Congreso del PP
Feijóo fía su suerte al 'clan' gallego y a los duros del PP ante su última oportunidad de alcanzar La Moncloa

"Si me queréis, votadme". Las últimas palabras de Alberto Núñez Feijóo en el congreso que lo ha reelegido como líder del Partido Popular no han podido ser más elocuentes. A Feijóo le faltaron unos cuantos miles de votos —cuatro escaños— para ser investido como presidente del Gobierno tras las elecciones generales de julio de 2023. Aquella derrota le sigue marcando, hasta el punto de que en su discurso admitió que, si no consigue desbancar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, habrá fracasado "por muy bien" que le haya ido en el cónclave de este fin de semana frente a la difícil situación que atraviesan los socialistas.
Feijóo asume así que esta será su última bala. Si no lo consigue, se marchará. Nadie tendrá que pedírselo, aseguran en su equipo, pero no se contempla otro escenario que una victoria. Un recado que también le lanzó el viernes el expresidente José María Aznar durante su intervención, en la que le recordó que "no se tratará solo de ganar unas elecciones", sino que "habrá que ganar una investidura". El artífice del "quien puede hacer, que haga", aseguró que lo que está en juego es, nada más y nada menos, que la "continuidad histórica de nuestra nación". Un discurso en el que también pronosticó que Sánchez acabará en la cárcel y que fue muy aplaudido por los allí presentes. "Para que Feijóo no diga ciertas cosas las tienen que decir los demás", resume un miembro de la dirección nacional.
El ambiente en esta segunda jornada ha sido de euforia total, tras ver lo que denominan como el "Comité Funeral" del PSOE. Un cargo territorial, con una larga trayectoria en el partido, traza paralelismos con el congreso del PP que aupó al citado Aznar a la presidencia del partido en el año 1996. "Se respiraba la misma euforia", asegura. Sin embargo, en esos comicios el expresidente tuvo que recurrir a los votos de Convergència i Unió para llegar a la Moncloa. En ese escenario, la citada fuente cree que el heredero de CiU, Junts, se abstendría. Un paso que creen que no daría el PNV. "Aunque nos faltara un diputado, el PNV no nos apoyaría".
Un círculo cerrado que demuestra la desconfianza de Feijóo
Feijóo ha sido ratificado por 2.799 votos, es decir, el 99,24% del total. En estos tres años al frente del partido, el expresidente de la Xunta no ha sido capaz de convertir la alianza de barones que le dio paz interna —como se ha demostrado en este congreso— en un modelo político reconocible. Si existe el albertismo, nadie sabe todavía en qué consiste, más allá de una dirección en la que las decisiones las toma un grupo muy reducido de dirigentes que llegaron a Génova desde Galicia de la mano del propio Feijóo y del que también forman parte tres periodistas: Mar Sánchez, su mano derecha desde los tiempos de Correos; Luis de la Matta, director de comunicación, y Marta Varela, asesora y redactora de discursos. Todos ellos son diputados, a excepción de De la Matta.
Ese 'clan' gallego despierta recelos en el PP, especialmente tras el ascenso de Miguel Tellado, que podrá hacer y deshacer a su antojo al adquirir también las responsabilidades en materia de organización que hasta ahora tenía Carmen Fúnez. Será la primera vez que el presidente del partido y el secretario general pertenecen a la misma comunidad autónoma, un hecho insólito en el PP al que no dan importancia en el equipo del presidente conservador. "Nosotros no elegimos a la gente en base a cuotas", se defienden en el equipo de Feijóo cuando se les pregunta sobre la representación gallega.
Un grupo tan impermeable que muchos en el PP creen que el rasgo que mejor distingue el albertismo es la desconfianza. "En el PP no te mueves sin que el clan gallego lo sepa", resume un dirigente, que considera que Tellado seguirá ejerciendo ese poder dentro del grupo parlamentario y que Ester Muñoz no se inmiscuirá en la organización. Ese círculo gallego permanece inamovible desde hace años y en él no ha logrado ingresar nadie más. Fuentes del partido lamentan que Feijóo no se haya fijado en el trabajo que se está haciendo en los territorios para introducir nuevas caras y darles responsabilidad.
El nuevo equipo de Feijóo también se caracteriza por su dureza dialéctica. Además de Tellado y Feijóo, la portavoz adjunta en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, se sentará en el Comité Ejecutivo Nacional del partido, es decir, la dirección ampliada. Una decisión que llega tras las alabanzas recibidas por Tellado por su trabajo en el grupo parlamentario. Hasta que llegó a Madrid, la relación entre Feijóo y Álvarez de Toledo no era precisamente buena. La exportavoz de Pablo Casado no dudaba en arremeter contra él por su supuesta tibieza con los nacionalismos, pero tras llegar a Génova continuó como diputada y después ascendió a la dirección de la Cámara Baja. En el PP creen que este es un equipo para estar "a la ofensiva" y con el que "se pueden ganar unas elecciones".
Un congreso pacífico y festivo
Feijóo también ha triunfado, aparentemente, en las relaciones con los barones y, en particular, con Isabel Díaz Ayuso. Plantarle cara a la presidenta de Madrid, que exigía el control del PP en su comunidad, acabó costándole el puesto. Su sucesor, en cambio, optó por cederle todo el espacio en aplicación del acuerdo, más general, al que llegó con todos los barones: libertad para actuar en cada territorio a cambio de darle a él todo el poder en la dirección nacional. Feijóo no se olvidó de ella en su discurso y le dedicó "un agradecimiento muy especial al PP de Madrid: "A la presidenta, a los miembros... a todo el equipo. Me han dejado encabezar la candidatura sin pedirme nada", afirmó, lo que supone toda una declaración de intenciones.
La madrileña, por su parte, ha renunciado a dar la batalla en una de las modificaciones que ha introducido el equipo encargado del documento de estatutos sobre las primarias. La propuesta que se recoge en el texto, en la línea de lo defendido por la dirección nacional, plantea cambiar el modelo de dos vueltas vigente desde el año 2017 ―en la primera, los militantes votan a los candidatos y en la segunda, votan los compromisarios― para pasar a un modelo indirecto en el que estos delegados, a los que se supone más próximos al llamado "aparato del partido", elegirían directamente al presidente o presidenta tras ser designados por los militantes. Feijóo ha sido elegido por ese modelo, pero será la última vez. Al menos, en la etapa de Feijóo como presidente.
El líder del PP ha sido capaz de firmar una tregua en la formación, que goza de un amplio poder territorial. El ambiente festivo se palpaba también fuera del auditorio, donde era Pedro Sánchez quien acaparaba las conversaciones y también el merchandising de los stands con frases del presidente del Gobierno como “fachosfera” —aunque Tellado negaba que ellos fueran "fachas" en su discurso— o "Son las cinco y todavía no he comido”, pero también algunas expresiones de expresidentes del PP como el "Muy españoles y mucho españoles" de Mariano Rajoy o la de "No soy presidente porque no quiero", acuñada por el propio líder del PP tras su investidura fallida.