POLÍTICA
Los casos de corrupción golpean al PSOE, PP y Junts en pleno ascenso de Vox y Aliança Catalana
La corrupción en España vuelve a todas las portadas. Los casos de Cerdán, de la Diputación de Almería y del clan Pujol acaparan telediarios, tertulias y páginas de periódicos. Y suponen un claro desgaste de imagen para el Partido Popular, el PSOE y Junts en un momento político muy trémulo en el que las encuestas reflejan con claridad la subida de la ultraderecha encarnada en Vox y en Aliança Catalana.
En el Gobierno no ven la situación ahora comparable con la de junio, cuando salió el primer demoledor informe de la UCO sobre Cerdán que puso contra las cuerdas al Ejecutivo. Pero, no obstante, reconocen que estos “garbanzos negros” suponen un desgaste para el socialismo y que la corrupción siempre hace daño, especialmente entre el electorado progresista. Asimismo, en La Moncloa deslizan que esperan nuevos informes de la Guardia Civil sobre el que fuera secretario de Organización del PSOE.
El Partido Popular también se ha encontrado, de nuevo, con toda su dureza, al fantasma de la corrupción a través de la trama de la Diputación de Almería, que este lunes celebró un pleno para oficializar la renuncia de Javier Aureliano García como presidente de la institución. Esto ha supuesto un desgarre brutal para el PP andaluz a siete meses de que Juanma Moreno se enfrente de nuevo a las urnas. Una situación que, al sumarse al episodio de los escándalos por los cribados del cáncer de mama, parece alejar cada día más la posibilidad de una mayoría absoluta. De hecho, en privado dirigentes populares andaluces del sur reconocen que esto puede provocar una fuga de votos hacia Vox, que puede bajar a la tierra al presidente de la Junta.
Y de manera paralela, este lunes Junts se encontró con otra imagen demoledora: el clan Pujol rindiendo cuentas ante la Audiencia Nacional. Los magistrados han decidido que juzgarán a Jordi Pujol por videoconferencia desde su casa, a pesar de su estado a los 95 años. Desde Junts, a través de Josep Rius, se defendió este lunes que hay una “persecución política al legado del expresidente” y tachó de “intolerable” la decisión de la Audiencia Nacional de juzgarle. Pujol, el hombre más poderoso de la política catalana durante la etapa democrática, encara una posible pena de hasta nueve años de cárcel. Todo ello en un clima de sorpasso en esa comunidad, donde Aliança Catalana se está engullendo a un ritmo trepidante al electorado posconvergente.
Vox realza su discurso antisistema y frente al bipartidismo
Este ambiente de detenciones, investigaciones y juicios golpea a los partidos en un momento en el que la ultraderecha crece en los sondeos y aplica un discurso duro contra el bipartidismo y las viejas formaciones que han gobernado durante décadas España. Son ahora estos partidos ultra los que se presentan como antisistema y los que empiezan a recibir el voto de muchos descontentos como sucedió con Podemos durante la crisis económica.
Vox sigue sin tocar techo en las encuestas y este clima, como reconocen en el PP y en el PSOE, abona más su terreno. Según el análisis de Rafael Ruiz (Logoslab) publicado en infoLibre en base a los datos del último barómetro del CIS, los de Santiago Abascal le están quitando ahora mismo a los populares hasta hasta 1.480.000 papeletas respecto a los comicios de 2023. Esto rompe la regla del voto útil del Partido Popular en el espectro de la derecha como quiere implantar Alberto Núñez Feijóo.
Pero hay otro fenómeno que se detecta en el sondeo, como indica Logoslab, que rompe los esquemas: también empieza a haber transferencia directa desde el PSOE hacia Vox, uno de los grandes objetivos de Abascal. De hecho, a tenor de ese barómetro, ya habría hasta 250.000 ciudadanos socialistas que cogerían la papeleta del partido de la ultraderecha. Esta formación empieza a ver cómo su apoyo tiene tintes transversales, pero, sobre todo, es la principal canalizadora de los sentimientos de rabia antisistema y desesperanza. Algo que, por ejemplo, ha sido muy importante para los resultados de Donald Trump en EEUU y de Marine Le Pen en Francia.
La formación de Abascal está sintiendo cómo le da sus frutos demoscópicos su polémica decisión de salirse de los Gobiernos autonómicos en julio del año pasado poniendo como argumento su rechazo a la distribución de menores migrantes no acompañados. Así quedó con manos libres para criticar libremente y para no tener ningún rasguño por la gestión y la responsabilidad de estar en las Administraciones regionales.
El fenómeno de Aliança
Y el escenario político está viendo cómo irrumpe con una fuerza inusual y rápida Aliança Catalana, que ahora mismo, según el sondeo del Centre d'Estudis d'Opinió (CEO) publicado este lunes, estaría en disposición de arrebatarle ya el tercer puesto en la política catalana a Junts, siendo solo superados por el PSC y por ERC. El partido de Sílvia Orriols sería primera fuerza en Girona y Lleida, los dos grandes bastiones, hasta el momento, de los posconvergentes.
Esta encuesta mantiene las tendencias de los últimos meses: Junts se puede dejar ya por el camino hasta 15 diputados en el Parlament catalán respecto a las últimas elecciones mientras que Aliança podría ganar hasta 18 (ahora mismo sólo tiene dos en el Parc de la Ciutadella). Los de Carles Puigdemont son, en estos momentos, el partido con menos fidelidad electoral, ya que solo un 60% de quienes escogieron su papeleta volverían a hacerlo. Experimenta, en este sentido, la fuga directa de un 21% de sus apoyos a la formación de Orriols.
Además, el propio Puigdemont sufre en su liderazgo la sombra de Orriols, que ya está a punto de superarle en la respuesta de figura favorita para presidir la Generalitat (8% frente a 7,9%). No obstante, los dos están por debajo de Salvador Illa (PSC), que lidera este apartado con un 20,6% de las menciones entre los encuestados.
Esta encuesta también indica, por primera vez, que Vox superaría al Partido Popular en el Parlament de Cataluña, con una gran lucha entre los dos partidos en las provincias de Barcelona y de Tarragona. Los de Santiago Abascal crecerían entre dos y tres escaños, el mismo número que perderían directamente los de Núñez Feijóo. Deja el sondeo la foto de que el Parlament pasaría de 13 a 32-34 diputados de extrema derecha si se pusieran hoy las urnas.