EL FUTURO DE LA LEGISLATURA
Junts oficializa la ruptura con el PSOE sin efectos prácticos por ahora y sumido en contradicciones
Carles Puigdemont decidió romper la baraja a medias esta semana con Pedro Sánchez. Y esa decisión fue ratificada por sus militantes este jueves en una consulta, que se saldó con un elevado apoyo al divorcio con los socialistas. Pero los efectos prácticos no se concretan por el momento y, además, los posconvergentes unieron el miércoles sus votos al Gobierno para seguir con la tramitación de la ley de atención a la clientela. Pura contradicción.
"¿Estás de acuerdo con la propuesta de la dirección ejecutiva nacional de dar por finalizado el acuerdo de investidura con el PSOE ante los reiterados incumplimientos de sus compromisos?", era la pregunta sometida a consulta entre los militantes. El resultado fue de un apoyo del 86,98 % de los votos, frente a un 10,22 % de 'noes' y un 2,8 % de votos en blanco. Emitió su voto 66% de los 6.300 militantes que tiene Junts.
La participación es similar a la consulta en noviembre de 2023 en la que, en cambio, los militantes dieron su apoyo al pacto con el PSOE para la investidura de Pedro Sánchez, donde el sí fue respaldado por el 86,16%. Ahora los simpatizantes dejan en manos de la dirección la respuesta de qué significará esta ruptura.
El callejón de Junts
Junts se enfrenta en estos momentos a una realidad muy compleja, marcada principalmente por la irrupción con fuerza en las encuestas de Aliança Catalana, que está atrayendo a parte del electorado posconvergente en zonas del interior y en las provincias de Girona y de Lleida, los principales feudos de los herederos de CiU en estos momentos en Cataluña.
Los posconvergentes se encuentran en un terreno absolutamente contradictorio porque con su ruptura hacen tambalear la legislatura, pero, a la vez, rechazan cualquier tipo de moción de censura que suponga desalojar a Pedro Sánchez del Palacio de La Moncloa y se niegan a ir de la mano en bloque con el Partido Popular y con Vox.
Estas contradicciones continúan en sus duras críticas al Gobierno respecto a la situación en Cataluña, pero a la vez ponen sobre la mesa que no van a apoyar a “otro Ejecutivo” que vaya en contra de los intereses catalanes. Todo ello conscientes del sentimiento de rechazo que hay en buena parte del electorado catalán a que en Madrid gobierne una coalición integrada por el PP y Vox, como ya se evidenció en los resultados clave en esta comunidad durante 2023 para que aguantaran el PSOE y Sumar en el poder.
Las contradicciones son públicas, pero también están en privado. Dentro del propio Junts hay diferentes sensibilidades sobre cómo encarar esta nueva situación. Hay presión de alcaldes respecto a que Aliança les come el terreno en las calles, por lo que creen que hay que apretar en temas como la migración. Pero a la vez existe entre muchos dirigentes la sensación de que escorarse les lleva a un terreno colindante con la ultraderecha que les aleja de grandes bolsas de votantes. No obstante, el control de Puigdemont sobre la organización es total, e incluso algunos críticos han ido abandonando en los últimos meses puestos de responsabilidad como Jaume Girò y Miquel Buch.
Se unen al bloque de investidura en la ley de atención
El clima de bandazos se materializó en la votación del miércoles en el Congreso, en fase de comisión, de la ley de atención a la clientela. Era la primera gran norma que podían haber bloqueado los de Puigdemont en la Carrera de San Jerónimo después del anuncio de ruptura del pacto con los socialistas. Pero, en cambio, se unieron al bloque de investidura, anticipando una victoria de la norma en el próximo Pleno del día 11.
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Los de Carles Puigdemont sostienen que ellos negocian carpeta a carpeta y que van a aprobar aquellas normas que beneficien a Cataluña. En este caso, se han introducido en el texto modificaciones para exigir a las grandes empresas que tengan que atender en catalán en los servicios a los clientes.
Todo ello en un momento en el que el brillo de Junts no alumbra con fuerza en los sectores políticos, empresariales y mediáticos en Cataluña. Su pérdida de poder institucional en las instituciones catalanas y su posible alejamiento de influencia en Madrid, si se consuma su ruptura total con los socialistas, les coloca en un lugar más al margen. Ahí radica parte de su contradicción y de las incógnitas sobre su futuro: competir en radicalismo con Aliança alejándose de la centralidad del poder o jugar a ser más pragmáticos a pesar de las críticas que han hecho directamente sobre esta cuestión a Esquerra Republicana.
Desde el Gobierno tratan de rebajar los ánimos en todo momento y dicen que hay que escapar de la “adrenalina” mediática en el tema de la relación con Junts. Por eso, su receta pasa, como señalan fuentes de La Moncloa, por “diálogo, diálogo y diálogo”. El presidente Pedro Sánchez, en su cara a cara con el senador Eduard Pujol, en la comisión de investigación sobre el caso Koldo volvió a insistir que cumple con los acuerdos de investidura frente al tono desafiante del posconvergente.