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La nueva legislatura

El Gobierno “mestizo”: la coalición que funciona en la Comunidad Valenciana

PSOE y Compromís pactan el Gobierno valenciano: Puig será presidente y Oltra portavoz

La cara de la entonces alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, al comienzo de la rueda de prensa que ofreció tras conocerse los resultados de las elecciones municpales y autonómicas del 24 de mayo, detallaba al milímetro la debacle del PP en una ciudad, y en una comunidad autónoma, donde su hegemonía había sido absoluta durante las últimas dos décadas. Los conservadores perdieron más de 10 ediles en el ayuntamiento de la capital y 24 asientos en Les Corts, mientras veían cómo las formaciones políticas situadas en el espectro de la izquierda sumaban más apoyos que el PP y Ciudadanos juntos. Por ello, la entrada de Barberá en aquella sala, acompañada de la expresión "¡Qué hostia!", dejaba constancia del cambio de ciclo político en la Comunidad Valenciana.

Un nuevo Gobierno que sellarían el PSPV, Compromís y Podemos tres semanas más tarde, después de un tira y afloja constante durante las negociaciones, a través de la firma del Acord del Botànic [consúltalo aquí en PDF], un pacto suscrito por Ximo Puig, Mònica Oltra y Antonio Montiel en el que se fijaban las bases programáticas para "acabar con la situación de emergencia social y poner los cimientos de un nuevo País Valenciano". El documento dejaba claro el cambio de rumbo en el feudo histórico del PP, duramente castigado por los diversos escándalos de corrupción que tocaban, incluso, a altos dirigentes conservadores: "El 24M ha supuesto un nuevo tiempo que pide una nueva política, que haga bandera del diálogo, la pluralidad, la participación y la visión de largo plazo", señala el documento.

Un Consell "mestizo"

Una vez que se habían establecido las líneas básicas de trabajo para los próximos cuatro años, era la hora de conformar el nuevo Ejecutivo, al que Podemos no entraría pero apoyaría en Les Corts. Para ello, recurrieron a una fórmula novedosa: el Consell –órgano de gobierno de la Generalitat– "mestizo". Se acordó que se conformarían 8 Consellerías: tres de ellas dirigidas por miembros del PSPV –Hacienda, Vivienda y Sanidad–, otras tres por gente de Compromís –Educación, Transparencia y Economía– y las dos restantes estarían encabezadas por dos independientes, una a propuesta de los socialistas valencianos –Justicia– y la otra a propuesta de la formación naranja –Agricultura–.

Sin embargo, el acuerdo alcanzado establecía que el segundo al cargo en cada una de ellas, los secretarios autonómicos, debían pertenecer al partido contrario. Así, por ejemplo, la Consellería de Transparencia está dirigida por Manuel Alcaraz (Compromís), que tiene como número dos a Zumila Pérez (PSPV). Un mestizaje que también se acordó para los dos niveles más altos del organigrama de la Generalitat: el socialista Ximo Puig sería investido presidente autonómico, al ser el PSPV el partido con mayor número de votos, y Mònica Oltra sería la vicepresidenta.

Un acuerdo que funciona

"Queríamos un Gobierno plural, algo que implicaba esta fórmula. Es común que los repartos en las coaliciones se hagan en compartimentos estancos, en los que una cartera ministerial, por ejemplo, esté exclusivamente en manos de un partido", explica a infoLibre Mireia Mollà, diputada de Compromís en Les Corts. La parlamentaria considera que ese reparto tradicional "crea dinámicas peligrosas": "No existe esa tendencia perversa que ha sucedido en muchos Gobiernos de intentar poner zancadillas entre los socios", señala.

Mollà señala que es una fórmula que permite "mantener un mejor control" en una comunidad autónoma donde los escándalos de corrupción dentro de la Administración estaban a la orden del día. "La gente tenía que percibir cierta seguridad y confianza de que no se iban a repetir los mismos excesos y corruptelas. Esta fórmula de gobierno permite que los ojos de todos estén en las áreas de todos", detalla. Después de unos meses de funcionamiento, la dirigente de Compromís afirma que las impresiones son buenas: "Al final siempre te ves obligada a pensar en lo que podría haber sido. En mi opinión, un Gobierno de un único partido apoyado por los otros dos en el Parlamento autonómico hubiera sido un desastre", sentencia al respecto.

Desde el PSPV comparten las sensaciones de sus socios. "Todo está funcionando mucho mejor de lo que esperábamos", afirman los socialistas valencianos, que aseguran que la relación entre Oltra y Puig es "excepcional". Fuentes cercanas al presidente de la Generalitat confirman que el líder del Gobierno "está muy contento con el funcionamiento".

Podemos observa "disfunciones"

Una de las piezas clave en la sostenibilidad del Ejecutivo autonómico es Podemos. La formación morada decidió, tras suscribir el Acord del Botànic, mantenerse al margen y no entrar en el Consell. "Nosotros nos quedamos como un elemento crítico de apoyo parlamentario externo", relata a infoLibre Antonio Montiel, secretario general de Podemos en la Comunidad Valenciana. "Además, también queríamos ser la interfaz entre las instituciones y la sociedad civil, después de 20 años del PP en el que el Parlamento era una mera caja de resonancia, una cadena de transmisión del Ejecutivo", completa. 

A pesar de no formar parte del Gobierno, "Podemos tiene las puertas abiertas para entrar", afirma Mollà. "No hay nunca que descartar nada. Si la situación lo exige y fuera necesario, lo volveríamos a pensar y a valorar", responde Montiel, que considera que en esta primera fase están "cumpliendo bien su función" y le gustaría continuar en la misma posición en Les Corts.

Montiel valora como "muy saludable" la fórmula del mestizaje, pero afirma que todavía tiene algunas "disfunciones", algo que achaca a un "problema cultural" que nos impide tener una "política democrática suficientemente sólida" para "gestionar la pluralidad". Preguntado por los desarreglos en el funcionamiento del modelo, es concreto: "La forma en la que están estructurados los presupuestos de una administración pública es muy rígida y se establece una operativa que favorece el comportamiento en forma de reinos de taifas".

Roces puntuales

Sin embargo, a pesar de las buenas sensaciones que parece inspirar el nuevo modelo, fuentes de Compromís aseguran a este diario que en diferentes Consellerías se han producido algunos roces, aunque señalan que desde la celebración de las elecciones generales del pasado 20 de diciembre, "las tensiones se han rebajado". "Donde no había problemas, siguen como antes; mientras que en aquellas áreas donde sí que había, ahora están las aguas calmadas", relatan. En concreto señalan a Sanidad, aunque también afirman que se ha producido algún roce, "pero menor", en Agricultura. A pesar de ello, estos conflictos lo atribuyen al "carácter de las personas": "No se están produciendo diferencias entre ambos partidos. Por ejemplo, en Educación la relación es estupenda", concluyen.

Desde el PSPV insisten en desmentir que se hayan producido estas rencillas: "El PP está intentando vender mentiras. Apuntan a la Consellería que dejaron más destrozada", dicen. "Seguro que hay. Es lógico, son equipos divididos al 50% que no se conocen. Las dinámicas de trabajo son diferentes y se tienen que poner en común", señala Mireia Mollà. La diputada explica que si el conflicto llega a un punto insostenible, se tendría que tratar en la Comisión de Seguimiento, en la que están incluidos los tres partidos políticos que sostienen el Ejecutivo.

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¿Extrapolable a nivel nacional?

La líder de Compromís, Mònica Oltra, afirmó a principios de enero que le gustaría para España "un Gobierno a la valenciana", en relación a las negociaciones tras los comicios del 20-D. "Estaría bien que se diera un pacto como el del Botànico", aseguró durante la rueda de prensa en la que se hizo un balance del cumplimiento del acuerdo firmado en junio. Una opinión que comparte Mireia Mollà: "Pensamos que es extrapolable y deseable, pero no empezando la casa por el tejado. Hay que ir paso a paso", dice la diputada autonómica.

Sin embargo, desde Podemos y el PSPV lo ven más difícil. "Aquí nos hemos arreglado, los números salían. Pero en Madrid es más complicado", señalan los socialistas. Antonio Montiel, por su parte, añade que el Ejecutivo del Estado es "mucho más complejo y tiene una serie de áreas que no existen a nivel autonómico, como Exteriores o Defensa". El secretario general de Podemos en la Comunidad Valenciana apunta que "en esos dos casos quizá no sería útil una fórmula tan sencilla como la planteada aquí" y explica que "habría que ver qué carteras ministeriales necesitan que todos los participantes estén alineados en la misma dirección y qué otras podrían albergar este mestizaje".

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