LA BATALLA POLÍTICA DE 2024

El año electoral evaluará la resistencia del PSOE, el liderazgo de Feijóo y el coste de la división en la izquierda

Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, reunidos en el Congreso de los Diputados.

No es país para tranquilidad en las urnas. España arranca un 2024 que tendrá un fortísimo carácter electoral con la celebración de las gallegas, las vascas y las europeas, que supondrán un test también para el Gobierno de coalición después de aguantar el 23 de julio y que la derecha quiere aprovechar como revancha tras el fracaso de llegar a La Moncloa, en una legislatura en la que no ha dejado respirar a Pedro Sánchez desde el minuto uno.

Este ciclo electoral lleva a Alberto Núñez Feijóo a otra gran prueba de fuego: tabla de salvación para aguantar al frente de Génova 13 o hundimiento total de su viaje a Madrid para dominar la política. El líder popular aspira a esa venganza en las urnas pero es consciente de que un resbalón en las gallegas o un resultado regular en las europeas lo colocará internamente en la casilla de salida.

En el PSOE afrontan también este ciclo siendo conscientes de que será un termómetro del ambiente social respecto a medidas como la ley de amnistía y los pactos con fuerzas como EH Bildu, aunque en La Moncloa descartan que vaya a suponer un desgaste electoral, pensando en que las últimas elecciones lograron un millón de votos más a pesar de la campaña de acoso y derribo de la oposición con estas cuestiones.

Con un tercer factor determinante para este ciclo electoral: la fragmentación de las izquierdas. Sumar tiene que armarse como partido a la vez que tiene sus primeros exámenes autonómicos, donde este espacio se hundió en las regionales del 28 de mayo. La unidad que se logró in extremis para el 23J es el anhelo de Yolanda Díaz, pero ya se ha roto la salida de Podemos al Grupo Mixto en el Congreso y la votación de las bases moradas contra la coalición en Galicia, alentada por el exlíder Pablo Iglesias.

¿Cambio en Galicia?

La primera gran batalla será Galicia, donde Alfonso Rueda (PP) ha adelantado al 18 de febrero la cita. El PP se la juega a todo o nada: conservar la mayoría absoluta o un Gobierno de la izquierda. El propio Feijóo se volcará con una caravana propia y en paralelo a su delfín, con la ayuda también de Mariano Rajoy. Las encuestas soplan a favor, pero hay preocupación en ciertos sectores del partido por un aspirante menos conocido y menos carismático, además de por haber perdido ese halo de ganadores con el fiasco madrileño de Feijóo.

En el PSdeG están animados y creen que hay opciones reales. Los socialistas confían en que esta vez, como recalcan varias fuentes, sí tienen un aspirante con garra: José Ramón Gómez Besteiro, al que está cuidando y dando cancha Pedro Sánchez. El gran reto que tienen, sostienen desde la dirección del partido, es crear “conciencia electoral” de que ese cambio es posible. De hecho, remarcan que el pasado 23 de julio hubo más de un 50% de votos progresistas en la autonomía, aunque luego el sistema electoral beneficiara en escaños a los populares.

En la contienda parte con mucha fuerza el BNG, que lidera la oposición. Los nacionalistas ponen énfasis en la fuerza de su candidata, Ana Pontón, a la que ven con mucho tirón para estas elecciones y con más personalidad que Rueda. Esperan que el trabajo de oposición durante esta legislatura sirva como gran carta de presentación y sostienen fuentes del Bloque que hay buenas vibraciones, esperando que esa sensación de cambio se incremente una vez pasen las fechas navideñas.

Yolanda Díaz también quiere jugar fuerte en esta contienda: es la primera gran cita de Sumar en unas autonómicas y es la tierra de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo. Se ha implicado personalmente en la elección de la candidatura, que ha recaído en Marta Lois, una de sus personas de máxima confianza y portavoz del partido en el Congreso. Es una figura de consenso entre muchas familias de la izquierda gallega y viene de la tradición municipalista.  Pero la situación de partida ya es dificultosa por la decisión de Podemos de no ir en coalición con Lois. Sumar anunció un preacuerdo con los morados para integrarse en la lista, pero desde la dirección de Madrid se impulsó el ‘no’ en la consulta interna. Finalmente se ha impuesto el criterio de Pablo Iglesias en lo referente a la coalición electoral, con el rechazo de más del 60% de las bases.

La gran pugna vasca

Poco después llegarán las vascas, sin fecha todavía, pero que se prevén como una agitadísima y muy igualada contienda. Puede pasar de todo. El PNV siente el aliento de EH Bildu, que gana cada día más fuerza en las urnas y en las encuestas. Por eso, los peneuvista han decidido apostar por una cara nueva, Imanol Pradales, para relevar a Iñigo Urkullu, que se ha quedado con las ganas de repetir. EH Bildu puja muy fuerte por esta contienda y para ello también ha elegido a un nuevo aspirante, Pello Otxandiano, sin ningún tipo de relación con el pasado. Es un ingeniero que quiere darle mucha impronta social al programa y que apuesta por la vía pragmática que le está funcionando al partido. Es uno de los grandes ideólogos de la formación y uno de los principales defensores internos de la estrategia de ampliar presencia en las instituciones.

Más rostros nuevos para esa contienda: el socialista Eneko Andueza. El PSE-EE viene con la reverberación de haber sido la primera fuerza en la comunidad en las pasadas elecciones generales, aunque son conscientes de que es muy difícil que eso pase en las autonómicas. Su apuesta es seguir formando una coalición con el PNV y rechazan un pacto con EH Bildu como acaba de suceder en la moción de censura en el Ayuntamiento de Pamplona. Y las derechas tienen un panorama complejo, con el PP apostando por Javier de Andrés y con la vista puesta en allanar el camino con el PNV. El espacio de Sumar y Podemos no ha puesto todavía nombres sobre la mesa, aunque suenan algunos como Lander Martínez y Pilar Garrido.

Unas europeas con mucho tinte nacional

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Y la última joya de la corona serán las europeas del 9 de junio. Al ser en todo el territorio la lectura será a nivel nacional, con el PP buscando llevar a cuestiones internas los comicios y superar a Pedro Sánchez. El PSOE aspira a que el debate también sea sobre modelo en el continente y quiere jugar la baza del papel internacional que ha tenido España con Pedro Sánchez a la cabeza. En los dos partidos hablan de que pondrán a candidatos potentes. En el caso socialista, según varias fuentes del partido, incluso se podría optar por algún nombre de relumbrón del Consejo de Ministros, con Teresa Ribera como una de las mejores situadas con la vista puesta en un puesto en la Comisión Europea.

Busca en esta cita una nueva oportunidad política la exministra de Igualdad Irene Montero, a la que la dirección de Podemos le ha pedido que dé un paso al frente y sea la candidata en esta cita. Para los morados es una buena ocasión para relanzarse pues al ser circunscripción única ven muchas posibilidades de obtener representación en el Parlamento Europeo, donde comenzó su andadura en las instituciones tras las elecciones de 2014. Y en Sumar también le dan la máxima importancia a la cita, habiendo fichado precisamente del Parlamento Europeo dos de los actuales ministros: Ernest Urtasun y Sira Rego.

A las europeas asimismo se aferran en Vox para revitalizase después de su experiencia estos cinco años comandada en Bruselas por Jorge Buxadé, que es ahora mismo la persona con más poder dentro de partido por detrás de Santiago Abascal. Con otro factor determinante: parte de la familia conservadora europea, con especial ahínco por parte de Manfred Weber, se mueve para cortar el cordón sanitario y poder pactar con la ultraderecha en la formación de las futuras instituciones europeas.

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