"Las librerías que se cierran no se recuperan": los libreros se organizan para ayudar a traspasos y emprendedores

Una lectora ojea libros en en una librería

Una librería independiente, de barrio, de pueblo, es mucho más que un negocio (familiar, en muchísimos casos). Es un lugar de encuentro, un pozo de sabiduría, un oasis cultural, un refugio ante el mundanal ruido. Podríamos seguir enumerando los efectos secundarios (todos buenos) del prospecto librero, pero cualquiera que haya entrado una única vez en cualquiera de este tipo de establecimientos ya sabe perfectamente que uno se encuentra a salvo según atraviesa la puerta y accede a otra dimensión con infinitas posibilidades alfabéticamente ordenadas.

Ocurre, al mismo tiempo, que en un mundo globalizado que tiende a la franquicia o al beneficio rápido del alojamiento turístico, la pequeña librería tal y como la conocemos empieza a estar en peligro de extinción. Así lo dicen los datos, que avisan de que en los últimos siete años el número de autónomos en el sector ha descendido un 24%, mientras el 23% de los responsables de librerías superan ya los sesenta años, con lo que eso tiene de preocupante en el horizonte de jubilaciones a corto y medio plazo. Concretamente, en 2023 un total de 1.399 profesionales por cuenta propia en este sector superaba ya esa edad y empezaba a pensar en el retiro, esto es, en el cese de la actividad y el cierre de la librería.

Una vez encendidas las alarmas a la luz de las cifras, que nunca mienten, la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL), con el apoyo de la Dirección General del Libro, del Cómic y de la Lectura del Ministerio de Cultura y también de los principales grupos editoriales, puso en marcha a principios de año la Oficina Técnica de Transmisión de Librerías (OTTL) —que se presenta oficialmente este martes 11 de noviembre, coincidiendo con el Día de las librerías— con un objetivo claro: dar continuidad a este tipo de negocios, a través de la participación de los libreros y libreras que se encuentran próximos a la jubilación, en un programa de acompañamiento y asesoramiento técnico que facilite el relevo empresarial. Porque, otro dato: el último censo de librerías independientes cuenta 2.792 en toda España, un 6,2% menos que las 2.977 de 2022.

Cualquier emprendedor puede abrir una librería, pero si va a abrirla y hay una posibilidad de no cerrar otra, es mucho mejor

Álvaro Manso

"No se recuperan las librerías que se cierran", remarca a infoLibre el vicepresidente y portavoz de CEGAL; Álvaro Manso, quien habla de una "pérdida directa de mercado real" aparte del significado obvio que tiene una librería independiente en un barrio o en un pueblo como elemento "vertebrador que va más allá del negocio". Y, llegados a este punto de contexto preocupante, lanza la idea nuclear de esta OTTL: "Cualquier emprendedor puede abrir una librería, pero si va a abrirla y hay una posibilidad de no cerrar otra, es mucho mejor".

Esta oficina funciona, en esencia, para evitar cierres tendiendo puentes entre los que por edad lo van a dejar y aquellos que potencialmente pueden continuar. Que pueden ser emprendedores totalmente ajenos al sector del libro, otras libreras y libreros que quieren expandir su actividad adquiriendo un establecimiento, o familiares o trabajadores de la propia librería que asumen su actividad. "Hay muchísimas casuísticas", puntualiza Manso, que cifra en unas sesenta las librerías que se han puesto en contacto con ellos para apuntarse a la iniciativa, con cerca de una decena de proyectos en marcha, en diferentes puntos de un proceso que "idealmente dura unos dos o tres años".

Los ritmos de vida a los que estamos sometidos muchas veces no nos permiten ni siquiera ir a por el pan y, por eso, cuando se pierde una librería estás rompiendo un tejido social

Ismael Contreras

Uno de estos participantes es Ismael Contreras, librero de Los tres hermanos de Moriarty (Madrid), que va a tomar el relevo por traspaso de la librería Cómics Vigo. "Lleva treinta años abierta, tiene sus clientes, es una referencia en la ciudad, así que era una oportunidad para que siguiera abierta, porque si Ángela, la librera, se quiere jubilar y no encuentra heredero, la cierra", cuenta Contreras a infoLibre, recordando que "cuando una librería cierra, la librería que está al lado no absorbe al 100% de los clientes, pues algunos dejan de comprar y otros se pasan a internet".

Y todavía sigue explicando desde su propia experiencia: "Cuando haces un traspaso, no es de una librería muerta, sino una viva, que probablemente tenga sus empleados. A lo mejor esa gente que está trabajando en ella no puede invertir en su propia librería, pero sí que va a poder mantener ese trabajo si alguien pone el dinero para que siga funcionando. Además, los ritmos de vida a los que estamos sometidos muchas veces no nos permiten ni siquiera ir a por el pan y, por eso, cuando se pierde una librería estás rompiendo un tejido social. Es importante que las librerías independientes funcionen para que la sociedad continúe sana, porque si desaparecen se pierde la cercanía y vamos a acabar comprándolo todo online en las grandes cadenas".

Igual opinan Miguel Ángel Escalera y Lola Gallardo, libreros de Rayuela Infancia (Sevilla), que en su caso particular traspasan por jubilación el negocio a uno de sus hijos y valoran especialmente la ayuda de la OTTL para asuntos burocráticos y fiscales. "Nos ha asesorado sobre todo en la valoración de la empresa, porque nosotros tenemos otro hijo más y había que tenerlo todo muy claro", explica Escalera, mientras Gallardo añade a infoLibre: "Nos han acompañado en el procedimiento de cómo hacer y sobre todo, hasta ahora, nos han posibilitado que podamos obtener un informe de valoración exhaustiva de nuestra librería. Todo de forma gratuita desde que nos acogimos a este programa. Se trata de una oficina de acompañamiento y eso han hecho, acoger todas nuestras dudas, acompañarnos en este difícil proceso y ayudarnos con la financiación necesaria".

"Nuestras ciudades, pueblos y barrios serían más tristes sin librerías"

"Nuestras ciudades, pueblos y barrios serían más tristes sin librerías"

"Se trata de saber valorar qué es lo importante de la transmisión y qué es superfluo para llegar realmente a un precio ajustado en el sentido de obtener el máximo rendimiento para el que se va y la menor carga para el que entra", tercia Manso, para quien la fiscalidad es también una parte importante dentro de un maremágnum de "detallitos" que normalmente se desconocen y que conviene cerrar bien. Y para facilitar todavía más el proceso, recuerda que la oficina cuenta con una "línea de préstamos que se obtienen por aportación de los grupos editoriales y los partners" que ya tienen y que están buscando, por ejemplo también entre las fundaciones bancarias.

"Yo llevo muchos años en el negocio, no nos estamos tirando a la piscina", admite Contreras, reconociendo a su vez que gracias a esta oficina puesta en marcha por CEGAL sí que "se amplían las posibilidades" de que todo tipo de gente, también ajena al sector, "vaya a coger un negocio como una librería". "Yo puedo ya saber una serie de cosas, pero el que no forma parte de una librería, gracias a la oficina va a poder optar a todos esos datos, verlos y entender cómo funciona", señala. "Imagina un cliente de toda la vida al que de repente le interesa quedársela. O, qué sé yo, un farmacéutico que sabe que la librería de su barrio se va a jubilar y su ilusión siempre ha sido ser librero, pero no tiene ni idea de cómo hacerlo. Gracias a esta iniciativa no tienes que saber todo como si fueras un librero antiguo, sencillamente te ponen las herramientas para que puedas desarrollar el negocio", agrega.

Esto, a su juicio, en definitiva, va a "favorecer el tejido de librerías para que no vayan cerrando, porque es verdad que una gran cantidad de librerías en toda España en cinco o seis años van a estar en estado de jubilación". "Nosotros ya estamos cerca de una edad que queremos hacer otras cosas", admite Escalera, al tiempo que Gallardo cuenta que si no tuvieran el relevo generacional que "afortunadamente" tienen en uno de sus hijos hubieran intentado un traspaso a un desconocido también gracias a la propia oficina, que les hubiera acompañado y "puesto en contacto con candidatos". "No sentirnos solos es importante. Y es necesario ayudar para que las librerías encuentren reemplazo y alarguen la vida", termina la librera, antes de que remate Escalera con una necesaria advertencia: "También es verdad que a mucha gente le gustaría tener una librería, pero hay que conocer y ver lo duro que puede ser en un momento dado".

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