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El futuro de la izquierda

¿Puede la izquierda combatir el auge de Cs?

La izquierda española está estancada, y así lo reflejó el último barómetro del CIS, que otorgó a los dos principales partidos de la izquierda una intención de voto del 41,6% –el PSOE ascendería al 22% y Unidos Podemos, al 19,6%–. El porcentaje conjunto es el más bajo desde las elecciones generales de 2015, y refleja una parálisis que, para los expertos, tiene que ver con el fin del empujón que supuso la victoria de Pedro Sánchez en las primarias del PSOE pero, sobre todo, con que el foco de la actualidad esté situado en el debate territorial, un terreno donde la izquierda se maneja mal pero que es especialmente propicio para Ciudadanos.

El barómetro hecho público el pasado martes dejó un titular claro: el PP se mantenía con muchas dificultades en la primera posición con su peor dato de la serie histórica, mientras Ciudadanos le pisa ya los talones y continúa con la tendencia ascendente que le otorgan los últimos sondeos. La izquierda no sufrió un descalabro: el PSOE bajó poco más de un punto y Unidos Podemos, incluso, subió seis décimas con respecto al anterior CIS. Pero ambas formaciones se muestran por ahora incapaces de capitalizar la debilidad del partido en el Gobierno, y Ciudadanos es el gran beneficiado de su bajada.

La clave del ascenso del partido naranja, según reflejan los datos, es que está siendo capaz de captar votantes tradicionales del PP. Pero los expertos, que achacan esta subida a la importancia que ha tomado la cuestión nacional a raíz de la crisis en Cataluña, apuntan que Ciudadanos también se nutre –en menor medida– de exvotantes del PSOE y Unidos Podemos. "A la hora de analizar no tenemos que abusar de la noción de bloques ideológicos, porque están existiendo trasvases de voto entre bloques, y Ciudadanos, por ejemplo, recibe un 7% de los votos que antes eran del PSOE, aunque su principal crecimiento venga de hacerse con el 16% de los votantes del PP", recuerda Pablo Simón, profesor de Ciencia Política en la Universidad Carlos III de Madrid.

Pero, ¿pueden hacer algo los socialistas y Unidos Podemos para frenar el auge de un partido que está disparado en todos los sondeos? Los expertos consultados explican que, con los mimbres actuales, la izquierda lo tiene complicado para combatir a Ciudadanos, aunque también llaman la atención sobre el hecho de que hasta 2019 no habrá confrontación electoral –las autonómicas, municipales y europeas– y las elecciones generales son dentro de dos años, lo que implica que existe un amplio margen para que el escenario cambie antes de las citas con las urnas.

Para analizar el último barómetro del CIS, apunta Simón, hay que tener en cuenta que se produce "a más de un año" de los comicios, y eso significa que no necesariamente recoge aún un retrato fiel de lo que puede ocurrir porque "aún no está planteada la pregunta a la que el electorado responderá" con su voto, es decir, no se ha fijado aún el tema que centrará la próxima campaña. Con él coincide Ignacio Jurado, profesor de Ciencia Política en la Universidad de York, que explica que no está claro "hasta qué punto el CIS es un reflejo de lo que ocurriría si hubiera elecciones mañana".

La crisis catalana juega en contra de la izquierda

"Las tendencias son claras, pero también es cierto que ahora mismo la derecha está en ebullición y hay una movilización mucho menor en espacio de la izquierda, que es probable que se sacudiera su letargo" en los comicios, sostiene Jurado, una aseveración con la que coincide –al menos parcialmente– Simón. El politólogo apunta, además, que "las fronteras de voto entre PSOE y Podemos" están cada vez más definidas y el trasvase de votos entre ellos es ya bajo, pero sí que ambas formaciones –especialmente los socialistas– aún tienen fugas hacia Ciudadanos.

Ambos expertos coinciden en que el panorama no es el mejor para que PSOE y Unidos Podemos consigan revertir la tendencia. Lo primero, porque existen "circunstancias exógenas" –en palabras de Simón– que los partidos no pueden controlar pero que, en el caso de las formaciones de izquierda, les perjudican, como es la importancia que ha cobrado en los últimos meses la crisis catalana. "El eje nacional es desfavorable a la izquierda, siempre lo ha sido, y es muy complicado que lideren ese debate", plantea Jurado, que además asegura que es complicado "cambiar el foco" de la actualidad cuando ésta está fijada en un asunto tan icónico.

Simón coincide, aunque insiste en que, en el año que queda hasta las elecciones autonómicas y municipales, el panorama puede cambiar por sí mismo. "La agenda judicial sobre Cataluña va a seguir su ritmo", explica el politólogo, pero "los resultados que tengan los partidos en las autonómicas andaluzas" –que se celebrarán unos meses antes que las del resto del Estado– "pueden generar cambios de ritmo en la competición". Y las "expectativas" jugarán un papel fundamental, completa Jurado, ya que un gran resultado puede servir para que Ciudadanos se configure como el "caballo ganador" del bloque de la derecha –algo que pondría en serio peligro al PP– pero, por el contrario, un resultado por debajo de lo esperado podría desinflar al partido naranja.

Liderazgos poco valorados

Pero a esos factores externos, difícilmente controlables pero problemáticos para la izquierda, se unen los problemas propios que arrastran PSOE y Unidos Podemos, algunos de los cuáles son similares. "Hay factores internos que les perjudican, como son la desmovilización de las bases o la escasa valoración de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias entre sus votantes", considera Jurado, que sostiene que esos problemas, "junto a las restricciones externas, impiden a PSOE y Unidos Podemos cambiar el foco del debate" hacia asuntos que les son más propicios.

"En mi opinión, con la agenda territorial los partidos de la izquierda no tenían mucho margen para hacer un discurso diferente al que hicieron", valora por su parte Simón, que sin embargo coincide con Jurado en que PSOE y Unidos Podemos se ven lastrados también por problemas propios. En el caso de los socialistas, "la desaparición de Pedro Sánchez le hace perder capacidad de atracción y debilita su relato como líder de la oposición, porque no está visible", señala Simón. Y en el de la coalición morada, el "desgaste del liderazgo" de Iglesias, "el líder peor valorado por sus votantes" según el CIS, tampoco ayuda. "Y a eso se suma su lío organizativo interno", señala el experto.

Con estos problemas presentes, la izquierda lo tiene complicado para combatir el auge de Ciudadanos, a  juicio de los expertos. Para Jurado, Unidos Podemos y el PSOE tienen "difícil cambiar el foco mediático" hacia temas de actualidad que les sean más propicios, y tampoco ayuda el contexto de recuperación macroeconómica y el "liderazgo poco ilusionante" con el que cuentan. "No se dan las condiciones para que puedan mover la agenda por sí mismos, así que creo que su mejor opción ahora mismo es aguantar el chaparrón" y esperar a que la cuestión nacional pierda relevancia en el escenario político.

Simón, por su parte, interpreta que las dos principales formaciones de la izquierda ya están llevando a cabo una "estrategia defensiva" al entender que el momento actual no es propicio para sus intereses. "Desde hace tiempo, están tratando de empujar a Ciudadanos hacia la derecha con la intención de parar sus propias fugas hacia ellos", explica el politólogo, que no obstante afirma que, "según pase el tiempo", si el partido naranja comienza a ser visto como una alternativa con opciones serias de Gobierno, "será más difícil" detener su fortalecimiento.

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