Juicio a la portavoz de Ahora Madrid

Maestre destaca que la protesta en la capilla fue “pacífica y legítima”

Las protestas pacíficas y legítimas son propias de una democracia”. En torno a ese argumento giró la declaración de la portavoz del Ayuntamiento de Madrid, Rita Maestre, que este jueves compareció ante el juzgado de lo penal número 6 de la capital por un supuesto delito de ofensa a los sentimientos religiosos por la protesta que realizó en 2011 contra la presencia de una capilla católica en la Universidad Complutense de Madrid. El juicio ha quedado visto para sentencia, y la dirigente se enfrenta a un año de cárcel.

Maestre entró a los juzgados rodeada por una amplia expectación mediática, que incluyó la presencia de decenas de periodistas y cámaras, algunos de los cuales no pudieron acceder a la sala donde tuvo lugar la vista –con un aforo de unas 50 personas– por falta de espacio. La portavoz del Ayuntamiento de Madrid volvió a admitir que participó en la protesta en la capilla de la Complutense en 2011 y también reconoció que dentro se quedó en sujetador, pero negó haber tomado parte en la lectura del discurso que se pronunció contra actitudes machistas y homófobas de la Iglesia católica y también que en el acto se produjese algún tipo de violencia contra el capellán o contra los fieles presentes en la capilla.

Según contestó Maestre a las preguntas de la Fiscalía, su participación en la protesta en 2011 fue casual, ya que no tenía previsto acudir al acto. “En el pasillo vi pasar un grupo de gente y me incorporé, fue en ese momento en el que supe dónde iban”, sostuvo la portavoz del Ayuntamiento, que afirmó que también fue “espontánea” su decisión de quedarse en ropa interior de cintura para arriba. Sí que admitió Maestre que ella y sus compañeros rodearon el altar de la capilla, pero insistió en que “el objetivo no era ofender a nadie”, y tampoco a la confesión católica, por lo que afirmó no tener “ningún reparo en lamentar o pedir disculpas” si alguna persona se sintió ofendida, como ya hizo hace unos días ante el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro. “Un torso desnudo no tiene que ser un acto ofensivo”, concluyó Maestre.

Las frases que se leyeron en esa protesta –citas de santos y jerárcas católicos con contenido homófobo o machista–, sostuvo, “no estaban dirigidas a la religión, sino a algunas instituciones de la Iglesia católica”, señaló la dirigente municipal, que además afirmó no recordar que se gritaran frases en el interior de la capilla como "arderéis como el 36" o "contra el Vaticano, poder clitoriano". Asimismo, Maestre negó que el capellán tratase de impedir al grupo la entrada al recinto religioso y también que hubiera algún empujón contra el sacerdote.

En ningún caso hubo ningún tipo de acción que pueda definirse como violenta”, aseguró Maestre, que insistió en que la protesta –consistente en una actuación en la que las asistentes se quitaban la ropa tras leer un discurso contra la Iglesia en señal de liberación– era “legítima y pacífica” y lamentó las “consecuencias” que “cinco años después” han llevado a que tanto ella como otros participantes se estén enfrentando “a un proceso penal”. “Pero creo que las protestas pacíficas son legítimas, y aquella lo fue”, zanjó.

La declaración del capellán

El capellán, que compareció en calidad de testigo, ofreció una versión muy diferente ante la jueza. Y es que, según sostuvo, Maestre no sólo no acudió espontáneamente a la protesta, sino que la encabezaba y “actuaba como líder” del grupo, algo que la acusada niega. De igual forma, el sacerdote aseguró que mantuvo una conversación con la ahora portavoz del Ayuntamiento de Madrid para intentar que el colectivo no accediese a la capilla, pero tuvo que ceder “ante el empuje” de los asistentes, que entraron al templo “filmando”.

El capellán admitió que no entendió los discursos y lemas que se pronunciaron en el interior, ya que se quedó fuera del recinto. Pero sí que sostuvo que, al salir, sí entendió frases como “arderéis como en el 36” o “contra el Vaticano, poder clitoriano”. “Yo no vi ninguna ropa íntima”, sólo “camisetas de tirantes”, afirmó en cualquier caso el religioso, que también sostuvo que, a su juicio, “algunos de los fieles” que se encontraban en el interior del templo “estaban profundamente ofendidos en sus sentimientos religiosos” y opinó que el acto “tenía la intención de ofender”.

Otro de los múltiples testigos que han comparecido ante el tribunal, que aseguró que se encontraba en el interior de la capilla cuando los hechos se produjeron, abundó en la versión del capellán y sostuvo que se oyeron frases insultantes contra la Iglesia católica. De igual forma, aseguró que “dos mujeres se besaron” frente al altar –extremo confirmado por otros testigos–, y señaló que le pareció que el acto estaba organizado previamente por la coordinación que, según él, tuvieron los participantes en el mismo en el momento de realizarlo. Asimismo, varios testigos coincideron en afirmar que el grupo que entró en la capilla llevaba fotos de Benedicto XVI –el papa entonces– con una esvástica.

La Fiscalía sigue pidiendo un año de cárcel para Maestre

Tras la declaración de los acusados y los testigos, la Fiscalía mantuvo su petición de un año de cárcel para Maestre y Meleiro por un supuesto delito de ofensa a los sentimientos religiosos. Según afirmó el Ministerio Público, se habría producido una “profanación” de un templo religioso con intención clara de “ofender”, una pretensión que Maestre niega. La fiscal afirmó que “no es en absoluto admisible” protestar contra una confesión religiosa en un espacio que ésta considera sagrado utilizando lemas insultantes como “me cago en Dios” y afirmó que el manifiesto que se leyó tenía "intención de burla y crítica".

"En un lugar sagrado para los católicos, creemos que ha habido una burla de los sentimientos religiosos”, sostuvo la fiscal, que denunció que los asistentes a la protesta "impusieron su forma de ver la vida" a los creyentes que se encontraban dentro de la capilla "alardeando" de ser "puta, libre o bollera", términos que algunas participantes llevaban pintados en su cuerpo. 

Por su parte, el representante del partido político Alternativa Española –presente en el caso como acusación particular– trató de pedir para los acusados unas penas mayores a las que plantea la Fiscalía, ya que en el momento de elevar las calificaciones definitivas solicitó tres años de prisión para Maestre y Héctor Meleiro –el otro acusado– por alteración del orden público en un templo. No obstante, la jueza argumentó que eso conllevaría la suspensión del juicio para que la defensa pudiera preparar esta nueva acusación, por lo que finalmente Alternativa Española retiró su petición.

La defensa de Maestre, por su parte, insistió en que la protesta no estaba dirigida "ni contra la religión ni contra objetos sagrados", y además apuntó que "no se interrumpió ningún acto litúrgico ni ceremonia religiosa". "Aunque es cierto que Rita participó", admitió el letrado, Maestre no tuvo responsabilidad "en la convocatoria o preparación" del acto, y "tampoco se ha demostrado que haya repetido alguna de las frases" insultantes. "Los lemas están pasados de tono para mi gusto", señaló el abogado, que sin embargo concluyó que eso no implica necesariamente que sean "ilícitos" penalmente. "Naturalmente que hay católicos ofendidos, pero esa no es la cuestión, sino se ha habido intención inequívoca de ofender", zanjó.

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