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el debate sobre el final de ETA

Sí, la derrota de ETA es inapelable: tribunales, Fiscalía y Seguridad Nacional la han quitado de su lista de amenazas

Un operario borra una pintada de ETA en una imagen de archivo.

"ETA ya no es una amenaza relevante gracias a la victoria del Estado de Derecho". Esta frase no la ha pronunciado un partido político y tampoco es del momento actual, sino que se trata de una afirmación incluida en la Estrategia de Seguridad Nacional del año 2017. Por contextualizar: el documento fue redactado con el segundo Gobierno de Mariano Rajoy y unos meses antes de que la banda terrorista publicara el comunicado anunciando su disolución. Habían pasado varios años desde el cese definitivo de la actividad armada, que estaba más que constatado, derivado de un debilitamiento palmario de la organización.

A pesar de ello, más de la mitad de los españoles, según un estudio de GAD3, cree que ETA sigue activa, pensamiento quizá alimentado en parte por expresiones que de vez en cuando se escuchan a la derecha. Un ejemplo es la afirmación del diputado de Vox Ignacio Garriga, durante el debate de la moción de censura que su partido presentó no hace ni un mes, en el que llegó a decir que la banda terrorista "aún no ha sido derrotada", algo de lo que culpó tanto al PSOE como al PNV por dar, según él, "amparo" a los etarras en los últimos años. Escuchando al líder del PP, Pablo Casado, tampoco parece que estemos en el año de 2020 y que la banda haya sido derrotada: "Ha pactado con los terroristas de Hipercor", dijo al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hace pocos días en el Congreso.

Sin embargo, no son pocos los documentos oficiales que, con el paso de los años, han ido verificando la desaparición paulatina de la fuerza que tuvo en su día ETA. Prueba ineludible de ello es que la banda terrorista lleva ya más de diez años sin matar –el último atentado mortal en España fue en el verano de 2009 en Palma de Mallorca–. En 2011, la organización anunció el cese de su actividad armada y en 2018 proclamó el fin de su "ciclo histórico y su función" y se dio por disuelta. Ni los gobiernos de Rajoy ni los de Pedro Sánchez consideran ya a la organización una amenaza.

Así lo han manifestado ambas administraciones en los informes del Departamento de Seguridad Nacional, pero también lo ven de este modo la Fiscalía General del Estado y diversas sentencias de la Audiencia Nacional en casos de enaltecimiento del terrorismo en redes sociales. Desde el Ministerio del Interior, Fernando Grande-Marlaska –al igual que sus antecesores– remarca en todas sus intervenciones que ETA ha sido "derrotada" por el Estado de Derecho. Y el Departamento de Estado de Estados Unidos da también por disuelta a la banda.

Estas son las conclusiones que, a día de hoy, hacen organismos oficiales e instituciones sobre la situación en que se encuentra la organización terrorista frente a las continuas aseveraciones que partidos como PP y Vox enarbolan recurrentemente en el Congreso y que se han recrudecido en los últimos días con el apoyo de EH Bildu a la tramitación parlamentaria de los Presupuestos Generales del Estado, un voto favorable que la derecha vende como contraprestación a los últimos acercamientos de presos etarras a cárceles más próximas al País Vasco.

¿Qué queda de ETA?

Mucho se ha escrito sobre la actividad terrorista de ETA y muchos son los enfoques sobre dónde situar el principio del fin de la organización. Hay analistas que lo sitúan en 1997, tras el asesinato de Miguel Ángel Blanco. Otros, en el atentado de la T4 de Barajas en 2006 que rompió la tregua declarada unos meses antes. Sea como sea, los continuos golpes policiales posibilitaron la lenta, pero inevitable, descomposición de una banda terrorista que ha sido responsable de 829 asesinatos, el 90% de ellos cometidos en democracia. Más de 350 crímenes siguen sin resolver, casualmente uno de ellos es el último cometido en España, el asesinato con coche bomba de dos guardias civiles en Palma de Mallorca.

El cese de la actividad armada en octubre de 2011 no supuso el fin de la actuación del Estado contra ETA. Operaciones policiales contra integrantes de la banda y operativos como el denominado Santuario, que permitió la localización en el sur de Francia de la mayoría de zulos operativos que guardaban armas, munición y explosivos, fueron determinantes para lo que se materializó en mayo de 2018: un anuncio de disolución largamente esperado. Desde antes el Gobierno ya consideraba completamente derrotada a ETA, pero el comunicado leído por el histórico dirigente José Antonio Urrutikoetxea, alias Josu TerneraJosu Ternera –entonces huido de la justicia; fue detenido un año después en Francia–, fue definitivo.

Un año antes del anuncio de disolución, ETA hizo llegar a los llamados "mediadores" del desarme, que a su vez transmitieron al Comité Internacional de Verificación (CIV), la localización de ocho de sus depósitos de armas, todos ellos ubicados en los Pirineos Atlánticos de Francia y que, según los terroristas, contendrían 120 armas de fuego, tres toneladas de explosivo y varios miles de municiones y detonadores. El inventario final dio un número algo más bajo y en los últimos años se han ido descubriendo otros zulos en el País Vasco y el sur de Francia, aunque en su mayoría se trataban de escondites muy antiguos.

¿Qué queda de la estrategia de ETA? La decisión del cese de la actividad armada y la disolución no gustaron a todos dentro del entorno de ETA, pero su influencia y representación es muy limitada. Lo integra el sector crítico expulsado del colectivo de internos oficial de la banda, del que forman parte presos especialmente radicales como Iñaki Bilbao, y vinculado a la escisión ATA (Amnistia Ta Askatasuna). Relacionado con este movimiento están las últimas acciones de kale borroka, que continúan esporádicamente en el País Vasco y Navarra. Precisamente, dos presuntos miembros de ATA fueron detenidos este lunes por orden de la Audiencia Nacional, que acordó prisión preventiva.Victoria del Estado de DerechoCon el paso de los años desde el cese de la actividad armada, la amenaza de ETA se ha ido disipando y así lo han reflejado los distintos informes de la Estrategia de Seguridad Nacional que aprueba el Consejo de Seguridad Nacional, una comisión delegada del Gobierno y máximo órgano del Estado en esta materia. Fue creado en 2013 por el primer Gobierno de Rajoy y cada año elabora un documento en el que documenta las principales amenazas y desafíos a los que hace frente España. En 2017, apenas dedicó un párrafo a ETA: "Con respecto al terrorismo autóctono, ETA ya no es una amenaza relevante gracias a la victoria del Estado de Derecho y sin perjuicio del trabajo constante de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en la investigación de los hechos criminales, la defensa de la memoria de las víctimas del terrorismo y la transmisión de una narrativa que resalte la lucha de la democracia frente al terrorismo".El último informe aprobado por el Consejo de Seguridad Nacional, el pasado 4 de marzo, ya menciona a la banda terrorista en el mismo párrafo que otras anteriormente desaparecidas como los Grapo. "En relación con el terrorismo nacional, las actuaciones policiales y judiciales están consolidando cada vez más la desarticulación efectiva de organizaciones como Resistencia Galega o GRAPO, mientras que el terrorismo de corte anarquista sigue siendo residual. Al mismo tiempo, continúan los esfuerzos en la investigación de atentados con víctimas mortales cometidos por ETA y que permanecen sin resolución judicial", afirma. El terrorismo de corte yihadista es, hoy por hoy, la principal amenaza, de ahí que España continúe en el nivel 4 de alerta terrorista, como así se hace constar en el informe.Algo más de explicación dedica a ETA la última Memoria de la Fiscalía, presentada el pasado mes de septiembre, toda vez que muchas causas que investigan crímenes de la banda continúan abiertas en la Audiencia Nacional por los asesinatos sin resolver y otros atentados sobre los que las fuerzas de seguridad y el Ministerio Público continúan aún hoy encontrando indicios, sobre todo a raíz del análisis de los miles documentos y otros materiales originales entregados por Francia hace varios años y que habían sido recopilados en distintas operaciones policiales. Fiscales consultados admiten la dificultad de analizar la ingente documentación intervenida en el país vecino a partir de 1998 con la desactivación de cúpulas de la banda terrorista, pero en la Audiencia Nacional no quieren dejar de intentarlo, aunque los crímenes estén prescritos por el tiempo transcurrido.En el epígrafe dedicado a ETA, la Memoria de la Fiscalía comienza subrayando que "una vez declarada la desaparición de ETA, son los distintos colectivos, plataformas y grupos que conforman el entramado del independentismo radical vasco los que constituyen el principal vector de amenaza en este ámbito, aunque con menos capacidad lesiva y con un ámbito de actuación en principio circunscrito al País Vasco y Navarra". En la "actividad desplegada" incluyen "sabotajes contra infraestructuras ferroviarias, sedes de partidos políticos y oficinas bancarias", además de convocatorias de manifestaciones y realización de pintadas con la reivindicación de libertad para los presos de la organización terrorista. "De todas maneras, la moderación del discurso y la asunción de la legalidad vigente en el ámbito penitenciario da a entender que de seguir en esta línea se atenuará la amenaza y tenderá a la baja", apunta.Los tribunales descartan un potencial riesgoLos tribunales también tienen muy en cuenta esta reducción de la amenaza que en su día supuso ETA. Ante los numerosos procedimientos que se han instruido en la Audiencia Nacional contra usuarios de redes sociales que se dedicaban a ensalzar a la banda terrorista y a algunos de sus integrantes, en los últimos tiempos hay un argumento que se ha repetido en las sentencias absolutorias: organizaciones como ETA y los Grapo ya están disueltas y no hay peligro en que ciertos comentarios inciten a la comisión de atentados.Un ejemplo es la sentencia de febrero de 2018 en la que la Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional recogía que siendo cierto que no se conoce que ETA haya abandonado las armas –el fallo es de antes del comunicado de disolución–, "no es menos cierto que es notorio y prolongado en el tiempo el cese definitivo en su actividad armada, desde octubre de 2011". La resolución, adoptada por unanimidad de los magistrados y de la que fue ponente el juez Ángel Hurtado, concluyó que "visto ese cese en su actividad terrorista, se descarta" un "potencial riesgo, incluso, en abstracto".Prueba de que los jueces ven muy menguada la amenaza que supuso ETA durante 50 años de actividad es una resolución de este mismo año por la que la juez de la Audiencia Nacional María Tardón dejó en libertad provisional con medidas cautelares a uno de los últimos jefes de la banda, David Pla, mientras estudia si debe ser o no juzgado en España tras ser entregado por Francia, una decisión sin precedentes tratándose de un exdirigente de la organización.Respuesta de EEUU y FranciaFuera de nuestras fronteras, otros países también han ido cambiando sus advertencias con respecto a ETA. Por un lado, el Departamento de Estado de Estados Unidos, en su apartado dedicado a grupos terroristas extranjeros, recuerda el cese de la actividad armada en octubre de 2011 tras "décadas de violencia que provocó más de 800 víctimas" y que las autoridades españolas se han comprometido a "seguir persiguiendo" a los terroristas responsables de acciones pasadas de ETA. También resalta que el 3 de mayo de 2018, la organización "anunció la disolución de sus estructuras organizativas".Por otro lado, fue a raíz del cese de la violencia terrorista y su constatación tras varios años sin atentar que el Gobierno francés se planteó revisar su política penitenciaria –es el único país además de España con presos de ETA– y comenzar un progresivo acercamiento de los internos condenados por su pertenencia a ETA a cárceles del sur del país, en algunos casos muy próximas al País Vasco: de la treintena de presos etarras que cumplen condena en Francia, 22 están ya en centros penitenciarios del sur del país. El anuncio del Gobierno de Emmanuel Macron llegó meses antes del comunicado de disolución de la banda.Esos cambios en la política penitenciaria de dispersión también los llegó a sugerir un ministro del Interior del PP. El mismísimo Jorge Fernández Díaz constató en 2016, antes del anuncio de la disolución, que ETA estaba "absolutamente derrotada" y que ya sólo le quedaba disolverse, para afirmar después que si se diese ese escenario, "la política de dispersión penitenciaria se reconsideraría". El entonces presidente Rajoy tampoco tenía dudas acerca de la derrota de la organización terrorista y en más de una ocasión ha resaltado que la "realidad incuestionable" es que "todo el proyecto de ETA ha sido un clamoroso y rotundo fracaso". "No consiguió nada de la democracia cuando asesinaba a cientos de personas ni cuando dejó de matar porque su capacidad operativa fue liquidada por las fuerzas de seguridad, ni tampoco va a conseguir nada ahora con nuevas operaciones de propaganda", dijo el día en que Josu Ternera leyó el comunicado de disolución.ETA y su actividad criminal han sido derrotadas por el Estado de Derecho, pero eso no signfica que las aspiraciones independentistas hayan decaído totalmente en el País Vasco. Ya lo advirtió Alfredo Pérez Rubalcaba unos meses antes de dejar el cargo de ministro del Interior en 2011 y de que la organización anunciara el cese de su actividad terrorista: "El que ETA esté como está, en su final, no quiere decir que los independentistas hayan desaparecido". "Si alguien pensó que el final del terrorismo supondría la desaparición de los independentistas, se equivocaba. Independentistas hay", zanjó.

Victoria del Estado de Derecho

En 2017, apenas dedicó un párrafo a ETA2017

4 de marzoen el mismo párrafo que otras anteriormente desaparecidas como los Grapo

Memoria de la Fiscalíamuchas causas que investigan crímenes de la banda continúan abiertas en la Audiencia Nacional

una vez declarada la desaparición de ETA

Los tribunales descartan un potencial riesgo

Los tribunales también tienen muy en cuenta esta reducción de la amenaza

febrero de 2018 "visto ese cese en su actividad terrorista, se descarta" un "potencial riesgo, incluso, en abstracto".

dejó en libertad provisional con medidas cautelares a uno de los últimos jefes de la banda

Respuesta de EEUU y Francia

Lo que queda de ETA

Lo que queda de ETA

Departamento de Estado de Estados Unidos

"todo el proyecto de ETA ha sido un clamoroso y rotundo fracaso"

"Si alguien pensó que el final del terrorismo supondría la desaparición de los independentistas, se equivocaba. Independentistas hay"

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