Muy fan de...

Muy fan de... Monago

Monago dice ahora que devolverá “hasta el último céntimo”

Hola, Monago, ¿te pillo bien o estás en modo avión? Has conseguido tapar las alcantarillas humeantes de Pujoles, men in black, púnicos, folclórica, infanta y otras especies, con 32 billetes con destino a las islas afortunadas. Toma ya. Y nosotros que creíamos que no había cabida para más sobresaltos… Se confirma que el guión de España lo están escribiendo unos señores que se han fumado un geranio, qué nivelazo de gags hay en este vodevil sin fin. Muy, muy fan.

Treinta y dos viajes a cuenta del Senado sin justificar. Y no porque a ti, en un despiste, se te pasara facturar tu equipaje de actos senatoriales, es que en este, nuestro país, diputados y senadores no estáis obligados a hacerlo. Voláis gratis como pájaros sin tener que detallar a dónde y para qué…

Claro, al ser dinero público, no va a estar el pobre contable dejándose los ojos bajo el flexo, cruzando los tickets de gastos con la agenda de actividades parlamentarias, total, el pueblo se invita a todas las rondas, que los españoles somos muy de convidar.

El día en que saltó la noticia de tu movilidad exterior, callaste, tu gabinete remitió un escueto comunicado y otros hablaron por ti. Y me extrañó mucho, José Antonio, pocos en tu partido hablan más alto y más claro que tú, tantas veces en contra de la línea editorial de Génova. Tú, verso suelto extremeño de verbo fácil y sinceridad por bandera, tan callado, me preocupaste. ¿Estará malo? ¿O quizás está recopilando datos para mostrarlos y aclarar el misterio?

A las veinticuatro horas, compareciste embadurnado de indignación y emoción, dijiste que eras víctima de un ataque torticero por los que, asegurabas, “le tenían ganas a este presidente”. Te hiciste un Gila: “alguien quiere enmarronar a alguien…”

Desmentiste tajantemente haber pagado con el dinero de los españoles tus viajes privados, anunciaste medidas legales contra los que te difamaban, dijiste que no te iban a callar y que no dimitirías ni de coña, porque los presidentes los pone y los quita el pueblo y no los rompe piernas. Articulaste un discurso tan expresivo como los de Obama en sus buenos tiempos: “No, they can't”.

Te faltó, sin embargo, el gesto ganador, mostrar las pruebas de la intensa actividad que describías parafraseando a Miguel Ríos: “Lo que siempre he hecho ha sido vivir en la carretera”. Y te bajaste del atril para aterrizar horas después en el Congreso del buen gobierno de Cáceres.

Al llegar la noche, comprobamos la certeza del dicho: “no te acostarás sin saber 'unas pocas cosas' más”. En esta historia de altos vuelos había otro pasajero a bordo, Carlos Muñoz. El diputado aragonés, anunciaba su dimisión por otra colección de billetes a Canarias, qué copiota, oye, si culo veo, culo quiero.

Pero al día siguiente, delante del comandante y la sobrecargo de tu compañía, lejos de mostrar abatimiento, clausuraste el Congreso enérgico y pletórico y abriste con un bombazo: “Les anuncio que voy a pedir al Senado la relación de los viajes que se ponen en cuestión y voy a devolver hasta el último céntimo”. Tus compañeros del PP extremeño se rompieron las palmas jaleándote, pero algunos entonamos un sonoro gritito de la Calzada: ¿Cómorrrrrrr?

¿Cómo es que te comprometías a devolver un dinero que el día anterior asegurabas no haber gastado? Me recordaste a mi sobrina que, meses después de un altercado con mi gato –que acabó en bufido y del que solo conocen los misteriosos detalles ellos dos–, dijo: “¿Tía, tú dices ese día que… no le hice nada a Manolín?”

A tus jefes les debió de parecer suficiente explicación a juzgar por sus palmaditas en el hombro: “En los momentos difíciles es cuando se demuestra la fortaleza” dijo Cospedal en plan slogan de colonia para hombres. “José Antonio Monago cuenta con el apoyo de todos” afirmó Rajoy. Y al ritmo del himno del PP os despedisteis encantados de haberos conocido y chimpún.

Sé que has pedido comparecer ante el Parlamento extremeño para dar explicaciones sobre el temazo que ha cimbreado la confianza del paisanaje por enésima vez. Sí, José Antonio, estamos muy tiquismiquis con lo referente a la pasta pública, tanto oír a la tripulación eso de: “Abróchense los cinturones, aunque duela” claro, cualquier turbulencia de gasto general para el gusto personal, nos pone los pelos de punta.

Monago comparecerá en el Parlamento extremeño para informar de su labor como senador

Monago comparecerá en el Parlamento extremeño para informar de su labor como senador

Quién mejor que tú para entenderlo, tú que te desvives por la lucha contra la corrupción y el gasto irregular del dinero público. Hace pocos días te atreviste a poner en duda el mantra de la secretaria de tu partido: “El Partido Popular ha hecho todo lo que tenía que hacer para luchar contra la corrupción” contestando eso de: “No, nunca se hace todo lo posible, esto es una lucha sin cuartel, el ciudadano nos pide más”.

No, José Antonio, no es que os pidamos más, es que empezamos a pediros algo, hasta ahora hemos callado y otorgado y flota en el aire la idea que de buenos somos tontos.

El presidente de honor del PP extremeño te regaló un casco de bombero para que te protejas de la que se te viene encima, yo te aconsejaría más bien que recuperes tu manguera para apagar este fuego al que cada día caen ascuas nuevas, nos estamos quemando por encima de nuestras posibilidades.

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