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Justicia

Podemos da aire a la presión sobre Sánchez para que sacrifique a la ministra de Justicia

Grande-Marlaska y Delgado se saludan en el Senado tras la polémica de las grabaciones.

Pablo Iglesias, socio de referencia del Partido Socialista se subió este martes al carro de los partidos políticos que presionan a Pedro Sánchez para que deje caer a la ministra de Justicia, Dolores Delgado, tras la difusión de varios audios que la relacionan con el excomisario José Manuel Villarejo. Hasta ese momento había sido el Partido Popular quien demandaba una nueva crisis de Gobierno de forma más clara. Los conservadores, que reprobaron a la ministra en la sesión de control en el Senado, están convencidos de que si cae Delgado, detrás irá el jefe del Ejecutivo. "No tendrá más opciones que la de convocar elecciones", destacan en Génova, cuartel general de los conservadores. "Nadie aguanta tres dimisiones en poco más de cien días", añaden recordando los casos de Màxim Huerta y Carmen Montón.

El paso al frente de Unidos Podemos supuso un verdadero mazazo para el Gobierno socialista que, en minoría en el Parlamento, necesita de los votos del partido de Pablo Iglesias para dar oxígeno a una legislatura que cada vez se le pone más cuesta arriba. Sólo un día antes, la Mesa del Congreso de los Diputados tumbaba su intento de acabar de forma exprés con el veto del Senado a la Ley de Estabilidad Presupuestaria. Un obstáculo para incluir en las cuentas públicas esos 6.000 millones de gasto social como primer paso para revertir los recortes de los años de Gobierno de Mariano Rajoy, según denuncian en el Ejecutivo.

Fue el propio Pablo Iglesias el encargado de subir el tono del nivel de exigencia de Unidos Podemos a Dolores Delgado a su llegada al Pleno del Congreso de los Diputados. "No es aceptable en este país que haya ministros que sean amigos de tipejos como Villarejo",  sentenció al ser preguntado sobre si la ministra debe dimitir por las grabaciones que se están difundiendo con conversaciones que datan del año 2009. En las últimas, de las que da cuenta el digital moncloa.com, se refiere a Fernando Grande-Marlaska, entonces magistrado de la Audiencia Nacional y actual ministro del Interior y compañero de gabinete de Delgado, como "maricón".

Iglesias no ocultó que la situación que se ha generado con esta polémica es "incómoda" -en plena negociación presupuestaria-, pero justificó su posición apuntando a que "hay que alejar de la vida política a cualquiera que mantenga amistad con los representantes de las cloacas".

 

"Las cloacas de Interior"

"Alguien que se reúne de manera afable con una persona de las cloacas de Interior debe alejarse de la vida política porque hace daño a la mayoría parlamentaria que permitió la moción de censura", recalcó. Horas antes, desde Unidos Podemos el nivel de exigencia no iba tan lejos. 

"Toca que [la ministra] dé muchas explicaciones y que esas explicaciones sean muy convincentes, porque ha cambiado de versión en los últimos tiempos", criticó la portavoz adjunta de Unidos Podemos-En Comú-En Marea en el Congreso, Ione Belarra, en rueda de prensa en la Cámara Baja, según informa Europa Press.

Precisamente son los cambios de versiones de la ministra Delgado sobre su relación con el excomisario Villarejo, ahora en prisión, lo que más preocupa dentro de las filas socialistas. Cuando se hicieron públicos los primeros audios lo primero que dijo la titular de Justicia es que jamás había coincidido con él. Después, reconocería tres citas. Y este martes, también se sucedieron versiones contradictorias sobre las grabaciones en las que se refería a su compañero del Consejo de Ministros. 

En todo caso, el Gobierno cerró filas. "Perfectamente se va a mantener", dijo la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, preguntada sobre el futuro de su compañera del Consejo de Ministros

Mientras, desde Ciudadanos insisten en que Delgado ha de dar explicaciones -está pendiente de una comparecencia en el Congreso- y, al igual del PP, consideran que la legislatura está agotada. 

"Este Gobierno hace aguas. Tiene dos ministros dimitidos, una en la cuerda floja y un presidente bajo la lupa del fraude por su tesis doctoral", señaló Albert Rivera en la reunión del grupo de Cs en el Congreso. En esta cita, aprovechó para reclamar al presidente Sánchez que convoque elecciones "cuanto antes".Abrazos y gritos de "¡Dimisión,

dimisión"

Una hora después de escuchar a Iglesias marcar distancias con quienes negocia un acuerdo para los Presupuestos, los ministros de Pedro Sánchez -de viaje en Estados Unidos- se enfrentaban a la sesión de control al Gobierno en el Senado y todos los focos se dirigían a la ministra Delgado y a su compañero Grande-Marlaska, que sellaron la paz ante las cámaras con un abrazo y muchas sonrisas. "Lo importante son los hechos, no las palabras", intentaba zanjar la polémica el principal aludido de las grabaciones reveladas este martes.

Ya en la sesión de control, los senadores del PP aprovecharon la coyuntura para poner sobre la mesa esta polémica. La portavoz de Justicia del Grupo Parlamentario Popular en el Senado, Ester Muñoz, exigió a Delgado su dimisión por dos cuestiones: su actitud frente al independentismo catalán y las grabaciones con el comisario Villarejo. "Usted no hizo nada, no hace nada, y no hará nada, porque todo forma parte de un plan para mantenerse en el poder a cambio de romper nuestra nación", replicó la senadora a la ministra.

"Todavía ministra"

"Mintió -añadió- cuando dijo que no tenía ninguna relación personal o profesional con Villarejo, y ayer [por el lunes] mismo ya ha reconocido al menos tres encuentros". "Va de titular en titular y de rectificación en auto-rectificación", consideró la senadora del PP, que se refirió a Delgado como "todavía ministra". Sus palabras culminaron con la bancada conservadora al grito de "¡Dimisión, dimisión!".

 

La ministra, en su respuesta, se declaró dolida e indignada recordó las reprobaciones del ministro de Justicia del PP Rafael Catalá y del entonces Fiscal General del Estado, José Manuel Maza, "por interferir en el Poder Judicial" y aseguró que continuará en su puesto: "seguimos en el camino, pese a quien pese".

El exdelegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz (PP), también aprovechó la sesión de control al Gobierno en la Cámara Alta para sacar los episodios entre la ministra y el excomisario. "Sánchez le engañó, lo utiliza como imagen y usted no decide nada en su Ministerio", espetó a Grande-Marlaska en una pregunta en la que exigía explicaciones sobre el cese del Coronel de la UCO Manuel Sánchez Corbí. "No le veo ni un minuto más en un Gobierno que presiona a los jueces para saltarse las leyes, ni sentado al lado de una Ministra (Notaria Mayor del Reino) que miente, que está bajo sospecha y que, además, se mofa despectivamente de usted con un comentario homófobo", señaló.

Este miércoles, la ministra Delgado se enfrentará de nuevo a las preguntas de la oposición en la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados. Y el presidente del Gobierno ofrecerá una rueda de prensa desde Nueva York. Fuentes de la Moncloa informaron el lunes de que presidente y ministra habían hablado y de que éste le había trasladado su apoyo. 

En su gira por EE UU el presidente se ha perdido la primera reprobación de un miembro de su Gobierno, la de Delgado. Salió adelante en el Senado, donde el PP tiene mayoría absoluta y aunque los audios de Villarejo salieron en el debate, el motivo era otro: la actuación de su departamento en la defensa del juez Pablo Llarena.

Las reprobaciones no tienen efecto práctico, sólo político. Mariano Rajoy se fue de la Moncloa con cinco ministros reprobados.

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Buenos resultados en el CIS

Esta nueva crisis nubló un día que, a priori, pintaba bien para los socialistas. El barómetro del CIS del mes de septiembre, el segundo desde que Pedro Sánchez llegó a la Moncloa y el primero que recoge la elección de Pablo Casado como presidente del PP otorga al PSOE 30,5% de los votos, mientras el PP recupera la segunda posición con el 20,8%. Ciudadanos caería hasta la tercera posición con el 19,6% y Unidos Podemos se mantendría cuarto con un 16,1% de los sufragios.

No obstante, el trabajo de campo para el sondeo fue realizado entre el 1 y el 11 de septiembre. No refleja, pues, la polémica por la tesis del presidente Sánchez ni la dimisión de Montón.

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