EL JUICIO AL FISCAL GENERAL
Miguel Ángel Rodríguez justifica su bulo: sabía que el pacto seguía en pie pero se inventó que la Fiscalía lo retiraba
Una mentira tras otra. Incoherencias y contradicciones perfectamente contrastables. Narradas sin pestañear y en algunos casos con chulería. Insultos a los medios y desprecio a las instituciones del Estado... La declaración del principal asesor de Isabel Díaz Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez (MAR), ha vuelto a dar por válida la teoría de la conspiración contra su jefa que, según él, se activó desde que se conoció que su pareja había sido denunciado por dos delitos fiscales el 12 de marzo de 2024. Rodríguez ha reiterado ante el Supremo que instituciones como el Gobierno, Hacienda y Fiscalía estaban en una especie de contubernio contra su jefa.
MAR no tuvo inconveniente en desgranar cómo el 13 de marzo fue pergeñando el bulo que dio lugar al desmentido oficial de la Fiscalía que ha acabado con su máximo responsable en el banquillo. Tras la publicación el día 12 de marzo por eldiario.es de la denuncia por dos delitos fiscales y falsedad documental contra González Amador, esa misma mañana recibió del novio de la presidenta un WhatsApp en el que le rebotaba otro recibido de su abogado, Carlos Neira. En ese mensaje, Neira informaba a Amador (y luego Amador a MAR) de que las negociaciones con la Fiscalía seguían su curso. El comisionista sanitario le mandó, además, un correo del fiscal del caso, Julián Salto, que informaba de la interposición de la denuncia, pero en el que apostillaba que eso no sería obstáculo para alcanzar un acuerdo.
Pese a que sabía que la puerta a la conformidad nunca se cerró el día 12, MAR ha reconocido este martes en el Supremo que, al día siguiente, el 13, se dedicó durante gran parte del día a distribuir entre los periodistas lo contrario. En conversaciones con varios de ellos transmitió que había sido la Fiscalía (y no la defensa de Amador) la que había ofrecido el pacto para que reconociera los delitos. Lo presentó además como una operación de Estado contra la pareja de su jefa. Pese a saber que el pacto seguía en pie, aseguró que el Ministerio Público lo había retirado "por órdenes de arriba".
Tanto la Fiscalía como la Abogacía del Estado han tratado de entender durante su interrogatorio cómo pudo difundir una versión tan contraria a la realidad de la que tenía conocimiento. Ningún fiscal retiró nunca la propuesta de pacto ni recibió ninguna instrucción de arriba para hacerlo, tal y como han declarado los dos fiscales que han llevado el caso. Pero MAR volvió a relatar que, como ese acuerdo no se había firmado, él pensó que había órdenes de arriba porque era una "deducción lógica". "Si el Ministerio Fiscal es jerárquico, no se puede tomar una decisión sin órdenes de arriba", ha asegurado.
El infundio creado por el jefe de gabinete de Ayuso se basaba en la utilización tergiversada del texto del correo que Salto había enviado al defensor de Amador informándole de que no había inconveniente en alcanzar un acuerdo. Se trata de un correo que MAR distribuyó a un centenar de periodistas. Asegura que lo hizo para desmentir una información de La Sexta que había publicado pasadas las diez de la noche. Los jefes de prensa de la Fiscalía General y de la Fiscalía Superior de Madrid coincidieron en que, horas antes, la mano derecha de Ayuso ya estaba distribuyendo ese mensaje como prueba de que la patraña que distribuía era verdad.
El jefe de gabinete de Ayuso volvió a recordar que fue él quien puso en contacto a un redactor de El Mundo, Esteban Urreiztieta, con González Amador y con su abogado para elaborar una información. Esa noticia fue la que provocó que en Fiscalía se iniciaran las gestiones para lanzar un comunicado oficial que la desmintiera dando la versión correcta.
MAR volvió a mentir al asegurar a preguntas del abogado de Amador que se había enterado de la denuncia el 12 de marzo, cuando la publicó eldiario.es. La mentira fue evidenciada por la abogada del Estado que defiende a Álvaro García Ortiz. La defensora le mostró los mensajes intercambiados la víspera con un redactor de ese medio que le trasladaba varias preguntas y le informaba de que iban a publicar una noticia al día siguiente.
Los mensajes se escribieron a las 21.50 h del 11 de marzo. El asesor de la presidenta se despachó con frases del tipo "no son horas de llamar" o "qué mal gusto". Y aseguró, en referencia a los redactores que habían destapado la noticia, que: "Hay periodistas que no tienen credibilidad para mí". También se refirió a los medios de línea editorial de izquierdas como "agresivos y activistas". "Si usted supiera cuánto pesado hay por ahí", llegó a decir.