Paracaidistas aficionados franceses disfrazados como miembros del Ku Klux Klan simulan quemar a negros

Captura de pantalla

Marie Turcan (Mediapart)

Yves-Marie Guillaud sigue cabreado desde que vio las imágenes. El domingo 19 de octubre, el presidente de la Federación Francesa de Paracaidismo (FFP) recibió por correo electrónico un vídeo que le dejó estupefacto. “La visión de esta escena te deja helado por su realismo”, afirma.

La escena en cuestión había tenido lugar la víspera, durante una fiesta de disfraces organizada por una escuela de paracaidismo en Aube, afiliada a la federación deportiva.

Cinco de sus integrantes se presentaron vestidos como miembros de la organización supremacista Ku Klux Klan, con trajes blancos, cinturones y capuchas a juego. Ante una gran hoguera en llamas, simularon ejecutar a otros tres miembros que se habían embadurnado la cara de negro, lo que se conoce como blackface. Un último miembro lo grabó todo.

A continuación, el hombre se encargó de compartir las imágenes en el grupo de WhatsApp del club, con 246 miembros. En ese vídeo de dos minutos, del que Paris Match se hizo eco en primer lugar y que Mediapart también ha podido consultar, se ve a esos paracas, con capuchas puntiagudas en la cabeza, en medio de una fiesta en la que hay al menos treinta personas adultas, algunas disfrazadas de superhéroes o supervillanos (la temática de la fiesta), y dos niños.

“Durante años se ha asociado bastante a los paracaidistas con los fachas”, lamenta Yves-Marie Guillaud, contactado el lunes por la noche. “Trabajo sin descanso para esta federación, para que se hable de nuestros campeones en los medios de comunicación, contra el sexismo en el deporte, es una inversión diaria, ¡y de repente nueve siniestros cretinos lo echan todo por tierra! No sé de dónde vienen pero me da igual: los perseguiré hasta donde pueda. Conmigo no se esconden las cosas bajo la alfombra”.

La FFP ha tomado medidas inmediatamente, comunicadas públicamente y confirmadas a Mediapart: una denuncia ante el fiscal por incitación al odio, presentada por la dirección técnica nacional de la federación, una denuncia ante el fiscal por parte de la FFP como parte civil y una convocatoria ante el consejo de disciplina para las nueve personas identificadas en los vídeos con suspensión inmediata de saltos durante tres meses (el máximo posible según las normas de la federación).

“Dada la gravedad del asunto, totalmente contrario a los valores defendidos por la Federación y al ejemplo exigido a los clubes y estructuras de paracaidismo en los territorios, se enviará una nota interna por correo electrónico a los paracaidistas, escuelas y ligas”, precisa la instancia en un comunicado.

Mensajes de indignación eliminados y el vídeo aún en la red

El universo del paracaidismo deportivo, históricamente asociado al mundo militar, se ha abierto progresivamente a una población civil apasionada por el salto. En 2024 había alrededor de 40.000 “miembros únicos” —aquellos que se inscriben para saltar una vez al año— y 10.000 anuales —los que saltan regularmente—.

Este es el caso de Kwame (nombre ficticio), un “adicto al paracaidismo” desde hace unos diez años. Viaja con amigos por toda Francia, a veces incluso al extranjero, para probar las diferentes zonas de salto (drop zones), espacios regulados donde los practicantes pueden saltar y aterrizar. Así fue como un día pasó por la zona de Aube y se integró en el grupo de WhatsApp del club.

No fue él quien envió el vídeo a la federación, pero sí el que reaccionó primero en el grupo de chat de los 246 miembros cuando aparecieron las imágenes a las 00:27 horas. “A punto de irme a dormir, eché un vistazo al móvil y ¡vi eso! Estoy muy impactado”, cuenta a Mediapart. Envió varios mensajes, entre ellos “es para vomitar” y “comunicad los nombres de los que están con capucha, nos veremos las caras”.

¿Cómo es posible que nadie haya considerado oportuno detener esa locura?

Kwame, un miembro de la federación

Sorpresa: varios de sus mensajes han sido eliminados de la conversación de WhatsApp por la administradora del grupo, que también es la directora general de la escuela de paracaidismo. Pero el vídeo sigue en la red.

Al ser contactados, la directora y el presidente del club de Aube aconsejaron a Mediapart dirigirse a la federación de paracaidismo, precisando, sin embargo, que ellos también han iniciado “un procedimiento judicial” contra esas nueve personas. Al ser preguntado sobre su responsabilidad de garantizar la seguridad de los participantes, el presidente del club no respondió. Según varios interlocutores, ninguno de los dos dirigentes estaban presentes cuando llegaron los jóvenes encapuchados y aseguran que tampoco vieron la escena de la hoguera.

“Esa fiesta no representa el mundo del paracaidismo en el que me muevo desde hace años y que conozco bien”, lamenta Kwame. “En mi colectivo hay negros, blancos, judíos, somos muy activos. Y nunca hemos tenido ningún problema en este club”. Sin embargo, se pregunta: “¿Cómo es posible que nadie considerara oportuno detener esa locura?”.

Disculpas y consejo disciplinario

Mediapart intentó ponerse en contacto con algunos participantes de dicha fiesta. Solo uno respondió: el hombre que difundió el vídeo en el grupo de WhatsApp.

“No estoy acostumbrado a que me entrevisten”, explica. “Para responder a sus preguntas, me invitaron a una fiesta de superhéroes y supervillanos. Me disfracé de príncipe azul y compartí una foto de la fiesta en el grupo. Había otros superhéroes como Superwoman, Batman, Catwoman, Superman, Pikachu, y supervillanos como el KKK, un asesino sanguinario, un intoxicador radioactivo...”.

Los responsables de esas representaciones pronto comparecerán ante el consejo disciplinario. Mientras tanto, han colgado un largo mensaje de disculpa. Dicen que se han dado cuenta de la gravedad de sus actos a posteriori y que “evaluaron mal los límites del tema al decidir disfrazarse del KKK”. También indican que “es necesario un gran replanteamiento y que lucir símbolos y representaciones odiosas no tiene nada de divertido”.

Bruselas pide definir el delito de odio y el discurso de odio como delitos perseguidos a nivel de la UE

Bruselas pide definir el delito de odio y el discurso de odio como delitos perseguidos a nivel de la UE

La federación, por su parte, se mantiene inflexible. “Esa escena fue preparada de antemano, como lo demuestra el vídeo. No se trata en absoluto de un exceso provocado por el alcohol”, se lee en su comunicado. “La vergüenza debe recaer sobre los autores de esta ignominia, no sobre la comunidad del paracaidismo deportivo”.

 

Traducción de Miguel López

Más sobre este tema
stats