GUERRA UCRANIA
Sin noticias de paz para Ucrania: la guerra está en un callejón sin salida (que Trump tampoco resuelve)
Ya han pasado más de 1.300 días desde que comenzara el 24 de febrero de 2022 la guerra entre Rusia y Ucrania. Un conflicto que, de momento, se estima que se ha saldado con la vida de más de 300.000 personas entre rusos y ucranianos. Según el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), las víctimas rusas se cifran en más de 950.000 (250.000 muertos) y las ucranianas en unas 400.000 (entre 60.000 y 100.000 muertos) desde el principio de la contienda. Además, desde el CSIS, aseguran que “es probable que Rusia alcance el millón de víctimas en el verano de 2025”, lo que consideran “un hito espantoso”.
Las negociaciones entre ambos países parecen no llegar a ningún acuerdo. Algo que el presidente de EEUU, Donald Trump, quiere aprovechar para erigirse como el gran pacificador. Antes de llegar a la Casa Blanca, aseguró que acabaría con el conflicto “en menos de 24 horas” y desde que llegó no solo es que haya pasado más de un año sin que nada cambie, sino que, además, Rusia ha multiplicado su ofensiva hasta llegar a doblar el número de ataques aéreos contra Ucrania.
La situación se encuentra en punto muerto: Rusia controla aproximadamente el 20% del territorio ucraniano. Pero el avance es muy lento y costoso. Desde enero de 2024, Rusia ha tomado unos 5.000 km2 de terreno, lo que vendría a suponer algo menos del 1% de Ucrania. Esto contrasta con el rápido avance de las tropas rusas durante las cinco primeras semanas de guerra, en las que consiguió hacerse con 120.000 km2.
La ‘nueva guerra’ tecnológica
“La guerra se ha ido transformando y cambia cada tres meses, de hecho no tiene nada que ver la guerra que empezó con la que vivimos hoy”, explica a infoLibre Catalina Gómez Ángel, periodista y corresponsal en Oriente Medio y Ucrania, ganadora del premio de periodismo David Beriain. Una de las claves de que el conflicto se haya alargado tanto en el tiempo es el uso de drones. Estos, según la experta, “han cambiado totalmente la dimensión de la guerra”.
“Son los drones los que en cierta manera provocan que esas líneas se enquisten porque hacen imposibles los grandes avances militares", señala la periodista. “Esto nos habla de lo horrible de este conflicto, que se ha convertido en una guerra tecnológica”, añade. El objetivo de Rusia es claro, "sabe que no puede tomar el control de muchas regiones, pero lo que sí puede hacer es convertir ciertas ciudades en inhabitables y destruirlas para que se conviertan en un infierno donde la vida sea imposible”, concluye.
Los drones o UAVs se han convertido en el arma revolucionaria, tanto por su eficacia como por su bajo coste. Un dron común ronda los 400 dólares y es capaz de destruir artillería pesada como tanques T-72 valorados en unos cuatro millones. Esta vulnerabilidad de la artillería está contribuyendo a que la velocidad y la movilidad pierdan protagonismo y se dé paso a una guerra más posicional y táctica. Se estima además que los drones ucranianos son los responsables de entre el 60% y el 70% de los equipos rusos destruidos, según un informe del Royal United Services Institute (RUSI).
El secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, también reconocía hace meses que suponen “la mayor innovación en el campo de batalla de una generación”. Ucrania fabricó aproximadamente dos millones de drones en 2024 y este año el Gobierno planea duplicar su apuesta para fabricar alrededor de 4,5 millones, según informa The Kyiv Independent. A esto se le suma la inestimable ayuda de Europa. El pasado 29 de septiembre, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció una inversión de 2.000 millones de euros para la adquisición y desarrollo de esta tecnología para las fuerzas armadas ucranianas.
Un sistema de alianzas inamovible
Las alianzas tanto de Ucrania como de Rusia están jugando un papel clave en el conflicto. El respaldo económico y militar de Europa y EEUU es fundamental en la resistencia ucraniana, mientras que la ayuda de potencias como China, Irán o Corea del Norte lo está siendo del mismo modo para la ofensiva rusa.
Por su parte, Europa, desde el comienzo de la contienda, ha aportado más de 177.000 millones de euros a la ‘causa’ ucraniana entre el gasto civil y el militar, según datos del Consejo de la UE; mientras que EEUU ha puesto a disposición casi 115.000 millones, según datos del Instituto Kiel. Otros países de occidente también han apoyado directamente a Ucrania, como Reino Unido, cuya ayuda se estima en 12.610 millones de euros, Canadá con 2.630 millones o Australia con 860 millones.
Entre la ayuda militar provista por Europa valorada en 63.200 millones se incluyen sistemas de defensa Iris-T SLM, lanzadores múltiples RM-70, sistemas de lanzamiento M270 o tanques T-72, Leopard-1A5 y 2A4; mientras que EEUU ha aportado: 12 sistemas avanzados de misiles tierra-aire (NASAMS), más de 3.000 misiles antiaéreos Stinger y más de 40 lanzacohetes múltiples (HIMARS), 31 tanques Abrams, 45 tanques T-72B, más de 300 vehículos de combate de infantería Bradley, 20 helicópteros Mi-17 y diversos tipos de drones. Además, la UE proveyó de protección temporal a casi 4,4 millones de refugiados ucranianos.
De la misma manera que la defensa ucraniana no habría podido mantenerse tanto en el tiempo sin la ayuda de sus socios europeos y Estados Unidos, la ofensiva rusa habría sido insostenible durante los más de tres años y medio de guerra sin sus socios asiáticos.
Desde febrero de 2022, China incrementó en un 63% las exportaciones rusas a su país, convirtiéndose así en el socio mayoritario de Rusia con un comercio bilateral que ascendió a más de 244.000 millones de dólares en 2024. Corea del Norte, en la campaña militar de otoño del año pasado envió unas once mil tropas a Rusia, cifra que quiere ahora duplicar, según una evaluación de inteligencia de soldados ucranianos, cuenta la cadena CNN. Además, el pasado 4 de diciembre entró en vigor el Tratado de Defensa Mutua entre Rusia y Corea del Norte conocido como Tratado Moscú-Pionyang, que incluye un compromiso para cooperar a nivel internacional frente a las sanciones occidentales. Cabe resaltar que los datos del apoyo económico, civil y militar de estos países carecen de la transparencia necesaria, por lo que se estima que la ayuda podría ser incluso mayor.
La resistencia del Donbás
El Donbás es una región de gran importancia estratégica y económica para Ucrania compuesta por las provincias de Donetsk y Luhansk. Luhansk se encuentra ocupada por el ejército ruso casi en su totalidad, pero Donetsk aún resiste. Las ciudades de Pokrovsk, Konstantynivka, Sloviansk y Kramatorsk conforman el óblast (región o provincia) de Donetsk en lo que se ha convertido un cinturón de seguridad infranqueable para las tropas rusas, conocido como “el cinturón fortaleza” del Donbás.
“Este cinturón es una zona estratégica en todos los términos: comunicaciones, logística, militar, de suministro y muchas más”, cuenta a infoLibre Frédéric Mertens de Wilmars, profesor titular de Derecho Constitucional y Ciencias Políticas, así como coordinador del grado en Relaciones Internacionales en la Universidad Europea de Valencia.
La mayor parte de las exigencias de Putin para acabar con la guerra son inaceptables para Ucrania
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“Esa área es la que bloquea o desbloquea la situación en Ucrania”, continúa el experto. “Si Rusia penetra, se le facilitarían mucho las cosas a Putin para volver atacar e invadir más y más territorio, lo que supondría una gran victoria moral para los rusos y pasaríamos de un conflicto armado a una guerra de guerrilla como Afganistán”.
El último gran ataque ruso se produjo en la madrugada del pasado 30 de octubre sobre la infraestructura energética ucraniana. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha restringido el suministro eléctrico en todas sus regiones tras el ataque con misiles y drones. La intención del presidente ruso, Vladimir Putin, es la de penetrar este cinturón de fortalezas poco a poco y el primer objetivo es la ciudad de Pokrovsk, que ya ha sido cercada por el ejército ruso. Ucrania afirma haber repelido más de 50 ataques sobre esta ciudad en las últimas 24 horas, pero las tropas rusas parece que no van a rendirse hasta hacerse con este enclave estratégico que puede ser determinante en el devenir de la guerra.
Mientras tanto, el mismo Putin se citará con el presidente húngaro, Viktor Órban, y con Donald Trump en Washington el próximo 7 de noviembre, en una reunión a tres bandas que, según informa Reuters, puede conducir a un acuerdo de paz en Ucrania.