Virginia Uzal, la mano derecha de Yolanda Díaz que ha roto los viejos patrones de los jefes de gabinete

Virginia Uzal, la mano derecha de Yolanda Díaz

Desde que pisó el Congreso de los Diputados con 24 años, Virginia Uzal ha tenido que enfrentarse a miradas y palabras condescendientes. Corría el año 2016 y la nueva política entraba en la Carrera de San Jerónimo. Un shock para un sistema que había hecho del bipartidismo su sello. Y ella se hizo con las riendas de la comunicación de los diputados de En Marea.

Entre aquellos parlamentarios estaba Yolanda Díaz, la mujer que le dio la primera oportunidad a Pablo Iglesias en una campaña autonómica y que llevaba sobre sus espaldas el bagaje de Santiago. No se conocían, pero Uzal pasó la entrevista: una periodista gallega afincada en Madrid que había trabajado en diversos medios como Público. Las dos tenían claro desde el principio que empezaba una nueva historia en la Cámara Baja y que había que enfocar la comunicación de una manera totalmente diferente. Siempre mirando hacia la ciudadanía.

Desde aquel día se convirtió en su mano derecha comunicativa. No se entienden sus figuras sin la otra. Fueron cuatro años de convulsión política, de momentos inéditos, de mociones de censura, de la irrupción de Podemos como señorías en el Congreso. Un tiempo espídico que curtió a todo el equipo. Y llegaron las elecciones de noviembre de 2019, de las que salió el primer Gobierno de coalición en España desde la II República. Díaz fue nombrada ministra de Trabajo y se llevó al Paseo de la Castellana a Uzal (A Coruña, 1992), que sería a partir de ese momento la directora de comunicación más joven del Ejecutivo.

La gestión de los ERTE

El furor del nacimiento de la coalición duró poco con la irrupción de la terrible crisis del coronavirus. Fueron meses de trabajo durante casi las 24 horas. Antes de que se decretara el estado de alarma, Trabajo ya elaboró un manual para las empresas, basándose en el Estatuto de los Trabajadores. Sintieron en primera persona la ferocidad de muchos medios atacándoles por supuestamente querer paralizar el país por nada.

El Ministerio de Trabajo fue uno de los epicentros de la gestión de la crisis. De allí salió el decreto para poner en marcha el mecanismo de los ERTE, que salvó centenares de miles de empleos en todo el país. En el propio departamento se contagió la mayoría del equipo. Aquella norma se escribió en el portátil de Verónica Barbero, hoy portavoz de Sumar en el Congreso, mientras solo quedaba trabajando un equipo de cinco mujeres capitaneado por Díaz, y con Uzal entre ellas.

De negociación en negociación

Pero Uzal estaba llamada a subir de peldaño, a pesar de que su principal ámbito es el comunicativo. Su formación pasa por ser Graduada en Periodismo, siempre estudió con becas y obtuvo el premio extraordinario de fin de carrera, y por tener un máster en Comunicación Cultura y Ciudadanía Digitales por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, en colaboración con Medialab Prado, y otro en Dirección de Comunicación Empresarial e Institucional por la Universidad Autónoma de Barcelona.

Con el pacto de la segunda coalición tras las elecciones del 23J, Díaz le pidió a Uzal que ocupara la Jefatura de Gabinete, que antes había desempeñado Josep Vendrell. Ella no tiene ambición política y nunca se había planteado un cargo de esa envergadura, pero decidió decir que sí. Una de las cosas que siempre prima es la vocación pública. Y aceptó teniendo como máxima, como todo el ala Sumar, que su biblia es el acuerdo de coalición firmado por Pedro Sánchez y la vicepresidenta segunda en el Museo Reina Sofía.

Uno de los principales retos del puesto es precisamente la negociación constante con La Moncloa. Hay buena sintonía y se han establecido conversaciones de manera discreta entre las dos partes, aunque en Sumar siempre recalcan que deben presionar duro al PSOE para que termine aceptando medidas como la ampliación de los permisos por nacimiento o la reducción de la jornada laboral.

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Pero en el caso de Uzal hay, además, otro flanco: la coordinación de los cinco ministerios del ala de Sumar, donde conviven diferentes partidos, ya que IU está al frente de Juventud e Infancia con Sira Rego, los comunes tienen a Ernest Urtasun en Cultura y Más Madrid capitanea con Mónica García el departamento de Sanidad. Lo que han hecho es crear reuniones a varios niveles para organizarse de manera conjunta: de ministros, de secretarios de Estado y de jefes de gabinete.

A Uzal, pese de ser experta en comunicación y haber tenido trato diario con los periodistas, no le gusta salir en los medios, no da entrevistas y evita cualquier tipo de protagonismo. Algunos de los asesores consultados señalan que su principal virtud al frente del equipo es que nunca pierde los nervios y organiza de manera pragmática cada situación que se da en la Vicepresidencia. Rompiendo así ese molde típico de jefe de gabinete que se ha estilado de maneras imperativas. Y, además, una de sus obsesiones es tener una visión de la gente joven y de la calle frente a las luchas de poder de moqueta que dominan los gobiernos.

Esa visión generacional le ha hecho conectar a Uzal con Diego Rubio, jefe de gabinete de Pedro Sánchez, aunque no estén de acuerdo en todo. Un nuevo prototipo de jefa de gabinete que, algunos días, para desconectar, queda a cenar en algún restaurante gallego de la capital y a la que se le puede ver en algún cine, librería o en conciertos de Baiuca, Rodrigo Cuevas o de Calequi y las Panteras. Y siempre, en su lista de reproducción se refugia en los temazos de Bon Iver. Ese alma de los años que estudió piano en el conservatorio. Hoy toca entre bambalinas las teclas del poder. 

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