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Operación Tándem

Un ex alto directivo del BBVA: "Francisco González me dijo que había que trabajar con quien dijera Corrochano"

La Vela, edificio BBVA en Madrid

infoLibre

El exdirectivo y expresidente de Distrito Castellana Norte (CDN) Antonio Béjar reconoció en su declaración judicial ante el juez del caso Tándem en la Audiencia Nacional que el expresidente del BBVA Francisco González le dijo personalmente, durante un encuentro en su despacho, que debían contratar para un tema de investigación a impagados con la empresa que dijera el jefe de seguridad del banco, Julio Corrochano, que resultó ser Cenyt, la agencia de detectives del comisario jubilado en prisión José Manuel Villarejo.

Así consta en la grabación de la declaración judicial que obra en el sumario de la pieza 9 de Tándem, que investiga los contratos entre el Villarejo y el banco y a la que ha tenido acceso Europa Press. Béjar añade que todo lo que González le decía sobre este asunto lo ponía puntualmente en conocimiento de otros altos directivos de la entidad.

La contratación de Cenyt, empresa cuyo nombre no le aportó González a Béjar en el citado encuentro, se realizó después de que el banco no obtuviera resultados con otra agencia diferente, Kroll, que fue fichada través del despacho británico Simons&Simons a propuesta de José Ignacio Goirigolzarri, por entonces Consejero Delegado de la entidad.

Béjar, por entonces responsable de recuperación de créditos del BBVA, había empezado a despachar en octubre de 2008 directamente con González porque el presidente estaba preocupado por las altas deudas, cercanas a los 700 millones de euros, que empresas inmobiliarias mantenían con la entidad, y sospechaba que sus directivos las "habían hurtado" de la justicia.

Tras el fracaso de Kroll, ya a principios de 2009, González le dijo a Béjar en uno de sus encuentros: "Esa firma no sirve, vais a trabajar con una empresa que va a contratar Julio Corrochano". Béjar precisó al juez, en respuesta a preguntas de su abogado, que como siempre contó lo ocurrido a varios directores generales, entre los que se encontraba Eduardo Arbizu, entonces director de asesoría jurídica del banco, y a partir de ahí "se empezó a trabajar con Cenyt".

Contratación, orden directa de Francisco González

A lo largo de su declaración ante el titular del Juzgado Central de Instrucción número 6, Béjar explicó que más tarde conoció que BBVA ya había contratado con Cenyt anteriormente, en 2004, y que la normativa de la entidad exige la intervención de varios departamentos entre los que se encuentra el de servicios jurídicos, auditoría interna y cumplimiento normativo.

Preguntado si no le extrañó que fuera el jefe de seguridad, Corrochano, quien firmó el contrato con Cenyt, el exdirectivo explicó que no, al tratarse de una orden directa del presidente González. "El dijo vais a trabajar con empresa que va a contratar Corrochano, existiendo esa línea jerárquica, poco teníamos que hacer".

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Con respecto a Cenyt, Béjar apuntó al juez que de dicha compañía él únicamente conocía a Rafael Redondo –socio de Villarejo–, y que en 2006 comenzó a salir su cara en televisión a cuenta del asunto del pequeño Nicolás. "Entonces sin saber todavía lo que ya se sabe, en ese momento me di cuenta que era el señor que salir mucho en la televisión con esos asuntos, y que tenía relación Cenyt, y luego salió que era propiedad de Villarejo" añadió en su declaración ante el juez.

Sobre los métodos de la agencia de Villarejo, Béjar manifestó en su declaración que, "siempre conociendo banco que se enorgullecía de hacer las cosas bien", daba por supuesto que estando el asunto ordenado por presidente y controlado por Arbizu, daba por hecho que toda la alta dirección del banco era conocedora del asunto. "Por supuesto di por hecho que todo estaba perfectamente, el banco no hacía cosas mal".

También manifestó que la primera vez "aterrizó una factura" de Cenyt en su mesa, como era asunto ordenado por presidente y él no estaba en circuito de pago le preguntó directamente a Corrochano. Añadió que Redondo quería comisiones muy elevadas y había que negociar varias veces, por ello llamó al interventor general del banco, que reportaba directamente a González.

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