolución avala el despliegue de una "fuerza internacional de estabilización" encargada de garantizar la seguridad en Gaza, además de crear una autoridad de transición bajo supervisión estadounidense. No obstante, Louis Charbonneau, portavoz de Human Rights Watch, insistió en que "la resolución no disminuye la obligación de Israel y sus aliados de cumplir con el derecho internacional y los derechos humanos".
Países europeos como Francia, que respaldaron la propuesta, aseguran que "responde a las necesidades más urgentes del pueblo palestino y ayuda a apoyar los esfuerzos de paz en curso". Sin embargo, el apoyo occidental y árabe contrasta con la realidad sobre el terreno. Desde el inicio del alto el fuego, 312 gazatíes han muerto en ataques israelíes, según el Ministerio de Sanidad de Gaza, y la ayuda humanitaria sigue siendo insuficiente. La falta de cobertura mediática también refleja el abandono de los representantes europeos tras los reconocimientos al Estado palestino y los embargos de armas a Israel adoptados entre septiembre y octubre.
"No ha cambiado prácticamente nada"
Frente a la inacción de Occidente y su respaldo al plan de Trump, la situación humanitaria en Gaza continúa siendo extrema pese al alto el fuego del 10 de octubre. UNRWA registra detonaciones diarias en zonas donde las fuerzas israelíes siguen desplegadas —especialmente en el este de Khan Younis y en la ciudad de Gaza— y han provocado nuevas víctimas civiles. A pesar de algunos retornos, desde octubre se han producido ya más de 680.000 desplazamientos debido a los ataques.
Raquel Martí, directora del comité español de UNRWA, señala a infoLibre que "la situación en Gaza sigue siendo terrible" y "no ha cambiado prácticamente nada". "Israel ha seguido atacando a la población dentro de la Franja. Desde el alto el fuego han asesinado a más de 300 personas, han herido a más de 700 y continúan demoliendo edificios sin justificarlo", denuncia.
Pilar Orduña, responsable humanitaria de Oxfam Intermón, coincide en que la situación "sigue marcada por las restricciones, los cierres y las enormes dificultades que impone Israel para mover ayuda dentro de Gaza". Explica que la entrada de suministros "sigue siendo insuficiente para cubrir las necesidades más básicas (combustible, agua potable, higiene, alimentos, medicamentos y refugio)".
Aunque Naciones Unidas y organizaciones socias han logrado introducir unas 32.500 toneladas de ayuda desde el 10 de octubre, la demanda desborda cualquier esfuerzo. "Estamos listas para entregar todo en cuanto se nos conceda acceso, pero Israel impide la entrada de buena parte de la ayuda prevista. Muchas solicitudes son rechazadas y ya llevamos contabilizadas 6.400 toneladas de ayuda que no se ha permitido introducir", detalla Martí. Esta situación, según la portavoz de UNRWA, provoca que, de media, "un palestino solo pueda recibir una comida cada dos días".
Lluvias, inundaciones y la llegada del invierno
Las condiciones climáticas amenazan con agravar aún más la situación de la población gazatí. Las primeras lluvias ya han inundado asentamientos improvisados y zonas de refugio, donde miles de familias viven hacinadas, sin saneamiento adecuado y con suelos convertidos en barro. La Defensa Civil palestina ha confirmado daños graves en numerosas áreas del norte —Tunel, Al Daraj, Al Yarmouk, Al Zaytoun y el campamento de Al Shati— así como en campamentos de Deir al-Balah y Jan Yunis.
"Las lluvias torrenciales en Gaza han afectado a más de 13.000 familias que viven en tiendas improvisadas con plásticos y lonas. El agua se lo ha llevado todo y ha dejado a las familias completamente empapadas, sin ropa seca, sin colchones y con temperaturas ya frías", relata Martí.
La representante de UNRWA en España añade que alrededor de un millón de personas viven en refugios colectivos o edificios en ruinas, y "temen profundamente las consecuencias del invierno". "Las familias que se trasladan a casas bombardeadas y tapan los agujeros con lonas, plásticos o cartones. El frío dentro de esas viviendas es terrible porque además no tienen mantas ni ropa de invierno", explica. UNRWA calcula que 259.000 familias afrontan el invierno sin mantas, lonas ni estructuras mínimas de protección.
"La desnutrición sigue cobrándose vidas"
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La falta de ayuda humanitaria suficiente y la ausencia de refugios adecuados han reactivado las alarmas sobre una nueva ola de problemas de salud y desnutrición en la Franja. El sistema sanitario, devastado tras dos años de ofensiva y sin capacidad para cubrir las necesidades básicas, opera entre hospitales destruidos, clínicas saturadas y personal exhausto. Además, las condiciones de vida —hacinamiento, agua contaminada, alcantarillas abiertas, escombros y munición sin detonar— favorecen la propagación de enfermedades.
El equipo médico de UNRWA advirtió el pasado jueves que "la desnutrición sigue cobrándose la vida de los niños y niñas, amenazándolos con el retraso del crecimiento, el debilitamiento de su sistema inmunitario y discapacidades de por vida". La agencia también insiste en que uno de cada cinco menores de tres años no ha recibido ninguna vacuna de rutina, lo que los expone a enfermedades prevenibles que, en circunstancias como las actuales, pueden ser letales.
A esta alerta se suma UNICEF. Su portavoz global, Rosalía Bollen, señala a infoLibre que "la combinación de la malnutrición, las pésimas condiciones sanitarias y el frío invierno aumenta considerablemente las posibilidades de contraer enfermedades, que podrían resultar mortales".